Más de 400 ballenas mueren en una playa de Nueva Zelanda
Los cadáveres de ballenas adultas y de bebés estaban esparcidos a lo largo de cientos de metros, en algunas partes con tres o cuatro de ellas amontonadas hacia el interior del mar. Voluntarios con trajes de neopreno y baldes en mano trabajaban para mantener con vida a las sobrevivientes, varadas en un área que al perecer confunde a las ballenas y ha sido escenario de varios encallamientos masivos. Ellos han reflotado a algunas de las ballenas al llegar la marea alta, señaló Kath Inwood, agente comunitaria del Departamento de Conservación, y formaron una cadena para tratar de evitar que nadaran a la orilla nuevamente. Otras permanecían vivas, pero encalladas. «Puede ser realmente bastante angustiante ver tantas ballenas muertas», comentó la agente. «La gente tiene que ser fuerte y manejar eso y luego continuar con lo que se necesita hacer». Inwood dijo que la mayoría de los años ocurren encallamientos de ballenas en Farewell Spit, pero que la magnitud del de esta ocasión ha sido impactante. Señaló que agricultores y otros residentes locales estaban ayudando y que también estaba llegando gente de otras partes del país.
En un intento desesperado por salvar decenas de ballenas en una playa remota de Nueva Zelanda, cientos de voluntarios formaron una cadena humana dentro del mar cuando se percataron que más de 400 ballenas habían quedado varadas en uno de los peores encallamientos de estos mamíferos en la historia del país. Alrededor de 300 ballenas piloto estaban muertas cuando fueron descubiertas el viernes en la mañana en Farewell Spit, una lengua de arena en la punta de la Isla Sur.