Gloria Lomana: «No conozco a ninguna mujer inteligente que no ayude a otra mujer»
La periodista y fundadora de 50&50 Gender Leadership lleva décadas defendiendo la igualdad de género

La periodista Gloria Lomana.
«Nací periodista y me moriré periodista», cuenta Gloria Lomana, afirmando que para ella el periodismo es más que un oficio. «Es una forma de ser». Su trayectoria empezó en 1982, en Televisión Española, cuando en el país la profesión era considerada por muchos como un terreno de hombres: «Cuando comunicabas que ibas a ser periodista, algunas familias pensaban que habría sido mejor que fueras abogada, profesora o cuidadora», recuerda.
Desde 2003 hasta 2016 mantuvo el puesto de directora de Informativos de Antena 3 Televisión, un cargo que asumió en un momento en que en la industria las mujeres apenas ocupaban puestos de liderazgo. «Éramos las primeras o las únicas», explica. A lo largo de esos años, la periodista enfrentó actitudes marcadas por prejuicios de género: «Se dudaba más de tu liderazgo. Se pensaba: ‘Ellas son más débiles, son más sensibles y, por lo tanto, no van a liderar igual’. Además, los hombres siempre han elegido modelos semejantes a los suyos y no se fijaban en nosotras». Otras veces, añade, estos prejuicios se expresaban a través de la condescendencia: «Esa manera de apuntarte ideas porque no se te van a ocurrir, o esas prácticas que a veces incluían adjetivaciones como ‘niña’ o ‘bonita’ o comentarios sobre tu forma de vestir».
Durante su etapa como directora, Lomana desafió la desigualdad de género en la industria. Impulsó campañas contra el maltrato y la discriminación, motivada por el lema «tolerancia cero», promovió que los hombres y las mujeres presentaran las noticias por igual y que las mujeres también abrieran los telediarios, algo poco común entonces y, por lo tanto, simbólicamente potente. Además, estaba decidida a poner fin a la práctica de usar el vestuario como herramienta para captar audiencia.
«Cuando las mujeres dirigimos, se nota que dirige una mujer», afirma, aludiendo a la sensibilidad y la voluntad de cambiar que aportan quienes han vivido en carne propia los efectos del machismo en los entornos laborales. No obstante, recuerda las consecuencias de poner límites o denunciar la discriminación: «A veces te granjeabas la fama de antipática o incluso de mandona, porque cuando una mujer lidera, no se destaca su liderazgo, se le tacha de mandona».
En su libro El fin del miedo: Voces en el año del feminismo (2018), abordó los desafíos que enfrentan las mujeres en una sociedad todavía dominada por creencias patriarcales, incluyendo las inseguridades que esas estructuras pueden generar de forma internalizada. Este compromiso con la igualdad de género ha caracterizado la larga carrera de Lomana, quien se ha dedicado a impulsar a otras mujeres, convencida de que «formar a la siguiente generación para que siga empujando» es una «obligación moral».
La solidaridad como referente
Para Lomana, «la igualdad no es una moda» y la solidaridad entre mujeres es indispensable para lograrla. Cita a Madeleine Albright, exsecretaria de Estado de los Estados Unidos: «Hay un lugar reservado en el infierno para aquellas mujeres que no apoyan a otras», e introduce su reflexión: «No conozco a ninguna mujer inteligente que no ayude a otra mujer».
Lomana valora especialmente rodearse de «mujeres comprometidas con poner escalera a las jóvenes que tienen que subir». Esta filosofía es el fundamento de su labor como presidenta del Consejo Asesor de Forbes Women, un espacio al que invitó a otras «mujeres portentosas» dedicadas a potenciar el empoderamiento femenino.
La española también es embajadora de la red española del G20 EMPOWER, la coalición global que busca acelerar la presencia de liderazgo femenino en el sector privado. Además, forma parte del International Women’s Forum (IWF), del Consejo Asesor de la Embajada de Alemania en España y de la Fundación Mujeres por África, dedicada a promover el desarrollo del continente a través de la cooperación con sus mujeres. En línea con el objetivo de visibilizar el liderazgo femenino, conduce el pódcast #MujeresInspiradoras para El Mundo, donde entrevista a mujeres referentes, explorando su trayectoria y las barreras que han derrumbado para llegar a donde están.
«El mayor cambio cultural del siglo XXI»
Para Lomana, las iniciativas de visibilización son esenciales si queremos transformar la mentalidad social que todavía percibe a las mujeres como menos capaces de liderar. Subraya que este cambio no solo compete a los hombres, sino también a las propias mujeres, quienes a menudo son menos propensas a promocionarse o a reconocer sus logros debido a, apunta: «la inseguridad con la que muchas veces hemos crecido». Por ello, insiste que las mujeres deben impulsarse mutuamente, pero también aprender a visibilizar y celebrar sus propios éxitos.
Añade que muchas, al haber sido educadas bajo un sistema patriarcal, «justifican los micromachismos porque no los identifican». Para revertir esa desigualdad, considera fundamental que las mujeres comprendan que «si son víctimas de discriminación, mansplaining o condescendencia, no deben interiorizarlo como algo natural». En el ámbito profesional, advierte, deben establecerse límites: «Si un jefe te dice ‘hoy te has vestido para matar’, eso es intolerable».
Sin embargo, Lomana reconoce que el camino hacia la igualdad de género implica una transformación social: «Estamos hablando del mayor cambio cultural del siglo XXI. Le estamos diciendo a la mitad de la población que tiene que ceder el poder que ha tenido de manera absoluta». Por esta razón, considera esencial «ser ejemplares y pedir a los hombres ese compromiso también», ya que «cuando hablamos de igualdad no estamos hablando de cosas de mujeres. Esas ‘cosas de mujeres’ no existen».
En reconocimiento a su labor incansable, Lomana ha recibido numerosos galardones a lo largo de su carrera. En 2024 fue distinguida con el Premio Clara Campoamor del Ayuntamiento de Madrid, nombrado en honor a la impulsora del sufragio femenino en España. Años antes, en 2015, el Gobierno le otorgó la Medalla al Mérito Civil por su contribución a avanzar una sociedad más justa.
Otros homenajes, como el Premio Maruja Mallo de la Fundación Ortega-Marañón en la categoría de Igualdad o su inclusión entre las Mujeres Top 100 en el sector empresarial, destacan su papel como fundadora de la consultora 50&50 Gender Leadership.
Construyendo un «círculo virtuoso intergeneracional»
En 2019, Gloria Lomana fundó 50&50 Gender Leadership, una consultora nacida de la creencia de que «el mundo es 50-50 y la sociedad necesita aprovechar el 100% del talento».
Uno de sus programas más emblemáticos, #ChicasImparables, forma a jóvenes de entre 15 y 18 años para que, según la organización, «en ningún caso sientan que las carreras técnicas y los puestos de liderazgo no son para ellas». A lo largo de cinco jornadas, las participantes trabajan en equipo en una propuesta empresarial que presentan ante un jurado de líderes corporativos. El grupo con el mejor proyecto obtiene una beca en IE University, socio académico del programa, si las integrantes completan el proceso de admisión exitosamente.
Además, las jóvenes reciben formación en emprendimiento, creatividad, tecnología, comunicación, marketing digital y habilidades interpersonales y asisten a charlas de mujeres referentes en cada ámbito.
Al culminar el programa, las alumnas serán parte de la #RedImparable, la primera asociación en España para mujeres adolescentes. Esta red incluye la iniciativa de Destino Liderazgo, un programa de mentoría para las participantes con altas directivas femeninas de ClosinGap. Además, las exalumnas podrán convertirse en mentoras de las nuevas participantes de #ChicasImparables.
«Ojalá hubiera tenido yo una mentora como ellas tienen. Habría sido mucho más fácil», confiesa. «He tenido que descubrir muchas cosas, a veces a base de tropezarme. Esa es la razón por la cual estamos haciendo esto. Porque si yo no lo pude tener y no lo pudo tener mi hija, quizá algún día lo tenga mi nieta».
Lomana destaca que no existe otro programa de mentoría que funcione como un «círculo virtuoso intergeneracional», cuyo fundamento es el reconocimiento compartido entre sus participantes de que todas son imparables. En un mundo donde, según señala, las mujeres «piden siete veces menos promociones salariales y profesionales que los hombres», porque «se nos genera esa inseguridad de pensar, ya estoy aquí, no puedo pedir más», #ChicasImparables ofrece la oportunidad de descubrir el valor del networking, «la herramienta de las mujeres para toda la vida».
La próxima edición del programa se celebrará en marzo de 2026. Tras su éxito en España, ya se ha expandido a Colombia y pronto llegará a México, con el propósito de «abrir un puente con América Latina a través de las mujeres jóvenes». Esta semana, Aenor, la entidad certificadora global, reconoció a #ChicasImparables con el sello de excelencia, convirtiéndose en la primera consultora, y programa de mentoría en España en recibir este galardón.
Además de su trabajo con adolescentes, 50&50 Gender Leadership impulsa el programa Women for Women, un espacio de mentoría que se celebra cada noviembre desde hace cuatro años. Durante el mes, directivas, empresarias y emprendedoras imparten masterclasses sobre sus experiencias y estrategias de liderazgo dirigidas a mujeres adultas.
La lucha continua por la igualdad
Lomana afirma que vivimos un momento histórico en el que «creíamos que teníamos tratados internacionales y los derechos humanos, la paz y la seguridad conseguidos», pero, en cambio, «nos hemos dado cuenta de que somos altamente vulnerables». Señala que con la reelección del presidente Donald Trump en los Estados Unidos, «se han cancelado iniciativas relacionadas con la diversidad y la sensibilidad», elementos que se creían ya estar «muy avanzados». Muchas empresas que antes contaban con políticas de inclusión han reducido su atención y financiación a estos proyectos.
Mientras tanto, en el panorama internacional, ha resurgido una oleada de «liderazgos masculinos fuertes», muchos de ellos de carácter populista, que, advierte, han derivado en un escenario global más hostil: «las decisiones que se están tomando son otra vez de hombres, de esas masculinidades duras donde no hay consensos».
En este contexto, considera «altamente preocupante» la fotografía del acuerdo de paz entre Israel y Hamás firmado en Egipto el pasado 13 de octubre, en la que solo aparece una mujer entre los 28 líderes retratados. Agrega que «no hemos tenido una secretaria general en 80 años en las Naciones Unidas», y que por esta falta de representación y la violencia internacional que vemos actualmente, es esencial «que vayamos siempre por delante que el retroceso».
«Hay conquistas sobre las que las mujeres no vamos a dar un paso atrás», dice con firmeza. Recuerda que, según el Foro Económico Mundial, al ritmo actual, la paridad de género global tardaría aún 123 años en alcanzarse, e insiste en que es «completamente inasumible» que las mujeres se resignen a ver estos años pasar en un estado de desigualdad de oportunidades. Por esta razón, pone su esperanza en las nuevas generaciones, convencida de que conquistarán un futuro más justo.
Cuando le pregunto qué consejo le daría a una joven que quiera llegar tan lejos como ella, tanto en su trayectoria profesional como en el compromiso con la igualdad, me responde decidida:
«Trabaja. Nada está ganado nunca y el trabajo se consigue con esfuerzo, con determinación y con formación constante. Pero además de eso, hazlo con valores, con empatía. Sobre todo, cree en ti misma. Aprovecha todas las oportunidades, sin miedo a decir que sí. A veces las mujeres somos temerosas; dudamos de nosotras mismas. Además, quiérete más. No te fustigues tanto, no te castigues tanto pensando que no lo vas a poder hacer. Si te tratas con benevolencia, eso te ayudará a caminar con paso firme».
Escucharla hablar con tanta convicción me confirma que mujeres como Gloria Lomana no solo evidencian la capacidad femenina para sobresalir mediante el esfuerzo y la excelencia profesional, sino también la posibilidad de tender puentes para que otras mujeres y jóvenes puedan llegar igual de lejos. Historias como la suya nos recuerdan que, usando nuestras propias manos, las mujeres podemos liderar y construir un futuro más igualitario.