Oughourlian se enroca en Prisa: asume que no recibirá 350 millones y cierra la vía económica
El presidente de Prisa cierra la puerta a un acuerdo para vender su 29% y se centra en cerrar la refinanciación con Pimco

Joseph Oughourlian, presidente no ejecutivo de Prisa. | Europa Press
La guerra de Prisa sigue por todo lo alto y los dos bandos acumulan munición para una disputa que todos prevén larga y de desgaste. Al cumplirse una semana de su golpe para recuperar el control editorial del grupo, el presidente Joseph Oughourlian ya tiene asumido que no puede recibir 350 millones por su 29% en la compañía, ya que la actual valoración en bolsa (415 millones) dispararía todas las alarmas de los reguladores bursátiles ante una operación que casi triplicaría el precio de mercado. No obstante, según ha podido saber THE OBJECTIVE, tampoco quiere vender por menos, lo que bloquea cualquier tipo de salida económica y financiera al conflicto.
Este diario ya informó de que una de las soluciones pasaba por conseguir al menos 200 millones de euros para pagar el 29% de Amber Capital en Prisa y asegurarse su salida. Un movimiento impulsado por las complicaciones que se han producido tras el golpe de Oughourlian para tomar el control de la compañía, bloqueando la participación en la televisión que impulsan los accionistas españoles (Alconaba, Adolfo Utor y Diego Prieto) y forzando la salida del CEO de Prisa Media, Carlos Núñez y del director de contenidos, José Miguel Contreras.
En algunos sectores de Moncloa se cree que se puede complicar el apoyo de otros accionistas y que alcanzar la mayoría del 51% para expulsarle puede alargarse más allá de la Junta de Accionistas de junio, por lo que han activado opciones para forzar una salida económica que ahora mismo Oughourlian rechaza. El franco-armenio ha transmitido en diferentes reuniones con asesores para obtener apoyos en la City madrileña que su intención es no vender y que quiere quedarse en Prisa el tiempo que haga falta.
Refinanciación de Prisa
El empresario ha indicado que ahora está centrado en dos objetivos principales con los que se quiere blindar en lo que algunos ya llaman «el búnker» de Miguel Yuste, sede corporativa del grupo y de la redacción de El País. Estos pasan por desligar la línea editorial de El País y Cadena Ser del Gobierno, pero en especial por cerrar la refinanciación con sus acreedores para evitar las duras condiciones de pago que deberá afrontar en un año el grupo.
El plan financiero de Oughourlian prevé que antes de mayo resuelva los nuevos términos con Pimco, el principal acreedor y tenedor de la deuda de la empresa. Hay en juego casi 800 millones de euros y unos tipos de interés que llevan más de dos años asfixiando a Prisa. La idea del presidente ejecutivo es conseguir mejores condiciones, pero también asegurarse de que todos estos compromisos se vinculen a su gestión. Dicho de otro modo, quiere que esta renegociación solo sea posible si él está al frente.
Este diario también ha publicado sus amenazas respecto a un eventual apocalipsis financiero si abandona Prisa. La versión de Oughourlian es que los acreedores de la deuda no negociarán ni se abrirán a nuevas condiciones si la compañía deja de estar controlada por Amber. Incluso advierte de que, ante un riesgo sostenido de impagos, éstos podrían tomar el control accionarial del grupo.
Núñez y Contreras
La otra carta de Oughourlian es el recientemente asumido control editorial. Después de la renuncia del consejero delegado de Prisa Media, Carlos Núñez, y la destitución de José Miguel Contreras, el franco-armenio reunió al equipo editorial para anunciar el comienzo de una nueva etapa: la de un empresario de izquierdas que no quiere tener ataduras ni hipotecas con el Gobierno. De momento, no ha habido despidos, por lo que la directora de El País, Pepa Bueno, y Montserrat Domínguez, directora de Contenidos de la Cadena Ser, siguen en sus cargos. Incluso Fran Llorente se mantiene en el área audiovisual.
El objetivo es buscar apoyos para presionar editorialmente al Gobierno, de forma dosificada, para controlar los tiempos y obligar a los rebeldes a que muestren sus cartas. En estos momentos, Oughourlian trabaja con la tranquilidad de que Vivendi le apoya -así lo ha transmitido en las últimas reuniones- y eso le permite construir una trinchera para resistir las arremetidas. Con un consejo de administración bajo su control, se lo juega todo a que Alconaba no consiga el 51% de apoyo del accionariado para sustituirlo.
El bando de los rebeldes cree que la lucha es posible. El presidente tiene un 30% y los rebeldes no llegan al 20%, por lo que -consideran- no habría batalla si no hubiese más accionistas que están convencidos de que el tiempo de Oughourlian ya se acabó. De hecho, si verdaderamente el empresario cierra la puerta a una solución económica, se confirman las sospechas de algunos sectores sobre su utilización de Prisa para cumplir objetivos de influencia y acceso a las grandes élites empresariales madrileñas.
Decisión de Vivendi
Desde el punto de vista de la batalla accionarial, están convencidos de que tendrán apoyos no solo de todos los accionistas españoles, sino también de los extranjeros. Y creen que la disputa no ha hecho más que empezar. En este punto es importante considerar quién toma las decisiones en Vivendi, o al menos las que afectan a su 12% en Prisa: si el patriarca Vincent Bolloré o sus hijos, liderados por Yannick Bolloré, que es el CEO de Havas, la compañía más expuesta del grupo francés en España por su contrato de 80 millones con Telefónica para gestionar su publicidad.
Este diario ya informó antes de que estallara públicamente la guerra de que los rebeldes tenían tratos avanzados con Vivendi para que les apoyara en la destitución de Oughourlian. Y estuvieron cerca, pero el golpe del empresario franco-armenio paralizó todo. No obstante, las fuentes consultadas por este diario indican que los franceses se lo siguen pensando y que -oficialmente- no han dado su apoyo a ninguno de los dos bandos.
En el caso de los rebeldes, parece que también tendrían asegurado el apoyo de Slim (7%), Santander (4%) y los Polanco (7%), lo que sumaría otro 18% al 17% que tienen Alconaba, Utor y Prieto. Faltaría solo un 16% del capital para destituir al actual presidente y Vivendi tiene el 12%, lo que les confiere una posición vital como árbitro del futuro de Prisa.