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Medios de comunicación

Atresmedia refuerza su disciplina financiera y su diversificación ante la crisis de la publicidad

El grupo sigue centrado en ampliar la brecha con Mediaset, mientras ve a RTVE como un «animal televisivo distinto»

Atresmedia refuerza su disciplina financiera y su diversificación ante la crisis de la publicidad

Javier Bardají, CEO de Atresmedia. | Atresmedia / Roberto Garver

Atresmedia –editor de Antena 3, La Sexta y Onda Cero– mueve ficha ante la crisis de la publicidad que afecta a todos los medios de comunicación, pero en especial a la televisión. Según ha podido confirmar THE OBJECTIVE, el grupo propiedad de Planeta ha puesto en marcha un plan que refuerza su política de control de costes al mismo tiempo que seguirá potenciando su política de diversificación que en las últimas semanas les ha llevado a la adquisición del 75% de la empresa de eventos Last Lap y la compañía de publicidad exterior Clear Channel España.

Los datos del mercado hablan de una caída del 8% que se mantendrá al menos hasta finales de este año, lo que para las grandes cadenas como Atresmedia y Mediaset puede suponer un impacto de unos 100 millones de euros para todo 2025. En el primer semestre, las cifras de Infoadex hablan de un retroceso del 5,9%, mientras que para los meses de julio y agosto fue del 10% y del 15%, respectivamente. En el cómputo final incluso se podría llegar a un retroceso del 10%.

Fuentes del mercado con las que ha hablado este diario indican que las causas de la crisis publicitaria de la televisión este 2025 responden a una tormenta perfecta que mezcla incertidumbre política y económica nacional, la inestabilidad internacional, los cambios estructurales en el consumo audiovisual y los factores coyunturales propios de cada mercado, como fusiones o caídas sectoriales.

Control de costes

Una situación que está afectando especialmente al mercado de la televisión –después de internet, el que se lleva la mayor parte de la tarta publicitaria–, ya que los anunciantes que más están reduciendo su inversión –como automoción, gran consumo, distribución o telecomunicaciones–, son precisamente los que están más vinculados históricamente a las cadenas en abierto, lo que hace más grande el impacto sobre este soporte frente a otros canales más flexibles como el digital.

En este contexto, Atresmedia –junto a Mediaset, el mayor receptor individual de publicidad tradicional del mercado– ha reforzado su política de control de costes y optimización de recursos. Según ha podido confirmar este diario con fuentes de la cadena, estos ajustes se están aplicando desde hace semanas de forma transversal en toda la compañía con el objetivo de proteger márgenes y sostener la rentabilidad ante la caída de la publicidad.

Es verdad que la disciplina financiera ha marcado la gestión de Atresmedia en los últimos años, pero también es cierto que su aplicación se refuerza coyunturalmente en función de las dinámicas del mercado publicitario. Esa flexibilidad le permite adaptarse a los ciclos económicos sin comprometer sus objetivos de rentabilidad. En este sentido, en el primer semestre del año, el grupo redujo sus ingresos un 3,2% y su EBIT (resultados operativos netos) un 7,4%, pero mantuvo un margen sobre ingresos del 16,3%.

Política de diversificación

El segundo objetivo ha sido aumentar ingresos al margen del mercado publicitario tradicional. Una política de diversificación que Atresmedia ha situado en el eje estratégico de su transformación. La idea es reducir la dependencia del mercado publicitario tradicional y amortiguar el impacto de las crisis sectoriales o coyunturales, garantizando un modelo de crecimiento «más equilibrado y sostenible». En estos momentos, una cuarta parte de los ingresos del grupo procede ya de actividades no directamente vinculadas a la publicidad convencional.

Entre sus principales líneas de negocio destacan la venta y distribución de contenidos propios, tanto en el mercado nacional como en el internacional. También ha desarrollado operaciones de venture capital y media for equity, participando en proyectos emergentes mediante inversión publicitaria, entre los que destaca el caso de Fever. Otro ejemplo de esta diversificación es Atresplayer, la OTT del grupo que se ha consolidado con un modelo híbrido de suscripción y publicidad.

Además, Atresmedia ha cerrado acuerdos estratégicos con plataformas internacionales como Vix y Disney, ampliando la distribución y monetización de sus contenidos. Del mismo modo, en los últimos años ha adquirido compañías relacionadas con su negocio principal –H2H, Smartclip– y ha llevado a cabo operaciones corporativas más recientemente, como la compra de Last Lap (en eventos) y Clear Channel (en publicidad exterior), que aportarán nuevos ingresos y Ebitda a sus resultados. Y se siguen explorando nuevas opciones en el mercado.

Estrategia en bolsa

El objetivo empresarial sigue siendo garantizar la máxima rentabilidad posible para sus accionistas pese a las actuales dificultades y todas sus decisiones estratégicas –desde el mantenimiento de la mejor oferta audiovisual y la preservación de su liderazgo de audiencias hasta la gestión de los costes o la expansión hacia nuevos negocios– responden a esa lógica con la que quieren mantener una ventaja competitiva estructural respecto a sus competidores. La estrategia también ha tenido buena recepción entre los analistas y los mercados con subidas en su cotización bursátil del 21% desde enero.

Un plan que se está ejecutando en plena arremetida de la TVE y de La 1, que ha registrado una importante subida de audiencias este mes y que le ha llevado incluso a discutir el liderazgo que Atresmedia ha mantenido durante 29 meses consecutivos. Pese a ello, el grupo tiene claro que Mediaset seguirá siendo su principal competidor –sin olvidar, aunque en otro plano, a las autonómicas, el resto de cadenas de TDT y las grandes plataformas de streaming–, ya que comparte un modelo comercial análogo con la cadena italiana. De hecho, el grupo ha logrado en los últimos años ampliar la distancia en los principales parámetros financieros (ingresos, ebitda y beneficios) respecto a esta.

Del mismo modo, se considera a RTVE un «animal televisivo distinto», ya que está financiado con impuestos y aportaciones de los propios operadores. Por tanto, creen que la televisión pública nacional no es el terreno donde se libra su verdadera disputa, pese a la creciente agresividad comercial de la cadena de esta emisora que ya les permite ingresar un 30% más pese a estar limitados por ley a tener anuncios comerciales.

Politización de TVE

Frente a esta situación, en Atresmedia quieren concentrar sus esfuerzos en el ámbito empresarial y no dejarse arrastrar por una corporación pública que compite en el mercado publicitario, aunque dispone de cuantiosos recursos vía Presupuestos Generales del Estado. Ingresos publicitarios que complementan unos recursos que se utilizan para comprar grandes derechos deportivos como el Mundial de Fútbol y programas destinados a elevar su audiencia.

De hecho, este diario ya ha publicado que la cadena ha intensificado en las últimas semanas su apuesta por formatos de infoentretenimiento de alto coste, con hasta 12 horas diarias de política. Una estrategia basada en la polarización, percibida por parte del sector como un intento de alinear su narrativa con el Gobierno y amortiguar los casos de corrupción que cercan al Ejecutivo. Frente a esta situación, en Atresmedia dicen que mantendrán una línea editorial estable, sin polarización ni radicalización, conscientes de que en la carrera por la atención de los espectadores «no valen los atajos ni las estrategias cortoplacistas», sino la consistencia y la credibilidad a largo plazo.

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