The Objective
Lupa mediática

El Gobierno ultima la licitación de la nueva TDT y busca un afín para que se la quede

El plan pasa por lanzar a finales de septiembre, o principios de octubre, la convocatoria y las bases del concurso

El Gobierno ultima la licitación de la nueva TDT y busca un afín para que se la quede

Julio Ariza (El Toro TV), Javier Godó ('La Vanguardia'), Óscar López (ministro de Transformación Digital); y José Miguel Contreras | ILUSTRACIÓN: Alejandra Svriz

El Gobierno sigue adelante con la adjudicación de la nueva licencia de televisión (TDT) en abierto. El Ministerio de Transformación Digital ultima los pliegos de la licitación que anunció hace más de un año, pese a que no hay un claro candidato, ni un grupo de izquierdas que pueda asegurar fidelidad al sanchismo. Los plazos oficiales -según ha confirmado THE OBJECTIVE– indican que el concurso se lanzará a finales de septiembre o, como tarde, a comienzos de octubre y a partir de ahí los interesados tendrán treinta días para presentar su propuesta. La cartera de Óscar López tendrá otros seis meses para decidir, aunque quiere que esté todo resuelto antes de que finalice el año, porque luego debe reordenar el espectro para las cadenas de ultra alta definición (UHD) de Atresmedia y Mediaset.

Un movimiento que el Gobierno ha realizado a regañadientes para mantener el control de la adjudicación. La imposibilidad de encontrar aliados -tras el fiasco del asalto a Prisa de los accionistas afines a Moncloa- puso paños fríos al proceso e incluso algunas voces sugirieron que se abortara la licitación. No obstante, la ley audiovisual dice que si no hay concurso tras seis meses de que se haya planificado la reserva de dominio radioeléctrico (el 26 de marzo) «cualquier interesado puede instar la convocatoria». La ley también dice que deben pasar 18 meses para que se pueda dar por no convocado el proceso y destinar el espectro a otros fines. Pero para ello, nadie debe reclamar la licencia. Y eso es asumir muchos riesgos.

De hecho, a oídos del Gobierno llegó el fundado rumor de que la cadena de derechas El Toro TV -heredera de la extinta Intereconomía de Julio Ariza- tenía la firme intención de reclamar el concurso. Y si nadie más se hubiese interesado, el Ejecutivo no hubiese tenido más remedio que adjudicarle la nueva TDT. Por ello han preferido lanzar el proceso -en el filo de los plazos- con tiempo para hacer una búsqueda final que pueda cumplir con sus objetivos: crear una cadena política y con muchas tertulias para defender al presidente del Gobierno. No es una tarea fácil porque desde hace seis meses que se busca apoyos, pero está echando el resto, incluso sondeando posibles inversores extranjeros.

El modelo de TVE

El plan original se mantiene y pasa por tener una cadena similar a la actual Televisión Española (TVE) que tiene 12 horas diarias de tertulias e información política. Nadie duda de que la pública se ha convertido en el mejor altavoz del Gobierno -el último episodio de las protestas contra Israel en la Vuelta o la salida de Eurovisión, son los ejemplos más recientes- pero no es suficiente. El actual contexto político y las investigaciones judiciales en marcha que cercan al Ejecutivo y al PSOE, demandan toda la ayuda mediática disponible. Sánchez ha dicho que quiere presentarse a la reelección de 2027 y si es que la nueva cadena está en marcha a primeros de 2026, sería un buen aliado para reforzar su guerra particular contra la prensa crítica y sus adversarios políticos.

No será fácil. La primera opción siempre ha sido el grupo de accionistas rebeldes de Prisa, liderados por Adolfo Utor, Andrés Varela y José Miguel Contreras. Pero tras perder el primer envite contra el presidente de la compañía, Joseph Oughourlian, el proyecto original ha saltado por los aires. El empresario rechazó acoger una TDT por considerar que sería una ruina económica; luego despidió a Contreras y a Carlos Núñez, que estaban montando el proyecto con las redacciones de El País y Cadena Ser; y luego bloqueó todas las opciones para que recuperaran el control. Se espera que estos días se retomen las negociaciones para comprar sus acciones, aunque el empresario franco-armenio no bajará de los 800 millones y una opa por todo el grupo. En cualquier caso, sea cual sea el desenlace de esta escaramuza, los plazos no dan y no dará tiempo para que Prisa -al menos en nombre del grupo de Contreras- pueda presentarse.

Esto nos lleva a la segunda opción y que es que Contreras y sus socios participen en solitario a la espera de que en un futuro pueda sumarse el grupo Prisa, si logran controlarlo en el medio plazo. Se considera en el sector que con 20 a 30 millones de euros se podría montar la cadena, pero no es seguro que este grupo -que vivió algunas discrepancias tras la guerra con Oughourlian- tenga los apoyos necesarios. Se sabe que Utor no tiene problemas de liquidez, en su condición de magnate naviero, pero es difícil que aporte todo el capital necesario. La clave estará en ver hasta dónde están dispuestos a llegar Global Alconaba (Entrecanales, Fernando Ocaña, Daniel Romero-Abreu y el propio Contreras) o Diego Prieto, el antiguo rey de las ambulancias. Aunque la realidad es que, a día de hoy, no tienen tomada la decisión de entrar en la puja.

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Si Global Alconaba no logra la solvencia necesaria para presentarse, en el Gobierno barajan otras opciones entre los pocos grupos cercanos que le van quedando. Una lista liderada por el grupo Godó (La Vanguardia, Mundo Deportivo y RAC 1). Es una de las viejas ambiciones de la compañía liderada por el conde Javier Godó, que estaría encantado de tener una cadena de TDT a nivel nacional. Tienen experiencia en el sector tras lanzar 8TV en Cataluña, aunque tuvieron que vender la televisión en el año 2021. Pese a ello, creen que pueden tener una segunda oportunidad, aunque con un proyecto con costes muy ajustados.

El problema es que la licitación de la nueva cadena de TDT llega en el peor momento comercial. Los ingresos por publicidad del mercado de la televisión en abierto se desplomaron un 6% en el primer semestre, haciendo sufrir a los gigantes como Atresmedia y Mediaset y asestando un duro golpe a las pequeñas cadenas. Un contexto que aleja posibles inversores -sin experiencia previa en el sector- que creen que es un negocio difícilmente rentabilizable desde cero. Algo no muy diferente a lo que viene sosteniendo en los últimos dos años el presidente de Prisa, Joseph Oughourlian, que ve el proyecto como un serio riesgo para el futuro de la deuda del editor de El País. Un argumentario que desmonta cualquier rumor respecto de que Prisa quiera participar en el concurso.

Atresmedia y Mediaset

Esto pasa la pelota al tejado de los grandes grupos: Atresmedia y Mediaset. En una licitación de méritos, lo normal es que alguno de los dos se lleve el gato al agua. Si es que se presentan. Han demostrado solvencia, buena gestión comercial, estructuras de costes muy acotadas y mucho producto que les permitiría realizar una inversión muy pequeña con un retorno importante. Ganarían poco, pero no perderían dinero. Y podrían sumar a su mix comercial una nueva oferta para los anunciantes.

La traba es que ya tienen muchas cadenas: seis en el grupo de Planeta y siete para los italianos. No sería una buena noticia para el pluralismo, que es la bandera que los gobiernos suelen enarbolar cuándo convocan a concursos de televisión, pero todo es posible. Y es la última baza que quedaría al Ejecutivo para evitar que su TDT caiga en manos conservadoras. Una cadena que se dedique a hacer televisión. El mal menor si no se consigue una tele fiel a La Moncloa.

Es verdad que Atresmedia y Mediaset tienen programas que sistemáticamente critican a Sánchez como los informativos de Vicente Vallés o el programa de Iker Jiménez, pero no es menos cierto que podrían utilizar la frecuencia como contenedor de programas alejados de la política. Sería el fin del proyecto oficialista, pero al menos evitaría que se colara por la gatera alguna tele como El Toro TV. Y eso no se va a tolerar en Moncloa. Comienza la carrera por quedarse por la primera televisión en salir a concurso en una década. Y se aceptan apuestas…

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