El plan de los rebeldes en Prisa: compartir la gestión, vender Santillana y repescar a Núñez
Seguirán con el proyecto de televisión en abierto y aseguran que no comprometerá patrimonialmente al grupo

(I-D) El secretario del Consejo de Prisa, Pablo Jiménez; el presidente, Joseph Oughourlian; y el exCEO de Prisa Media, Carlos Núñez | Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
Los rebeldes del grupo Prisa aceleran los contactos para conseguir los apoyos necesarios que les permitan apartar a Joseph Oughourlian de la presidencia del grupo. Y para ello siguen manteniendo reuniones con todos los accionistas, convencidos que pueden conseguir el 51% del capital para culminar con éxito su ofensiva en la próxima Junta General de Accionistas que se realizará en junio. Son optimistas y creen que ya pueden cerrar algunos acuerdos incluso antes de que termine este mes de marzo, según ha podido saber THE OBJECTIVE en fuentes conocedoras de estas negociaciones.
Este diario ha podido conocer también el contenido de la propuesta que estos empresarios afines al Gobierno están transmitiendo al resto del capital. El proyecto de Global Alconaba, Adolfo Utor y Diego Prieto (que aglutinan poco más del 17% del capital) pasa por cuatro ejes: compartir la gestión de la compañía cuando se produzca la salida de Oughourlian, repescar a Carlos Núñez como consejero delegado, vender Santillana para pagar la deuda y seguir adelante con el proyecto de la televisión en abierto sin que se comprometa el perímetro del grupo Prisa.
Respecto de la gestión, se está transmitiendo a todos los accionistas que ni Alconaba (Andrés Varela y José Miguel Contreras) ni Adolfo Utor ni Diego Prieto tienen interés en asumir la gestión de la compañía ni la presidencia del grupo. Al mismo tiempo, prometen un acuerdo de codirección entre todas las facciones para establecer una presidencia rotatoria de periodos cortos para que todos estén representados. Para ello, ofrecen firmar un pacto de gobernanza, con cláusulas específicas para asegurar que los acuerdos se respeten y evitar que nadie se eternice en el cargo, como ha pasado con los últimos cuatro presidentes de Prisa.
Carlos Núñez como CEO
La presidencia será meramente institucional y no tendrá ninguna injerencia en la gestión de la compañía. Para ello ofrecen la designación de Carlos Núñez como consejero delegado con plenos poderes. Recordemos que Núñez renunció hace dos semanas a su cargo, presionado por Oughourlian, al día siguiente de que el consejo de administración votara el rechazo al proyecto audiovisual que presentó el CEO de Prisa Media y que lleva meses preparando José Miguel Contreras. Para los rebeldes es fundamental que el directivo vuelva a tomar las riendas del grupo, ya que -creen- ha mejorado el ebitda y los ingresos y ha dinamizado los nuevos negocios.
Resuelta la gestión de la compañía, los rebeldes proponen la venta de Santillana para saldar definitivamente la deuda, situada actualmente en 750 millones. Para los rebeldes es fundamental desapalancar Prisa y liberar al grupo de los onerosos tipos de interés que lleva más de tres años soportando, además de romper las ataduras de complejas negociaciones que llevan décadas asfixiando a la empresa. El grupo ha pasado de pagar 49,7 millones en intereses en 2021 hasta los 82,6 millones en 2024, lo que ha sido el principal detonante de que el ebitda y los ingresos crecientes se hayan convertido finalmente en pérdidas.
Estamos hablando de la filial en Latinoamérica, ya que el grupo vendió en 2020 todos los negocios de la editorial en España, por 465 millones. En este caso, Alconaba y sus aliados creen que se podrían obtener entre 600 y 700 millones por la parte baja de la horquilla, es decir, unos siete u ocho veces el ebitda, algo razonable de acuerdo con la realidad actual del mercado. Esto permitiría saldar prácticamente todo el pasivo de Prisa y enfrentar una nueva etapa centrada solo en los medios de comunicación.
Canal de televisión
Precisamente para reforzar esta división, que ya tiene una posición fuerte en prensa, con El País; y en radio, con la Cadena Ser y Los 40, mantienen su apuesta por la cadena de televisión en abierto que se rechazó en el consejo de hace dos semanas y que desencadenó el enfrentamiento público con Oughourlian. Desde el entorno de Alconaba, Utor y Prieto dejan claro que este proyecto nunca ha formado parte del perímetro financiero de Prisa y tampoco lo hará en el futuro. Es un plan externo con el grupo podría colaborar sin que tenga, en ningún momento, riesgo financiero, dicen.
El proyecto original que se presentó a Oughourlian y al consejo era el mismo en el que se llevaba trabajando semanas y que -dicen los rebeldes- contaba con el apoyo del presidente desde hacía meses. Consistía en que Alconaba, Utor y Prieto tendrían el 70% de una sociedad de nueva creación y que Prisa se quedaría con el 30%, pero sin aportar capital y con una cláusula que después de tres años le daba la posibilidad de abandonar el proyecto sin ningún tipo de penalización ni riesgo financiero.
Los 21 millones que requería el proyecto (11 millones el primer año de funcionamiento, siete el segundo y tres el tercero) ya se han conseguido y Prisa no debía aportar dinero, solo logística, conocimiento y recursos periodísticos. El plan del canal tampoco era utilizar las marcas del grupo, pero sí tirar de sus redacciones para reforzar sus programas de actualidad. Tras la negativa de Oughourlian -y el despido de Contreras como director editorial- los rebeldes seguirán adelante con el plan, ajustarán los porcentajes de participación y se presentarán al concurso público que probablemente vea la luz antes del verano.
Accionistas de Prisa
Sin embargo, si logran los apoyos necesarios para relevar a Oughourlian, el plan de la televisión en abierto seguirá siendo el mismo. De hecho, incluso si no tienen la oposición del actual presidente, el proyecto nunca pondrá en riesgo financiero a Prisa, lo que significa que su participación siempre será como socio minoritario, sin aportación de capital y solo con apoyo logístico.
¿Y cómo van las negociaciones? Este diario ha podido confirmar que se están produciendo con una decena de accionistas y que incluso ya van por segundas y terceras rondas de encuentros. Esto indica que las respuestas definitivas no debería tardar demasiado y las primeras confirmaciones estarían al caer, incluso antes de que termine el mes de marzo. El objetivo es llegar con el 51% a la junta de junio, pero la idea es tener cerrado todos los apoyos algunas semanas antes y, si es posible, no descartan convocar una junta extraordinaria para plantear el relevo antes de esta fecha.
Y no se cierran a ningún apoyo. Consideran que si solo estuvieran Alcobana, Utor y Prieto en la batalla, no existiría enfrentamiento con Oughourlian, pero creen que hay el suficiente descontento entre el resto de los accionistas para pensar que pueden ganar la guerra. Parten de la base de su 17% en el capital, al que podrían sumar el del Banco Santander (4,2%) y los Polanco (7,2%), y abren la puerta a todos los extranjeros como Carlos Slim (7%, que incluso podría tener hasta un 10% en derivados no aflorados); el resto de socios mexicanos, con hasta un 8%; y Vivendi con un 12%. Este último ha sido siempre el apoyo del franco-armenio, pero en la actual batalla está todo abierto.