The Objective
El purgatorio

Rubén Arranz: «El sanchismo va con la chorra fuera»

El periodista vallisoletano visita ‘El purgatorio’: «Google es el gran difusor de bulos, pero nadie lo señala»

Fue comunista, pero lo dejó. Se alejó totalmente de la Iglesia y la fe, y ahora no es que haya regresado, pero se hace más preguntas. De eso va la vida, de creer cuando eres joven que lo sabes todo, e ir viendo de adulto que sabes de poco. Aunque Rubén Arranz (Valladolid, 1985), periodista en El Independiente, sí que maneja especialmente el asunto mediático. Intereses, favores, amistades, productoras, hemerotecas, periodistas (y periódicos) de partido, televisiones públicas…

PREGUNTA.-  Se habla mucho de la corrupción política, pero se habla menos, mucho menos, de la corrupción periodística.

RESPUESTA.- Sí, claro. La corrupción periodística es una cosa del día a día y absolutamente evidente. De hecho, es muy curioso: Pedro Sánchez llegó al poder con aliados mediáticos que se cuentan con los dedos de una mano. Uno de ellos era Jordi Évole, que —si recuerdas— cuando lo habían echado del partido, él fue al programa de Évole y dijo que había una conspiración de la Telefónica de César Alierta y del grupo Prisa contra él. Y, de hecho, el grupo Prisa había publicado un editorial con Antonio Caño, director. «Insensato, sin escrúpulos». Y, de hecho, habían tenido que enviar una especie… creo que fue el consejo de redacción de El País, advirtiendo de que ese tono les hacía perder suscriptores. Y el propio director había mandado un correo electrónico a los suscriptores para reivindicar la independencia del diario, porque se había montado un escándalo tremendo.

Joder, fue cuestión de pocos días, y a Pedro Sánchez le salieron amigos como a alguien que le toca la lotería. Es una cosa impresionante. Y solo cuando le vieron flojear —que fue después de la primera de las dos comparecencias que tuvo, cuando salió lo del asunto de Santos Cerdán, del informe de la UCO— solo cuando lo vieron flojear empezaron con los famosos cartelitos de Ferreras, con algunos artículos de El País en los que yo creo que pensaban que había un hombre muerto ahí, y empezaron a denunciar que era muy difícil seguir en el gobierno si tenía dentro de Ferraz ese tipo de cuestiones.

Pero es muy curioso lo que ha pasado en esta última semana, porque como el bicho resiste, hay quien parece que también ha dicho: «Uy, pasito atrás». Eso es un ejercicio de corrupción. Iba a decir: «Es una inmoralidad, es muy poco honesto», pero es que, en realidad, es corrupción. Tú no puedes dibujar una realidad diferente a tus lectores en función de lo que creas que te convenga. Porque, al final, esto no son reflexiones éticas o cuestiones que se debatan en reuniones de los periódicos. Esto es: ojo, cuidado, que el Estado es el principal anunciante de los medios de comunicación —las administraciones, en general—. «A ver si el bicho sigue y me hace lo que le han hecho a lo que él llama pseudomedios, que nos ha secado de publicidad institucional».

P.- Y es una corrupción que siempre queda impune y se olvida. Hay gente muy entregada a la causa, que pasará la tormenta y vendrá otro presidente, otro cargo político, y se ajustarán. Siempre ha habido, de izquierdas y de derechas. Y luego quedan limpios de polvo y paja.

R.- Bueno, de todas maneras, lo de este ciclo político me ha parecido absolutamente sorprendente. Se sabe que Begoña Gómez —nos lo ocultaron unas semanas— estaba investigada. Si recuerdas, manda la carta a la ciudadanía. Aparecen una serie de compañeros que firman un manifiesto contra el golpismo judicial y mediático, señalándonos a nosotros. Es decir, entre los medios de comunicación siempre había habido rencillas. Esto de «perro no come carne de perro», es mentira. Pero es verdad que no había habido unos compañeros enfrentándose a los otros porque al Gobierno le convenía.

Y a partir de ahí, se desencadena una especie de cacería contra los medios, contra la pseudo-información. «Vosotros sois la máquina del fango». Y es muy curioso porque, por ejemplo, cuando eso sucedió, se acababa de equivocar InfoLibre y había adjudicado una pertenencia a la mujer de Núñez Feijóo a una fundación en la que no estaba, una empresa en la que no estaba, Sargadelos. Pero eso es un error, eso no formaba parte de una campaña. En cambio, los errores de los pseudo-medios forman parte de una campaña de poderes oscuros, de lobbies oscuros para desacreditar e intentar tumbar al Gobierno. Y así ha sucedido durante todo este tiempo.

Cuando tú haces eso porque al Gobierno le conviene en ese momento concreto, tú estás siendo un vendido. Tú estás siendo parte del problema. Estás siendo parte del Gobierno. Estás siendo un propagandista más. Y eso es una corruptela. Y luego pasó una cosa que creo que no está muy bien explicada. A partir del año 2007-2008, se desencadenó una tormenta perfecta con los medios de comunicación. La publicidad cayó en tan solo unos meses un 40 %, por la crisis económica.

Y luego, a partir de ahí, lo que sucedió es que los formatos se dejaron de vender. No se vendían periódicos, porque la gente empezó a mirar todo en internet. Y en internet a los periódicos les cuesta muchísimo rentabilizarlo. Y a partir de ahí, el periodismo empeoró, los sueldos bajaron, y eso implicó que coincidiera con otro fenómeno, que fue el de las televisiones. Entre producir una serie y hacer una tertulia, dijeron: «Coño, si nos ha bajado la publicidad un 40 %, vamos a poner aquí a cuatro fenómenos a hablar de lo que sea, de lo que fuere». Y es mucho más barato que producir Águila Roja, por ejemplo.

Y a partir de ahí, lo que sucedió es que los periodistas vieron que podían sacar un sobresueldo. ¿Qué sucede? Cualquier contertulio de este país te puede decir que cuando estás en determinadas tertulias, los ministros escriben con mensajes, y a partir de ahí presionan. Y, evidentemente, no es casualidad, por ejemplo, que en una de las conversaciones de una de las múltiples familiares de José Luis Ábalos dijera que Santos Cerdán le había ofrecido sentarse en determinadas tertulias a cambio de comprar su silencio.

¿Con cuántos periodistas pasa eso? Claro, si sabes que estás ahí, que en el periódico en el que estás tu sueldo ha bajado en los últimos años —o a lo mejor tu sueldo es de miseria directamente—, pero esa tertulia te la prometen a cambio de decir determinadas cosas o de no decirlas, pues a partir de ahí, ¿eso en qué deriva? En que la gente que lo ve tiene un mensaje completamente alterado, distorsionado y corrompido, porque la persona que se lo dice está corrompida, vendida o como lo quieras llamar. Y eso es así. Hay periodistas vendidos en cada tertulia de este país.

Rubén Arranz en ‘El purgatorio’. | Víctor Ubiña

P.- Información de Sargadelos que utilizó, por cierto, María Jesús Montero en sede parlamentaria, en el Congreso, acusando a Feijóo. Nunca retiró aquello ni pidió disculpas. Como lo de la bomba lapa del capitán Bonilla. El esquema era simple: «Ayuso quiere matar a Sánchez». Básicamente venía a decir eso, porque era el capitán Bonilla, pagado ahora por la Comunidad de Madrid con 90.000 euros, como si Ayuso hubiera dicho: «Este para mi equipo». Igual ni le conocería o ni le conoce. A lo que yo pensé: de todos modos, 90.000 euros, todavía le queda un trecho para llegar a cobrar lo que cobra, por ejemplo, la antigua directora de El Plural como consejera de Radiotelevisión Española.

R.- El Plural es un libelo, ya está. No pasa nada. En todas las sociedades hay libelos, hay periódicos de partido. Pero es curioso, porque en ese periódico, evidentemente, ahí hay manguera. El manguerazo es algo que emite un agua que es el chorro de dinero público. Y es evidente que el PSOE ha apoyado ese periódico.

Y se puede apoyar de diferentes formas. Está lo de la bomba lapa, pero hay otra cosa, que sucedió en aquellos días, que es la de los dos DNI del juez Peinado. Y la gente se rio —era tan vergonzoso que la gente se rio—, pero antes habían estado en su casa en Ávila, en la provincia de Ávila, en la casa del juez. Y luego ya, pública, lo de los dos DNI.

Cuando ven que hacen el ridículo, dicen: «Bueno, es que esto puede pasar, los espías tienen dos DNI». O sea, al final, el juez que está juzgando a la esposa del presidente… a lo mejor es un espía. Hicieron el ridículo, no rectificaron jamás. Y, claro, había que pagar los servicios prestados a Angélica Rubio. Se reparten Televisión Española, el Consejo de Administración, y le premian con una ínsula. Pedro Sánchez ha ido dando ínsulas a todos sus amigos, y a Angélica Rubio le corresponde eso, que es —desde luego— un trabajo mucho más agradecido que estar entre el periódico y las tertulias. Es el mero hecho de ir a un consejo de administración al mes, a las comisiones del consejo.

Y, evidentemente, cuando a ti te pone un partido para estar en un consejo, tienes que levantar la mano. Porque, si no, te echa el propio partido. Y ya está. La vida te la garantizan. Solamente tienes que hacer una determinada misión cuando el gobierno te lo pide, o cuando el Don te lo pide.

Rubén Arranz en ‘El purgatorio’. | Víctor Ubiña

P.- Hay dos personas de las que se habla mucho. Tienen mucho seguimiento en redes, tanto para críticas como para odios exacerbados. Hay gente que se siente fascinada por ellos, otra gente los ve como una especie de Caiga quien caiga de derechas. Hablo, sobre todo, de Vito Quiles y de Bertrand Ndongo. ¿Qué le parece lo que hacen y cómo lo hacen?

R.- A mí no me gusta especialmente ese periodismo. No es el periodismo que yo haría, ni el que me parece más útil. Creo que es mucho más útil bucear en el registro mercantil o leer los papeles si tú quieres molestar al poder —y me refiero no sólo al político, sino también al económico— que hacer preguntas indiscretas por la calle.

Dicho esto, tienen todo el derecho a hacer las preguntas indiscretas que les dé la gana. Otra cosa es lo que hace, por ejemplo, Ndongo, como cuando aquel encuentro, un duelo de titanes con Antonio Maestre, en que fue directamente a buscarle y el otro le encontró también.

Lo que no entiendo muy bien es la diferencia entre lo que hace la reportera del programa de Cintora, lo que se hacía en Caiga quien caiga y lo que hace Vito Quiles. Por eso tampoco entiendo muy bien por qué la respuesta es diferente cuando lo hace Vito Quiles que cuando lo hacía la reportera de Caiga quien caiga. Hay algunos que ya se han dado cuenta de que hay un género, ya no solo periodístico, sino emocional y hasta cómico en algunas preguntas. De hecho, no sé si viste la famosa entrevista a Ábalos en Valencia que fue memorable.

Me puede parecer más o menos útil, pero están en todo su derecho de hacerlo. Y dicho esto: quienes quieren censurarlos son los que dan premios. Eso me parece escandaloso. Periodistas parlamentarios dan premios cada año a los políticos. Y los veo, además, con una inclinación evidente a premiar más a los políticos de izquierda. Están en su derecho. Pero no es un ejercicio objetivo. Como tampoco puede ser objetivo —y perdona que lo diga— el mero hecho de que alguien se intente atribuir las mejores esencias del periodismo cuando se mete 1.000 euros al mes de Televisión Española o más, o se mete 450 euros por tertulia, alguno.

Y a partir de ahí ya tienes un nexo con lo público. A partir de ahí, tienes un nexo con lo que, de las arcas públicas —de ese “tesorito”, de ese cofre— sale cada mes para distribuirlo a los diferentes gastos del Estado. Y a partir de ahí, si te está pagando el Estado, tú pierdes una parte de tu objetividad. Puedes venir con un discurso diciendo que eres independiente, pero en realidad nadie es plenamente independiente de su pagador.

Y esta gente, al final, está intentando sentar cátedra. Han presionado, se ha hecho un reglamento nuevo en el Congreso, y lo que quieren es que les quiten la acreditación a estos porque consideran que molestan, y son molestos. Y me parece que las ruedas de prensa son especialmente insistentes, sí. Y me parece que su periodismo no daña al poder tanto como lo hace el mero hecho de que tú te encuentres un documento público —o te den documentos privados— y tú los publiques, por supuesto. Pero, reitero: su ejercicio no es diferente al que hace la reportera del programa de Cintora. Y ellos, que critican tanto a Vito Quiles, han inventado a su particular Vito Quiles.

Rubén Arranz en ‘El purgatorio’. | Víctor Ubiña

«El sanchismo siempre cruza la línea, aguanta el escándalo y luego contraataca»

P.- Se han cumplido siete años desde que Pedro Sánchez llegó al poder. ¿Diría que uno de los momentos culmen —que recordaremos con el paso de los años en relación con Sánchez y su efecto sobre el poder mediático, sobre el establishment mediático— sería aquel manifiesto que hemos comentado antes contra el «golpismo judicial y mediático», que firmaron periodistas como Silvia Intxaurrondo, Iñaki Gabilondo o Maruja Torres?

R.- La cumbre del periodismo palanganero, puede ser. Es que hay tantas. Porque nos fijamos en los periodistas, pero es que han hecho tantas cosas, de verdad. Cuando Iván Redondo empezó con aquella idea de influir en los influencers. Y de repente, en la pandemia, empezaron a surgir influencers defensores del Gobierno de debajo de las piedras. Decías: «¿Pero esto qué es?». Es que han hecho cosas de propaganda tan absolutamente cutres y escandalosas que no sabría decirte cuál ha sido el momento de mayor infamia periodística. Probablemente, sí, el manifiesto. Porque nos llamaron golpistas. Golpistas.

Y yo soy un tipo que vive en un barrio normal. No me puedo comprar una casa, soy el típico joven pobre. Trabajo de sol a sol. Y de hecho, creo que trabajo tanto porque si me paro, me haría preguntas muy jodidas sobre mi futuro. Menuda mierda de vida y de golpista. Me llaman golpista a mí, una persona que está metiéndose 250.000 euros al año en la televisión pública. No, no… ¡joder! Yo soy pobre, hombre. A veces lo hago bien, a veces lo hago mal, y estoy seguro de que la mayoría tenemos nuestras contradicciones. Reitero: con lo complicado que es sobrevivir, nos pintaron como cucarachas. Bueno, estaba «el tal Idafe» por ahí llamándonos ratas todos los días, poniéndonos motes…

P.- Decía lo de «la paguita», sí. Ahora la tiene él, trabajando para Moncloa.

R.- Hombre… un poco de vergüenza ajena. No sé cómo decírtelo mejor: es muy desvergonzado, de verdad, firmar un manifiesto en favor de un gobierno cuando eres periodista. Sea cual sea. Es muy patético. De verdad. Y debería estar proscrito por tu propia profesión. Lo que pasa es que esta gente ahora goza de las prebendas del poder. Y cuando esté en la oposición, gozará de esa posición que te da el ser el contestatario cuando no gobierna el que a ti te gusta. Y yo digo: «Pero si es que tú tienes que estar siempre para contar las cosas».

Mira, me acuerdo cuando yo escribía más sobre Televisión Española, antes que ahora. Cuando estaba José Antonio Sánchez de presidente, RTVE era un escándalo diario. Y nosotros lo contábamos: la manipulación informativa que ejercía el PP en RTVE cada día. Entonces estaba bien visto hacerlo. Pero cuando llegó Pedro Sánchez al poder, te encontrabas con una reacción salvaje de la propia profesión en tu contra. Lo que antes no hacían. Y dices: «¿Entonces para qué estamos?». Si es que nosotros tenemos que ser un poco como lobos solitarios. Un tocahuevos, para tu jefe y para la sociedad un poco útiles, digo yo.

P.- ¿Qué efectos crees que ha tenido —y tiene— en estos siete años de poder de Sánchez sobre los medios de comunicación? A grandes rasgos, ¿qué ha pasado?

R.- Ha pasado de todo. Lo que no se había visto antes de esta forma es un enfrentamiento tan evidente, que se haya provocado una división tan evidente de una parte de los compañeros contra otra, sin entender la circunstancia de los atacados.

No habíamos visto artículos cuasi científicos, diría yo. De repente, citaban estudios en los que se hablaba de los efectos de la desinformación sobre la toma de decisiones del ciudadano. Y la conclusión siempre era la misma: los culpables son estos. Y casualmente, estos no son los que están defendiendo al gobierno. Cuando un periodista, de verdad, no tiene que defender a ningún gobierno. Desde el punto de vista empresarial, pues hombre, que hayan intentado tomar casi al asalto el control del Grupo Prisa, porque la línea editorial favorable parecía que ya no les valía, aquello tiene su cosa.

Luego, sobre todo, cuando esta gente se iba reuniendo —cuando llegaron al poder— con determinados medios digitales. Ellos decían: «Ahora tenemos que crear el equivalente a Ok Diario, pero de izquierdas». Entonces, algunos se sorprendieron —no voy a dar nombres—, pero más de uno lo sabe muy bien: fue así. Y han superado con creces cualquier nivel de adscripción posterior. Hay medios de comunicación que se han convertido en auténticas groupies del Gobierno. Y luego ya, casos extremos como El Plural. Que, reitero: cada partido puede tener sus libelos, pero no puedes llamarlo un medio «informativo» del sector.

Y luego la última medida que han hecho es, para mí, la más relevante. Ya no solo duplicaron el presupuesto en publicidad institucional que heredaron —y aprovecharon la pandemia para hacerlo—, sino que ahora lo han mantenido en ese nivel. Y lo último ha sido poner delante la zanahoria y decir: «Vamos a repartir hasta 123 millones de euros en fondos para digitalizar medios». ¿Pero qué vas a digitalizar? ¡Si llevan 20 años digitalizados todos! Es decir, el primer periódico digital es de 2001, más o menos. ¿Qué vas a digitalizar ahí? Tú lo que quieres es premiar a tus amiguetes. Pero dilo así: «Vamos a crear una partida con fondos europeos para premiar a la prensa que está hablando bien de mí». Y ya está.

«Me llama golpista una periodista que está metiéndose 250.000 euros al año en TVE»

P.- Ha habido movimientos en el grupo Prisa en los últimos meses. Lo principal, se destituyó como directora de El País a Pepa Bueno, y se nombró a Jan Martínez Ahrens. Una de las últimas informaciones que ha publicado Arranz decía que Oughourlian—presidente de Prisa— ha cortado el último hilo de El País con el zapaterismo mediático. Decía usted que hay un proceso de limpieza de la influencia de José Miguel Contreras en el grupo Prisa. ¿Diría que el sanchismo mediático es una continuación del zapaterismo mediático?

R.- Es que puede ser exactamente lo mismo. Vamos a ver, merece la pena explicar la esencia. Cuando llegó Zapatero al poder, ellos tenían muy claro algo: ese discurso del PSOE derivado de la etapa constitucional hasta entonces ya no les servía. Identificaban Prisa con el viejo PSOE.

Entonces hicieron una cosa: reconvirtieron la licencia de Canal+ para que pudiera emitir en abierto, y fundaron Cuatro. Pero, a la vez, intentaron conformar su propio grupo de medios con empresarios afines. Y ahí estaban José Miguel Contreras y Roures, sobre todo. Fundaron Público, fundaron La Sexta…Y recuerdo que Contreras me lo contaba en su día, cuando todavía supongo que no me odiaría, que ellos se repartieron la última acción para ver quién tenía la mayoría, si Globomedia o Mediapro, cuando formaron La Sexta. Pero ahí estaba Globomedia, estaban los de Televisa, estaban ellos y algún pequeño accionista.

Y La Sexta pusieron de jefe de informativos a Contreras, que venía de la Cadena SER. Pero ya cambió el discurso. Era otro PSOE, el de Zapatero. Y luego es verdad que ese PSOE de Zapatero tendió hacia otras cuestiones más tenebrosas, hacia un populismo más propio de la izquierda radical. Ese fue el giro clave del zapaterismo mediático. Y ahí empezaron otras formas de comunicación más agresivas, más insistentes…Luego copiaron fórmulas que se llevaron a cabo en Argentina, como aquello del «Fútbol para todos» del kirchnerismo. Eso ya lo tuvimos aquí.

Cuando declararon la guerra del fútbol a Prisa para emitir el fútbol gratis. Hubo un pleito que duró años, con indemnizaciones millonarias. Es verdad que Mediapro salió más o menos indemne, pero eso llevó a la ruina a La Sexta. Ese experimento derivó en lo siguiente: o compras esta cadena (La Sexta) y la fusionas con Antena 3 para formar Atresmedia, o se va a la quiebra. Luego Contreras consiguió quedarse de vicepresidente de Atresmedia. O sea: arruinas un canal y te hacen vicepresidente del otro. Maravilloso.

Y luego, con Sánchez, hay algo especialmente sorprendente: lo invasivo que ha sido. Por ejemplo, la toma de control de Indra. Eso está al margen de los medios, pero ahí colaboró incluso Oughourlian en esa batalla para cesar a los consejeros independientes. Posteriorment en Telefónica, unas semanas después de tomar el control de Telefónica, nombran a Carlos Ocaña —el tipo que escribió un libro que casualmente es casi lo mismo que la tesis de Pedro Sánchez— como consejero de Telefónica. Y le nombran vicepresidente. Y luego, como presidente de Telefónica Audiovisual, que es Movistar Plus: ponen a Javier de Paz, que es amigo íntimo de Zapatero.

Contreras mete al socio con el que fundó su productora como director de Ficción en Movistar Plus. Ahí se mueve mucha pasta. Creo que el sanchismo va más allá del zapaterismo. Es que van con la chorra fuera. No tienen ningún complejo. Y si te fijas, la gran clave de comunicación del sanchismo es esta: hay una valla, una frontera. Algo que nunca ha pasado. Ellos la cruzan. Se monta un escándalo, se arma la mundial, y durante dos días guardan silencio.

Y luego ya empieza el contraataque: «No ha pasado nada. Bueno, pues seguimos». Y ya está. Vamos a nombrar a Dolores Delgado como fiscal general del Estado. Luego nombramos a Álvaro García Ortiz. Escándalo tremendo. Vamos a hacer una amnistía. Estiramos la Constitución como si fuera un chicle. Imputan a dos secretarios de organización del partido, bueno, sí, es un escándalo. Pero mira Gürtel, bla, bla, bla…Esperamos un par de días. Lo superan. Y después, contraataque. Ahí son unos auténticos genios. Ven que el españolito tolera. Y como tolera… pues venga: ¡ancha es Castilla!

«RTVE debería plantearse si está volviendo loca a su audiencia»

P.- Sobre Radiotelevisión Española y, además, sobre los últimos fichajes. Hemos visto a Cintora, a Javier Ruiz, Buenafuente. Hemos visto un intento de convertir un Sálvame recauchutado en servicio público. ¿Cómo valora la etapa de José Pablo López al frente de RTVE?

R.- ¿Tú te acuerdas de la película de Réquiem por un sueño? ¿Quién estaba más loco, los yonquis o la madre? La madre, por la televisión. En RTVE deberían empezar a plantearse que, a lo mejor, hay señores y señoras a los que están volviendo locos con esos contenidos. No sé si el infoentretenimiento genera adicción, intuyo que en un principio sí, porque con esto de tener esas pequeñitas descargas de adrenalina, de la vuelta de la publicidad o «en el siguiente bloque te vamos a contar otro escándalo» … Intuyo que genera cierta expectación. A mí me genera como cierta atracción fatal por las mañanas, cuando tengo un rato que estoy en casa o la hora de la comida, y digo: «Voy a poner aquí a Javier Ruiz, a ver qué cuenta».

Y de repente aparece Sarah Santaolalla, desgañitándose. Terrible. Es un personaje perfecto de comedia, es un personaje que, en Réquiem por un sueño, hubiera pegado. Es decir, si hubieran descrito al tertuliano, hubieran puesto a Sara Santaolalla ahí. Hay un punto que José Pablo López, cuando se mete en la cama todos los días, tendría que ver. A lo mejor hay alguien al que has pervertido completamente el concepto de la realidad con los contenidos que están dando tus periodistas contratados en esos programas.

Pero fíjate cómo ha sido: como una parte de esos contenidos no los pueden hacer por mandato marco los servicios informativos —el mandato marco es la norma que regula los objetivos que tiene que cumplir Televisión Española— dicen: ojo, los servicios informativos, esos programas los tenemos que hacer aquí dentro, no los podemos subcontratar. Se inventaron la excusa del infoentretenimiento, programas de productoras, y ahí, bueno, pues un poco más laxa la cuestión.

Entonces, claro, el otro día la juez Biedma —que es la que está juzgando al hermano de Pedro Sánchez— acude a una manifestación de Vox. Y no era una manifestación de Vox, era una manifestación a la que había ido una persona de Vox, de Badajoz creo que era. Entonces, claro, yo pensaba, digo: «Esto me ha dado una idea buenísima. La próxima vez que yo quiera desacreditar una manifestación… no sé, ¿a quién mandamos? ¿A Torbe?». Es decir, se manifiesta con Torbe por algo, o alguna persona que sea especialmente despreciable. Podría ser perfectamente.

Dicen: «Ayuso ya no va a poder salir a la calle porque en un acto público ha recibido abucheos». Y te lo cuenta Javier Ruiz: «Vamos a ver las imágenes». Y ves que hay una señora gritando. Si ves una señora gritando no es que no puedes salir a la calle, es que hay una señora que está gritando ahí.

Y te pongo el otro ejemplo, el ejemplo contrario. Escribí un artículo y me pusieron a parir —lo de la «derechita punky», que son muy punkis—. También me pusieron a parir porque dije que lo de «que te vote Txapote» era patético, que no era un eslogan de campaña, y que al final lo que iba a hacer era movilizar más voto entre los desencantados de la izquierda que entre los convencidos de la derechita punky. Es un tipo gritando. Eso no significa nada. No significa que haya una campaña o un clamor popular contra eso. Pero ellos lo intentan transmitir así.

Y en Televisión Española está pasando eso. Anécdotas que les sirven en un momento determinado para imponer su discurso, el famoso relato, el puto relato. Todo el rato hablando del relato, ellos los cuelan. Y esos programas de infoentretenimiento son como su subterfugio. El vacío legal. «De aquí lo podemos contar». Pues venga, llamas a Santaolalla para que nos lo cuente.

Rubén Arranz en ‘El purgatorio’. | Víctor Ubiña

P.- Sobre los bulos. ¿Qué le parece este uso de los bulos? El uso de la palabra bulo, el cómo al Gobierno le interesa hablar de bulos.

R.- Pues mira, vamos a dar un enfoque diferente. Mi madre abre Google Chrome, y aparece Google Discover. ¿Cuántos bulos hay en Google Discover? ¿Cuántos bulos de la reina Letizia hay en Google Discover cada día? Titulares exagerados, titulares manipulados para entrar en Google Discover, precisamente. O titulares que se desmienten después de la noticia. O trolas completamente. Yo digo, porque se pone mucho el foco sobre los pequeños editores, pero ¿y sobre Google? Porque Google, evidentemente, prioriza esos titulares, porque son de clic fácil. Y eso lo que hace es que generar más dinero a través de su sistema publicitario. ¿Por qué nadie señala a Google?

Google es el gran editor mediático actualmente. De Google dependemos todos, y evidentemente, sus decisiones editoriales son absolutamente opacas, como con cualquier cambio de algoritmo. Y de esto nadie habla. ¿Por qué nadie habla? ¿Por qué? Porque Google es el canal editor, y de Google vive mucha gente. Pero es mucho más culpable de que la gente se crea los bulos, de que tu madre o la mía nos llamen para decir: «Oye, ¿es verdad que se divorcia el Rey?» Porque lo han leído. Y eso está en Google. Evidentemente hay un majadero en un medio de comunicación que lo ha publicado, el típico titular distorsionado que luego se desmiente en la noticia. Pero eso es clave. Se ha señalado a los pequeños editores y no la burda utilización de clickbait del gran editor de medios de comunicación, sin el cual ninguno podríamos sobrevivir.

«Hay periodistas vendidos en todas las tertulias de este país»

P.- Por ir cerrando, la gran noticia de la semana es la entrada en prisión de Santos Cerdán.

R.- A lo mejor es un bulo todo, me refiero a que Santos Cerdán ha dicho que no se reconoce en las grabaciones e incluso había alguno que había publicado que a lo mejor habían estado manipuladas por los servicios secretos de Israel. Esto lo he leído las últimas semanas. A ver, te pones a analizar la trama de comisiones que presuntamente se montaron, el famoso papel, es que él negó que fuera titular del 45 % de las acciones de Servinabar, la empresa de Navarra, cuando había un papel firmado que transfería esas acciones.

Entonces, entiendo que habrá una parte de los medios de comunicación que empeñarán en intentar apagar el fuego con respecto a Cerdán. O incluso, como dijeron desde el primer momento, en alabar la rapidez. Como ha dicho Pepe Álvarez: «Hay que alabar de Pedro Sánchez que bien ha perimetrado la corrupción del partido». A partir de ahí, ya está. Cerdán purgado, a la cárcel. Seguimos adelante. Ya está. No, era una cosa de él. «¿Y qué iba a saber el PSOE?».

P.- Un nombre que a veces aparece —aunque siempre está ahí como motivador del partido— es José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo nombre ha nombrado Víctor Aldama. Y nombra a Zapatero por un supuesto viaje que habían hecho en un chárter, un avión, Venezuela, el petróleo…

R.- Vamos a citar lo que sí que sabemos. Zapatero tiene una relación probada, a través de diferentes viajes y de un lobby en Madrid, con el régimen chino. España ha sido especialmente tolerante —algo que países de la OTAN y de la UE se comprometieron a no ser— con el aterrizaje de Huawei o la penetración de Huawei. No en las redes, pero en este caso la penetración tecnológica. Dentro de la empresa que tienen las hijas de Zapatero, Huawei figuraba como uno de sus clientes. La pareja del ministro Albares fue vicepresidenta de Huawei España, y después, en una decisión que tampoco es para nada preocupante, la nombraron consejera de Hispasat, que no solamente tiene interés en telecomunicaciones, sino también militar.

Y mientras tanto, como quien no quiere la cosa, Acento —en la que el consejero delegado, Pepe Blanco, tenía como trabajador a Antonio Hernando— no tuvo otra idea fantástica que hacer lobby por Huawei en Bruselas. Antonio Hernando estaba en la empresa, y ahora Antonio Hernando es secretario de Estado de Telecomunicaciones. Esto es lo que sabemos. Estos son nexos. Luego, ya a partir de ahí, podemos hablar de que Zapatero reconoció que Delcy Rodríguez es su amiga; que Zapatero está de representante del Grupo de Puebla; que en las elecciones de Venezuela va evidentemente siempre a defender a Nicolás Maduro.

Y que cuando participó en la negociación entre Maduro y la oposición en República Dominicana, terminó actuando de parte de Delcy Rodríguez y su hermano, no de la oposición. Todos lo sabemos. Y a partir de ahí, habrá cosas que se tendrán que saber, si se tienen que saber. Pero eso ya, solamente, me resulta absolutamente escandaloso. Eso es Zapatero.

P.- Solamente el relato de los hechos.

R.- Como pseudoperiodista, simplemente he relatado hechos que se saben.

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