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Prisa busca cerrar la refinanciación de la deuda para llevarla al consejo la próxima semana

La compañía debe 750 millones de euros y la idea es reducir el pago de intereses y alargar la vida de los pasivos

Prisa busca cerrar la refinanciación de la deuda para llevarla al consejo la próxima semana

Sede del grupo Prisa en Madrid. | Europa Press

El equipo de Joseph Oughourlian redobla los esfuerzos para cerrar los últimos detalles de la refinanciación de la deuda de Prisa. De hecho, según ha podido confirmar THE OBJECTIVE en fuentes conocedoras de la situación, la idea es poder presentar los detalles de la operación para que sea aprobada en la reunión del consejo de administración de la próxima semana. Sería el primer golpe de efecto del presidente no ejecutivo, en plena guerra por el control de la compañía y en medio de las negociaciones del bando rebelde para apartarle de la gestión del grupo editor de El País.

Desde el entorno de Prisa se indica a este periódico que a día de hoy se sigue trabajando en la refinanciación de la deuda de 750 millones y que efectivamente se está en la recta final, pero que todavía no hay nada firmado. Respecto del consejo, se indica que el encuentro corresponde a la reunión ordinaria de este mes de marzo y que todavía no tiene orden del día. Por otro lado, miembros del máximo organismo indican que en la reunión de los vocales de esta semana -para aprobar las cuentas- se comunicó que se intentará presentar la refinanciación en esa fecha.

El consejo es el próximo martes, por lo que los últimos flecos deberían cerrarse en las próximas horas para llegar a tiempo a la reunión del máximo órgano de representación. En cualquier caso, lo que parece claro es que si no se cierra esta semana, o la próxima, se hará como tarde en abril, ya que los principales acreedores como el fondo Pimco (dueño de dos tercios de toda la deuda) habrían dado su plácet al nuevo acuerdo en el que lleva semanas trabajando la directora financiera, Pilar Gil, y en el que se ha involucrado el propio Oughourlian.

Nuevas condiciones

De momento no han trascendido mayores detalles del acuerdo, pero está claro que aumentará la vida de la deuda al menos hasta el año 2030 y que reducirá los tipos de interés que se están abonando, la gran losa de la compañía en los últimos dos años. En este periodo, Prisa ha aumentado sus ingresos y ha mejorado su ebitda, pero los elevados costes financieros han empujado al grupo a registrar pérdidas de 11,6 millones en 2024 y de 32,5 millones en 2023. En 2022 perdió otros 12,9 millones y el año anterior 106,5 millones.

Prisa ha pasado de pagar 49,7 millones en intereses en 2021 hasta 82,6 millones en 2024 y no solo por la subida del Euribor que se ha disparado en los últimos dos cursos, sino por las elevadas tasas que se comprometieron en la última negociación. La empresa ha rebajado su deuda en 75 millones en los últimos cinco años, con los 230 millones en bonos convertibles que se han ejecutado. Del actual pasivo financiero, 250 millones deben abonarse en 2026 y otros 575 en 2027, por lo que cerrar esta refinanciación es clave para evitar la primera gran amortización el próximo curso.

Otro de los temas relevantes de la refinanciación son las cláusulas que impondrá Pimco y que se conocerán cuándo se cierre el acuerdo. Quizás la más importante de cara a la guerra que se vive por el control es la posibilidad de que el pacto esté sujeto a que Oughourlian esté al frente de la compañía y que si se le aparta de la gestión de Prisa se tenga que realizar una amortización anticipada de la deuda o cambien las condiciones del crédito y los intereses.

Posición de Oughourlian

Expertos consultados coinciden en que esta es una cláusula normal dentro de las cotizadas, pero que suelen están unidas a que no haya un cambio en el accionista mayoritario, que en definitiva es lo que da tranquilidad a los inversores. Por otro lado, no es habitual que se firmen unidas a un gestor o a un equipo de gestión concreto. En este sentido, habrá que esperar a ver cómo se cierra y en qué términos se acuerda finalmente la letra pequeña de la refinanciación.

Otro de los puntos candentes -y que refrendaría a Oughourlian- es que Pimco podría establecer otra cláusula para que la compañía no haga inversiones arriesgadas como entrar en el negocio de la televisión. Precisamente, la intención de los accionistas rebeldes (Global Alconaba, Adolfo Utor y Diego Prieto) era participar con el apoyo de Prisa en la licitación de la nueva frecuencia que lanzará el Gobierno en las próximas semanas, pero el presidente no ejecutivo se opuso argumentando riesgos financieros y eventuales pérdidas.

Guerra en Prisa

Si se confirman estas cláusulas, la refinanciación de la deuda de Prisa se constituirá -además de un salvavidas financiero- como un blindaje para Oughourlian en su lucha por el control de la compañía. Como ya ha dicho este diario en varias oportunidades, el plan de los rebeldes afines al Gobierno pasa por conseguir al menos el 51% del capital para forzar la salida del presidente en una futura junta de accionistas. Para ello, siguen negociando con todas las partes. De momento, todos hablan con todos y, dependiendo de la fuente, hay más apoyos de uno u otro lado.

Estamos ante una batalla que se presume larga y en la que una convocatoria de una junta de accionistas de cualquiera de los dos bandos podría ser la señal de que alguno ha conseguido los apoyos necesarios para ganar la guerra. En todo caso, no se espera que en los próximos días alguien consiga una ventaja clara, pero tampoco debería pasar demasiado tiempo. Antes del verano se podría resolver el conflicto, ya que todos reconocen que la compañía no puede soportar una lucha que se eternice en el tiempo.

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