The Objective
El purgatorio

Rafa Latorre: «Si hay primarias, Óscar Puente será el sucesor de Pedro Sánchez»

El director de ‘La brújula’ visita ‘El purgatorio’: «Sánchez está acabado, esto es la agonía»

Rafa Latorre (Pontevedra, 1981) estaba en Praga un 31 de diciembre y recibió un mensaje de Carlos Alsina. Y se tomó las uvas sabiendo de una oferta que no podría rechazar: colaborar en Más de uno. Este hombre de radio, este gallego no profesional, que había tenido una carrera vertiginosa desde bien joven–con menos de 30 años ya era subdirector de Protagonistas con Luis del Olmo–volvió a la radio cuando pensaba que su voz ahí se había apagado. Asentado en Onda Cero, acabó sucediendo en 2022 a Juan Ramón Lucas en La brújula. El EGM acaba de confirmar su éxito: máximo histórico de audiencia en los 30 años que lleva el informativo nocturno de la cadena.

PREGUNTA.-  Supongo que cuando Sánchez llegue a su final, no sé si ahora, dentro de dos años, dentro de un mes, supongo que alguien dirá, parafraseando el título de aquel libro que decía: «Habrá que jurar que todo esto ha ocurrido».

RESPUESTA.- Habrá que jurarlo. Yo creo que Sánchez ya ha llegado a su final. Esto es agonía. Larga o corta agonía, pero no dejará de ser una agonía. Está acabado.

P.- ¿Él lo sabe?

R.- No sé. Él está completamente en shock. Por una vez, estoy de acuerdo con Iván Redondo: esa mirada vacía indica que está completamente en shock. O sea, le ha pasado una apisonadora por encima. No se entera de nada. Todo su núcleo duro lo han arrojado por la borda. El último es Paco Salazar. Creo que el movimiento no es azaroso y él es una persona que no sabe ahora mismo cómo conducirse. Entiendo que él ahora mismo concibe el poder únicamente como estrategia de defensa y que probablemente esté más asesorado por asesores legales que por asesores políticos. Y podrá aguantar lo que pueda aguantar, el tiempo que necesite para preparar su defensa, para atrincherarse. Pero esto está acabado.

P.- O sea, que el principal propósito político del Gobierno de Sánchez es evitar la alternancia, es decir, que llegue Feijóo a la Moncloa.

R.- Sí, es una minoría de bloqueo. Pero eso, que ya era manifiesto el día de la investidura, ahora es palmario. ¿Qué ley puede aprobar Pedro Sánchez que no sea dilapidando todo el Estado? Pero ¿para qué dilapida el Estado? Es decir, ahora puede someterse a una negociación —y digo «someterse a una negociación»— con Junts, que en realidad es un chantaje puro. ¿Y qué le va a entregar? ¿El Consejo General del Poder Judicial catalán, por ejemplo? ¿Y quién se lo vota? Es una minoría de bloqueo, no puede aprobar nada, no puede sacar adelante un proyecto de país, y lo único que puede hacer a lo que puede aspirar es a que no gobiernen los otros.

P.- Leí en una columna suya que una de las posibles escapadas de Sánchez, si quiere volver a presentarse, sería hacer plantear un debate sobre el modelo de Estado, esto es, un tipo de debate que divida totalmente.

R.- Eso sería lo coherente. Lo coherente en un plebiscitario como Pedro Sánchez es plantear una solución binaria: o sí o no, o conmigo o contra mí. Y la única manera de hacerlo es tomando una bandera que sea puro derroche de emotividad para la izquierda y que la una en una causa común. Pero una causa sentimental, del tipo «monarquía o república», y plantearlo como una solución constituyente.

Eso sería lo coherente. Ahora bien, veamos cuál es el margen que tiene para maniobrar en ese sentido. Creo que en el Congreso de los Diputados hay suficientes partidos a los que les gustaría esa solución, con lo cual él puede avanzar y puede explorar esa vía. Pero es que no le queda otra. No hay otra. Y encima es coherente con la lógica de Pedro Sánchez.

P.- Decía que el presidente estaba en shock. Igual hay quien le parece frívolo comentar el aspecto de Sánchez, pero es que está muy delgado. Se le ve muy desmejorado.

R.- No creo que sea frívolo. Creo, de hecho, que hemos considerado que demasiadas informaciones relevantes eran materia frívola y, por eso, no las hemos tratado. Y me refiero, por ejemplo, a los negocios familiares o cosas así. Y está extremadamente delgado, se nota muy deteriorado físicamente.

Lo que ocurre es que él sabe perfectamente lo que le pueden hacer y lo que le tienen preparado. Es decir, él sabe las comunicaciones que tiene con José Luis Ábalos. Él habrá hecho una evaluación de cuáles son los daños y sabe perfectamente que ahora mismo hay tres personas con información muy relevante que están compitiendo por su salvación personal.

Y de esa competición él solo puede salir malparado, porque además, oye, un tesorero puede saber muchas cosas respecto a las cuentas del partido. Un secretario de Organización lo sabe todo. Dos secretarios de Organización lo saben absolutamente todo. Y dos secretarios de Organización y Koldo, que resulta que es una especie de taquígrafo de la historia reciente de España, porque lo tiene todo registrado, pues imagínate…

Rafa Latorre en ‘El purgatorio’. | Víctor Ubiña

P.- Se ha abierto la veda sobre algunas cosas antes tabú, por ejemplo, los negocios de familiares del presidente. Recuerdo a Ábalos cuando le preguntaron sí él consumía prostitución. Y él decía que estaba en contra de la prostitución de la mujer. Y añadió: «Del hombre también». Creo haberle escuchado, Rafa, a usted en su programa diciendo «Esto no es casual».

R.- Nada en Ábalos es casual. A mí me parece un personaje fascinante por su dominio de la comunicación. Nadie —que yo sea consciente— ha mentido en mi presencia con el arte con el que lo ha hecho José Luis Ábalos. Y el tío, cómo consigue enviar mensajes cargados de subtexto que se nos revela un tiempo después y de repente uno acude a una declaración de Ábalos y dice: «Ah, era por esto». Cuando dijo lo de «masculina», lo dijo consciente de lo que estaba diciendo. Primero, porque era una frase completamente extemporánea. O sea, le estaban preguntando si él había acudido a la prostitución. Pero fíjate, decías lo de los tabúes y, efectivamente, han operado una serie de tabúes.

Hubo un tiempo en que era un tabú hablar de los negocios personales o de la carrera académica artificial de Begoña Gómez, dejó de ser un tabú. Pronto dejará de ser un tabú —si no ha dejado de serlo ya— las saunas de Sabiniano, del suegro. ¿Por qué? Pues por una razón muy sencilla. Hombre, cuando Pedro Sánchez toma una decisión y la expone ante las mujeres de su partido —de que los militantes y cargos socialistas que son clientes de la prostitución serán expulsados del partido— eso deja de estar ya en el ámbito personal. Se pasa a operar en el ámbito público. Pues con más razón será para aquellas personas que tienen negocios donde se oferta la prostitución. Tienen una responsabilidad mayor.

No sé exactamente hasta dónde llegan esos negocios, pero sí creo que pueden ser objeto de fiscalización. Es más: deben. Deben serlo, por saber, sobre todo, el ambiente en el que ha convivido durante todo este tiempo Pedro Sánchez. Todos nos preguntamos: «Vamos a ver, ¿cómo una persona cuyo círculo íntimo está cuestionado por sus comportamientos privados se declara sorprendido, cuando él ha compartido intimidad con todos ellos?». Él ha dormido en la casa de Valencia de José Luis Ábalos, donde salió esta Letizia Hilton. Y llevaba en los leggins la memoria USB. Él durmió en esa casa.

Una persona que se ha recorrido España con Ábalos, Koldo, Cerdán… Las conversaciones que se mantenían en ese Peugeot, ¿de qué naturaleza eran? O sea, ¿de qué iban hablando? ¿Esperaban a que Pedro Sánchez se acostase para mostrar su verdadero carácter? Y entonces, cuando Pedro Sánchez iba a repostar y decía: «Voy a ir a comprar unos nachos a la gasolinera», era cuando decían: «Oye, esta noche a ver qué…» O sea, ¿qué sentido tiene mostrar ahora su repugnancia? Porque, una vez más, Pedro Sánchez ha llevado esto al terreno personal. Es decir, él es una persona a la que sus amigos, sus compinches, le han defraudado. Eso es puramente personal. Tiene una parte política, pero es personal. Entonces, es perfectamente lícito y necesario preguntarse hasta qué punto Pedro Sánchez compartió esas confidencias, compartió… o era consciente de cómo eran estas personas.

Rafa Latorre posa en el plató de THE OBJECTIVE. | Víctor Ubiña

P.- De Ábalos sí diré que hay una noticia que me fascina. La publicó THE OBJECTIVE: cuando se descubrió que Ábalos había pasado el verano de la pandemia, 10 o 15 días en un chalé que compartía terreno con él Milady Palace, puticlub de Marbella.

R.- Fíjate ahora en el Comité Federal, Pedro Sánchez se ha volcado en el asunto feminista y ha querido tapar ahí la vía de agua del voto femenino. ¿Por qué? Porque sobre lo otro no puede actuar. Y lo otro es lo que tiene sustancia penal. Nadie va a meter en la cárcel a Ábalos porque esté relacionado con esta u otra persona; lo meterán en la cárcel, no por ser el sugar daddy de nadie, sino por ser el sugar baby de Aldama.

Es decir, el problema no es que Ábalos estuviera con Jésica, pongamos. El problema es que Jésica pudo ser parte de un cohecho para hacerse con los favores de un ministro. Parte de un cohecho o un cohecho para hacerse con los favores. Ese es el verdadero problema. Y eso es lo enjundioso del caso: que le estaban pagando.

Y oye, tal y como está transcurriendo la investigación, tal y como ha detallado en sus autos Leopoldo Puente, aquí lo que da la sensación es que a Ábalos efectivamente lo mantenían distraído, pero los que de verdad tenían capacidad de decisión eran otros. Santos Cerdán está en la cárcel porque tiene un conocimiento al que sus compinches no acceden. Y eso lo argumenta Leopoldo Puente en el auto. Con lo cual, porque el riesgo de fuga hay, tiene arraigo. Con lo cual, creo que en ese sentido, Ábalos pudo no mentir. Por una vez.

P.- Rafa Latorre está de enhorabuena. El EGM, el Estudio General de Medios, ha publicado sus resultados y La brújula, alcanza el máximo histórico en sus 30 años de historia, bajo la dirección delLatorre, 585.000 oyentes. O sea, suma 187.000 con respecto a la última oleada de éxito. Éxito histórico.

R.- Ha ido bien, cuando va bien hay que celebrarlo siempre, como si no hubiera un mañana. Pero ahora, entre tú y yo, y este es el momento de decirlo, el EGM es un sistema de medición absolutamente enloquecedor. Es una cosa tan caprichosa y con unos vaivenes tan violentos que cuesta, cuesta creerlo, francamente. Pero yo me lo voy a creer. Esta oleada me la voy a creer. Aunque el EGM, lo diré, tiene su utilidad también. Si las radios tuviéramos un sistema de medición como las televisiones, tan al minuto, viviríamos espídicos, ciclotímicos. Ahora por lo menos estás tres meses que eres idiota o eres un genio. Pero esos tres meses tienes una estabilidad de la mediocridad o de la excelencia, y es saludable.

P.- Aparte del EGM, con un dato espléndido, entiendo que sí hay una sensación de confianza, de credibilidad, de seguimiento.

R.- Es que el negocio de la radio consiste en eso. Ser directivo de radio debe de ser un tema complicado, porque hay tantas decisiones que dependen únicamente de la intuición y no de un dato objetivo, que lo hacen muy difícil.

Es muy sencillo y a la vez muy difícil. Lo importante, cuando asumes la dirección de un programa de radio, es tener claro cuál es el rumbo y mantenerlo, en la medida en la que confías en que lo que estás haciendo es lo que tienes que estar haciendo, incluso en los datos malos, sobre todo en los datos malos.

Y llegué a un programa en crecimiento con Juan Ramón Lucas, que le había dado muchísima personalidad. Es un programa, La brújula, agradecidísimo, más de 30 años de historia. Con lo cual, ya tiene un bagaje. Tú no tienes que inventar prácticamente nada. Creo que ha ganado en influencia. Creo que es parte de la conversación pública, una parte bastante notable. Y, sobre todo, lo más importante: nos lo pasamos bien, que es el mejor síntoma de todos.

Rafa Latorre en ‘El purgatorio’. | Víctor Ubiña

«El PSOE ya no es un partido de votantes sino de militantes»

P.- Revisité la entrevista que hizo Latorre a El purgatorio, 17 de julio de 2023, y el titular fue: «Es inaudito que haya periodistas que critiquen a otros por ser demasiado duros». Y pensé, aún faltaba por llegar el manifiesto contra el golpismo judicial y mediático.

R.- Me pregunto si los que lo han firmado se habrán arrepentido. Y no lo sé. El otro día, hablándolo, me dijo John Müller, me decía: «No, no, qué va, están orgullosísimos».

P.- A mí hay un nombre que sorprende de todos los abajo firmantes: Iñaki Gabilondo.

R.- Bueno, hay veces que firmas cosas por puro compromiso, porque te lo ha pedido esta u otra persona. Y es que, leído hoy, ese manifiesto es un testimonio de época. Y, efectivamente, creo que Gabilondo probablemente sea de los que se arrepienta… o no. A saber.

P.- Recuerdo un monólogo suyo en La brújula, a raíz de aquellas palabras de Leire Díez: «Se puede ser socialista y periodista». Y Latorre, con malaje, dijo: «No ya, si viendo TVE uno piensa que no se puede ser otra cosa».

R.- Eso fue un comentario a mala leche. A ver, Televisión Española, en las escaletas, ¿siempre ha respondido a una lógica partidista? Pues seguramente. ¿Se ha colado propaganda de estraperlo en información? Pues seguramente. Sin embargo, nunca habíamos asistido al fenómeno que ahora mismo está ocurriendo.

Es decir, que toda la parrilla de TVE sea una regurgitación del argumentario oficial. Y que tengas a unos presentadores que, de repente, fijan sus ojos en la cámara y te dicen y te editorializan, pero de una manera tan severa, que yo creo que en ninguna de las televisiones comerciales se permite.

Y siempre en la misma dirección. Es decir, se acude siempre al ejemplo de Alfredo Urdaci, por ejemplo. Y Urdaci podía componer así o asá las informaciones. Lo que no hacía Urdaci es lo que ahora mismo se están permitiendo determinados directores de programa de Televisión Española. Además de sentirse aludidos por las críticas al Gobierno y ser ellos los que salen al paso, como si ellos fueran los interpelados. A mí eso me resulta fascinante.

P.- Escribió hace unas semanas en El Mundo: «¿Es posible que crean que alguien puede creer lo que están diciendo? Qué va. Lo del libro, lo de la Kitchen, la bomba lapa, el guion de Feijóo, los delirios de Pérez Dolset, el expediente informativo… Son solo píldoras anfetamínicas para desquiciar la conversación. Y en esa tarea urgente, la de alicatar la España del cotolengo, juega un papel esencial el circuito cerrado de realidad virtual de TVE y ministros sin ningún respeto por sí mismos como Óscar López Ibor. El alcalde Madrid, Martínez Almeida, empleó la palabra precisa pero creo que no es exacto que nos estén «tomando por gilipollas. Pretenden convertirnos en gilipollas, que es distinto».

R.- Sí, porque creo que la mentira, cuando es tan procaz y tan evidente, cumple una misión que no es que te la creas, sino que enloquece la conversación. Y el tono de determinados programas de Televisión Española lo que pretende es eso: enloquecer la conversación pública, es decir, crear una caricatura de debate.

Y en ese disparate, pues, considerar que como todo es mentira, lo mejor es creernos solo aquellas mentiras que nos reconfortan. Creo que esa es la misión. Porque evidentemente nadie se va a creer las cosas que dice Óscar López —esto es la bomba lapa—, pero enloquece la conversación.

De repente nos encontramos hablando de supuestos que son una tontería, pero que nos ocupan tiempo, y que dividen, y que hacen que el sentimiento de pertenencia sea más fuerte. Curiosamente.

«A Ábalos lo meterán en la cárcel, no por ser el ‘sugar daddy’ de nadie, sino por ser el ‘sugar baby’ de Aldama»

P.- Me maravillo cuando la UCO entra en Ferraz y veo algunos programas de TVE, del infotainment, donde se dice «No es un registro, es un requerimiento».

R.- Es que hay un nuevo género periodístico que consiste en decir lo que no es antes que lo que es. Entonces, ante un hecho cualquiera —por ejemplo, sentencia de los ERE—: «Eh, esto no es la Gürtel». Entra la UCO en la sede de Ferraz: «Es que esto no es…».

Oiga, si todavía no me he informado siquiera de lo que es, ¿por qué me está diciendo lo que no es? Porque, precisamente, cumplen una labor paliativa. Sí, es la unidad de paliativos. Dice: «Bueno, mete aquí al enfermo chuta, le doy un poquito de morfina, a ver si así…».

Y entonces, cuidado, que nadie se atreva a decir que esto es un registro. Bueno, pues cuénteme lo que es, a ver si llegamos a la conclusión: ha ido la UCO y ha solicitado determinado material que pudiera resultar probatorio al PSOE. Llámelo como quiera. ¿Quiere llamarlo requerimiento? Bueno, pues no pasa nada, pero llámelo. No me diga lo que no es. Dígame lo que es.

Y entonces cumplen esa misión. ¿Por qué? Porque eso les permite, además, también, coger la versión más disparatada. Hubo un momento en que, en esta forma de desmentir bulos, decían: «Bueno, no se les ocurra a ustedes —yo qué sé— beber Cristasol para curarse el covid». Y me dije: «No conozco a nadie, te lo juro, que crea que bebiendo eso se cura el covid».

Pero esa es una forma de coger lo más disparatado y decir: «Fíjense cómo está el ambiente», Entonces tú coges la peor versión del otro. Por ejemplo, ahora hay también otro subgénero, que es esperar a ver si un concejal de cualquier pueblo o pedanía dice una salvajada sobre el Gobierno. A ser posible, si es del PP, mejor; pero si es de Vox, también nos vale. Y así poder ir contra eso.

P.- Hombre, ¿es grave lo que está haciendo el Gobierno?

R.- Sí, pero fíjense lo que está diciendo este tío. Este tío, el concejal de Matalascañas, es tremendo.

Y entonces el debate sobre el concejal de Matalascañas y lo que ha dicho es tremebundo, porque Pedro Sánchez es un malandrín. Pero esa palabra es inaceptable. Entonces ya ese es el marco.

P.- Por jugar al futuro… ¿Qué PSOE habrá después de Sánchez?

R.- Pues depende del tiempo que permanezca Sánchez. Digo, por si hay o no hay. El PSOE está abocado a una refundación. Ha faltado a un pacto con sus votantes y eso le aboca a una refundación. La verdad es que no sé cómo se puede recomponer esto. Y te digo por qué.

Primero, si tú ahora vas a las casas del pueblo, los militantes ya poseen el partido. O sea, no es un partido de votantes, es un partido de militantes. Y Felipe González hizo una descripción muy precisa y muy bien traída en la entrevista con Alsina.

Se dirigió a los votantes del Partido Socialista, porque ya nadie se dirige a los votantes: se dirige a los militantes. Pedro Sánchez tiene un modelo de partido secuestrado por la militancia. En ese modelo de partido, el sucesor natural no puede ser otro que Óscar Puente. No puede ser otro. Porque en algo tiene razón Óscar Puente cuando dijo: «Todos estos resentidos no ganarían ni una asamblea».

Tiene razón. Si se presentan esos supuestos resentidos a unas primarias, los tratarían como traidores. En el último Comité Federal —ya que estamos con las metáforas náuticas— al que quería colgar del palo mayor el Comité Federal era al que decía que el barco iba hacia las rocas, que era Emiliano García-Page. Es un partido de militantes. Cuando tú has adiestrado a tu base en el sectarismo, en el muro, en el atrincheramiento, en considerar que cualquier cosa es mejor que gobierne el adversario, es muy difícil luego regresar al momento anterior.

«Toda la parrilla de TVE es una regurgitación del argumentario oficial del gobierno»

P.- Eso es un proceso interesante. Lo pensaba cuando vi este pasado sábado a ese grupo de personas frente a la sede de Ferraz. Y cuando fue Page, le gritaron: «¡Traidor! ¡Cobarde!». O sea, ¿cómo ha sido el proceso para convertir en hooligans a una buena parte de los militantes del PSOE, y a un señor de izquierdas de Cuenca, pero crítico con Sánchez en protofascista?

R.- Sánchez ya no se dirige a una mayoría social. Nunca lo ha hecho. Sánchez se dirige a una minoría suficiente para poder bloquear al Gobierno mediante una serie de pactos excéntricos. Resulta que Emiliano García-Page sí llega al votante. Pero es que al militante socialista le ha ocurrido lo que contaba Rodríguez de la Borbolla —que, por cierto, también es otro traidor—, de aquel Partido Comunista salvadoreño, que decía: «Somos pocos, pero muy sectarios».  Y claro, es que cada vez el partido tiene una base más restringida… y al ser más restringida, es más sectaria. Está más atrincherada.

P.- O sea, que el sucesor de Pedro Sánchez, si tuviera que apostar: Óscar Puente.

R.- En unas primarias abiertas, no tengo ninguna duda. Vibran con él las casas del pueblo. Es el más solicitado para los mítines. Y Óscar López cree que puede ser eso. Pero eso es imposible, porque Óscar López es una máquina de perder elecciones. Allí donde se acerca un proceso electoral, ya está decantado. O sea que Óscar Puente.

P.- Hablaba de la militancia, y creo que no gustó esa imagen del presidente cuando sale el informe de la UCO, y va a pedir perdón. No gusta entre su gente, lo que les gusta es el «que se jodan los demás». No el perdón.

R.- Lo que pasa es que era demasiado evidente. Y las conversaciones muestran una vida demasiado podrida del partido. No tenía escapatoria. No, porque él había defendido a Cerdán. Y en cuanto salen las conversaciones… hombre, puedes tener a la gente fanatizada; otra cosa es hipnotizada. Hay algunos que están hipnotizados.

Pero mira, Leire Díez, hemos pasado demasiado deprisa, porque, oye, ¡Leire Diez quería ver muerto a Antonio Balas! Antonio Balas estaba en el registro de Servinabar en persona. Estos dos hechos son relevantes.

Jacobo Teijelo, estaba con Leire Díez. Fue a ver a Santos Cerdán a la cárcel. Esto es un hecho relevante. Creo que ya nadie duda de que Leire Díez reportaba a Santos Cerdán. Es decir, que Leire Díez tenía una encomienda de la Secretaría de Organización para hacer una cloaquilla y allí hacer maldades con Rubén Villalba, con todos estos que van apareciendo.

Y hasta dónde estaba dispuesta a llegar Leire Diez, no lo sabemos. Es una persona que se expresa con pocos juegos literarios. Es decir, yo tiendo a creer que, cuando las personas me dicen «quiero esto», es que quieren eso. Ella quería ver muerto a Antonio Balas. La lectura más benévola es que lo quería ver muerto civilmente. Bueno, tampoco está mal.

Oye, Leire Díez, al final le estaba escribiendo el libro de estilo del Partido Socialista. No estaba escribiendo un libro de investigación, porque lo que yo veo es que todos, cada vez, se expresan más en esa línea.

P.- ¿Qué papel juega Zapatero ahora mismo en el PSOE?

R.- Zapatero es el gran coach del socialismo actualmente. En el momento en que el socialismo se ve desanimado por las circunstancias aparece Zapatero y les mete un chute de adrenalina, enardece los ánimos.

Zapatero es, para la militancia fetén, ahora mismo, casi el papel que en realidad ha tenido Felipe González, casi el refundador del socialismo moderno. Zapatero es un cambio de agujas en la historia de España y en la historia del Partido Socialista, que es el partido más importante de la España democrática.

Hasta tal punto que podemos afirmar que, en este momento, estamos viviendo una especie de tardo-zapaterismo. Es decir, si te pones a analizar los personajes cruciales del poder político —del poder, en general— todos vienen de esa época.

Lo estamos viendo. Incluso hasta Garzón, está por ahí. Da la sensación de que alguien ha entendido que la crisis económica fue un accidente que interrumpió un proyecto político que estaba destinado a una mayor ambición —probablemente una ambición constituyente—, y decidió retomarlo allí donde la crisis económica lo interrumpió.

Es decir: Cándido Conde-Pumpido, todo este rollo de la España plurinacional, Pepe Blanco… Vivimos un tardozapaterismo. O sea, ideológicamente, Sánchez es un conjunto vacío, Sánchez lo llenas con cualquier cosa. Sánchez lo mismo te dice que sus amigos de 50 años, en las barbacoas esas donde se comen esa carne poco hecha, están con el tema del mujerío, y están un poco temerosos… que lo mismo te dice que te va a coger de los pelos a Puigdemont y te lo trae. Que hay que amnistiarlo.

Pero Zapatero no. Zapatero sí tiene ideología. Tiene un proyecto, tiene una idea. A mi juicio, completamente lesiva para el interés nacional, completamente destituyente, y que nos lleva a la catástrofe. Respecto de Venezuela, creo que lo gordo está en la causa secreta de Pedraz con los hidrocarburos —de ahí no conocemos nada—, algún día llegaremos a Venezuela, y a las conversaciones de Aldama con Delcy, y aquella noche de la que Koldo juró que no iba a hablar ni muerto. Pues probablemente sabremos cuál es el papel.

P.- Está de moda el victimismo. Pero no solo en las personas, también en el Gobierno de España.

R.- La víctima es el héroe de nuestro tiempo. Esto ya es una frase muy manida. Y el Gobierno lo ha comprendido, hasta el punto de que cualquier cosa lo convierte en víctima. Pero cualquier cosa. No es posible que abran diligencias un juez contra tu mujer, y resulta que tú eres la víctima y nos lo presentas en una carta. Pero es que hay un apagón, y el Gobierno es víctima.

Es que hay un desastre ferroviario, y el Gobierno es víctima. ¿Pero de qué no es víctima el Gobierno? Hasta del precio de la vivienda es víctima el Gobierno. Todo lo consiguen transformar de tal manera que le adjudican al Gobierno el papel de víctima. Y de ahí… a mí hay una cosa que me molesta mucho: este derroche sentimental.

«Es que Ábalos… es que Cerdán… ha sido tan doloroso, tan duro…». ¡No sean obscenos! Esto sí que es pornografía. No nos compartan sus sentimientos. Nos importan una higa. ¡Usted metió a Santos Cerdán en el corazón del partido! Y metió a Ábalos en el corazón del partido y del gobierno. No importa lo destrozado que esté usted porque la víctima será, en todo caso, el pueblo español, que ha sido estafado.

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