The Objective
Fuera de micrófono

Siro López: «Hay más corrupción en la política que en el deporte: se maneja más dinero»

Gallego recriado en Cataluña, siempre quiso ser periodista deportivo. Tuvo de maestro a José María García

La experiencia le ha enseñado que nunca es tarde para renovarse y aprender. De hecho, este gallego de Sarria (Lugo), curtido en mil batallas deportivas, ha sabido reinventarse a los 69 años, a través de Internet y de las redes sociales, aunque insista en que sigue haciendo lo que ha hecho durante más de 40 años: «Ponerme delante de un micro y de una cámara». La diferencia con etapas anteriores es que ahora su futuro ya no depende de otros, sino de él mismo.

Durante esta entrevista en Fuera de micrófono, Siro López repasa su trayectoria profesional y analiza los cambios producidos dentro del periodismo deportivo. Lamenta la pérdida de influencia de los profesionales, «que hemos pasado a ser un mal menor para Javier Tebas y la patronal». Tampoco tiene miedo a decir lo que piensa. José María García, su primer maestro —«y el mejor jefe que he tenido»— le enseñó a reconocer sus defectos, pero también a valorar sus virtudes.

Recuerda que en su clase de los Escolapios de San Antón (Barcelona) sólo había dos hinchas del Real Madrid —él y otro compañero— y uno del Espanyol. El resto eran culés convencidos. Sin embargo, en aquella etapa de su adolescencia podía incluso sacar pecho porque el Real Madrid ganaba todo y el Barça apenas nada.

Siro defiende la rivalidad entre Real Madrid y FC Barcelona y respeta a los compañeros que no ocultan sus simpatías por uno u otro equipo. «Antes —afirma— se cuidaba un poco más el mostrar los colores, salvo Tomás Roncero, pero a mí me parece más honesto decirlo». Como argumento, pone un ejemplo: «he visto hacer cortes de manga, cuando ha marcado su equipo, a gente que luego presume de objetividad».

Admite, por otra parte, haber recibido presiones y quejas de los presidentes de equipos madrileños —Real Madrid, Atlético de Madrid y Getafe, en aquel momento—, cuando fue responsable de Deportes en Telemadrid. Pero, considera que lo más grave de todo hubiera sido doblegarse, «aceptar esas presiones».

PREGUNTA.- Naciste en Sarria (Lugo) y de chaval te trasladaste con tu familia a Barcelona.

RESPUESTA.- Sí. Desde los 10 hasta los 39 años viví en Barcelona.

P.- Ya por entonces eras hincha del Real Madrid.

R.- A mucha gente le sorprende que, habiéndome criado en Barcelona desde tan pequeño, fuera del Madrid y no del Barça. Siempre digo lo mismo: los niños y las niñas se hacen de un equipo cuando tienen siete, ocho o nueve años. Y, en esa época, lo que sonaba en la radio era el Real Madrid de Di Stéfano, de Puskas, de Gento. Había muy poquitas teles. Donde vivíamos nosotros, en el año 1963, pusieron una en el bar-panadería. Me empecé a aficionar al Real Madrid y, cuando llegué a Barcelona, tenía muy concienciado que mi equipo tenía que ser el Madrid.

P.- ¿Qué tal te trataron los culés? ¿Había menos antimadridistas que ahora?

R.- Bueno, ya sabes que los niños somos muy crueles. Yo estudié en los Escolapios de San Antón y en la clase éramos dos del Madrid y uno del Espanyol; el resto eran del Barça. Pero me sufrieron más ellos a mí que yo a ellos, porque en aquella época el Barça ganaba Ligas cada 14 años.

«Quería ser periodista deportivo desde que tenía 11 o 12 años»

P.- ¿Por qué decides dedicarte al periodismo deportivo?

R.- Quería ser periodista deportivo desde que tenía 11 o 12 años. En un encuentro de exalumnos de los Escolapios de San Antón, uno de ellos me dijo: «solo podías ser periodista deportivo, porque eras el único que venías a clase con un periódico deportivo bajo el brazo». Además, tuve la suerte de que uno de mis vecinos trabajaba en el Ayuntamiento de Barcelona, donde recibían de regalo 20 ejemplares del periódico Dicen y otros 20 del Mundo Deportivo. Entonces, llegaba el vecino a casa con el Dicen debajo del brazo y me lo daba para leerlo. Curiosamente —lo que es la vida— mi primer trabajo en la profesión fue en ese diario, concretamente, en la sección de balonmano. Me gustaban mucho los deportes en general, no solo el fútbol. Recuerdo, con 12 o 13 años, seguir por televisión las aventuras de Eddy Merck, Luis Ocaña, José Manuel Fuente, El Tarangu, que apareció un poquito más tarde, Vicente López Carril… Aquellos ciclistas y aquellos Tours de Francia, Vueltas Ciclistas a España y Giros de Italia eran impresionantes.

«En la radio, mi gran referente y el gran maestro ha sido José María García»

P.- Tu primer maestro, no sé si el principal, fue José María García.

R.- En radio, sí. En prensa escrita, donde empecé, tuve muchos maestros: Manuel Moreno, con el que trabajé en la sección de baloncesto; Antonio Hernández Filloy y Santiago Gargallo, redactor jefe del periódico, que después fue también redactor jefe de Sobre el terreno, un programa deportivo de TVE que se hacía desde Barcelona. Pero, en la radio, mi gran referente y el gran maestro ha sido José María García.

P.- ¿Te incorporaste a Antena 3 Radio cuando se creó y formaste parte del primer equipo de García?

R.- Yo llegué a Antena 3 Radio dos meses antes de que se abriera la emisora en Barcelona. Estaba haciendo el servicio militar en Madrid y recuerdo haber escuchado a José María en enero o febrero de 1982, cuando se abrió la emisora de Madrid. Luego, en diciembre de ese mismo año, al terminar la mili, surgió la posibilidad de entrar en Antena 3 Radio, en Barcelona. Tuve la suerte de ser uno de los precursores de lo que después fue el boom de Antena 3.

«García te metía la bronca por los defectos, pero valoraba mucho tus virtudes»

P.- ¿José María García marcó un antes y un después en el periodismo deportivo?

R.- Sí. Hay un antes y un después. Cuando yo empecé a trabajar en la profesión —tú te acordarás—, periodista deportivo era el que no servía para otra cosa. O escribías esquelas o te dedicabas al periodismo deportivo. En las redacciones, los periodistas de local o internacional, todos, te miraban por encima del hombro. No servíamos para otra cosa. No escribíamos bien, no hablábamos bien delante del micrófono… Y José María cambió esa dinámica, tanto en el reconocimiento profesional como en el reconocimiento económico. Una cosa lleva a la otra y yo siempre pongo el mismo ejemplo: si ahora hiciéramos una encuesta de los 20 periodistas mejor pagados de este país, igual más de la mitad son periodistas deportivos. Eso antes era impensable.

P.- Que estuvierais bien pagados, ¿le daba derecho a García para echar broncas al equipo?

R.- A mí me ha metido broncas y me ha echado en antena. Más de un moco me ha metido, pero sigo diciendo —y ahora no tengo ninguna obligación con él; solo la amistad y el cariño que le tengo— que José María ha sido el mejor jefe que he tenido. ¿Alguna vez ha metido broncas en antena? Casi siempre merecidas. La gente no conoce la intrahistoria. Un ejemplo: en los programas del fin de semana, cuando los partidos coincidían a la misma hora, entre las cuatro y las cinco de la tarde, a García le gustaba cada equis tiempo hacer aquello de «minuto y resultado». Por línea interna, el técnico de sonido pedía brevedad: solo minuto y resultado. Bueno, pues siempre había alguno que, en vez de decir minuto 15, Real Madrid 1, Barcelona 0, decía: «Pues el tiempo es bueno aquí, un poco soleado y tal…». García se subía por las paredes. «Pero, hay que ser gilipollas. ¿Cuántas veces llevas haciendo esta ronda?». Siempre estaba el típico que convertía el minuto y medio que le pedían en tres. Y, de pronto, venía el tajo de García. Te metía la bronca. Pero, también digo una cosa: aunque fuera nervioso y muy perfeccionista delante del micrófono, no recuerdo que García echara a nadie a la calle. No lo recuerdo. A mí me amenazó más de una vez y más de dos. Y con motivos, como llegar tarde a un partido; cosa que cualquier otro no hubiera aguantado. Perro ladrador, poco mordedor. García te metía la bronca por los defectos que pudieras tener, pero también valoraba mucho las virtudes. A mí me ha dicho: «Lo que te he aguantado a ti no se lo he aguantado a nadie». A continuación, apostillaba: «Pero eras el mejor narrando baloncesto que había en España». José María tiene una imagen, como jefe, que no es del todo exacta. 

«Ahora, mi futuro lo decido yo o lo decide mi salud, pero nadie más»

P.- El periodismo deportivo ha cambiado muchísimo y prueba de ello es que te has reinventado y ahora haces programas en Twitch y en YouTube —El Var de Siro y Gracias por venir— y tienes casi cuatrocientos mil seguidores en Twitter (ahora X). ¿Cómo lo has conseguido?

R.- Eso no tiene ningún mérito. Estoy haciendo lo mismo que he hecho durante 40 años:  ponerme delante de un micro y de una cámara. ¿Qué es lo dificultoso para mí y para gente de mi edad? La tecnología. Porque nosotros, a nivel informático, no estamos preparados. Yo sé lo rudimentario, pero no como para poder montar un canal propio. Me ayudó mi hijo Xavi que, aunque no ha estudiado informática ni periodismo, en su formación sí ha tenido alguna asignatura de Informática. No merezco ningún tipo de admiración, porque hago realmente lo que he venido haciendo desde hace más de 40 años.

P.- Por otra parte, sigues colaborando en la Cadena COPE, narrando baloncesto…

R.- Claro, claro. Ahí sigo dando la lata. Esta profesión es como es, sobre todo en nuestro país, y las redes sociales me permiten decidir mi futuro. Mi futuro lo decido yo o lo decide mi salud. Pero, nadie más. Internet me ha dado esa independencia. No dependo de que mañana alguien se levante con el pie izquierdo y diga: ya no te quiero de colaborador. O no quiero que presentes este programa. O no quiero que narres el baloncesto en Real Madrid TV. Eso puede pasar. Pero, seguiré en la profesión y seré yo quien decida la retirada a los cuarteles de invierno.

P.- ¿El periodista deportivo ha perdido poder? ¿Por qué y de quién es la culpa?

R.- Hemos perdido el poco poder, o el mucho que podían tener algunos. No nos tienen en cuenta. Hemos permitido tantas cosas que, al final, casi tenemos que decir lo que dicen en mi pueblo: «Mean sobre nosotros y hay que decir que llueve». Es la realidad. Lo último lo hemos vivido con Javier Tebas y la Liga de Fútbol Profesional. La profesión ha permitido que la patronal imponga los narradores, los comentaristas, qué imágenes se pueden dar y cuáles no. Y eso lo hemos permitido los periodistas o los que dirigen los medios de comunicación en estos momentos. Los periodistas hemos pasado a ser un mal necesario para ellos. Evidentemente, hemos perdido mucha fuerza. Bueno, yo creo que no tenemos ya ninguna. 

«Lendoiro es uno de los tíos que más sabe de fútbol»

P.- Durante unos años, fuiste director de Deportes en Telemadrid y también director de Comunicación del Deportivo de A Coruña. ¿Cómo fueron esas experiencias? ¿Qué tal te fue con Augusto César Lendoiro?

R.- Lo del Dépor fue antes de la dirección de Deportes en Telemadrid. Para mí, Lendoiro es uno de los tíos que más sabe de fútbol. Lo que pasa es que tienes que cambiar los horarios. Con García, el día que te acostabas más pronto eran las dos de la mañana. Y Augusto trabajaba todo el día, pero a partir de las once de la noche estaba en su salsa. Antes de que me llamara Lendoiro, yo era director de Deportes de Onda Cero en Coruña y Santiago de Compostela. Hasta que un buen día me dejaron en la calle. En aquella época, Augusto César Lendoiro era presidente de la Diputación y Paco Vázquez alcalde de La Coruña, y siempre hubo mucha guerra entre los dos. En esa guerra, claro, yo me puse del lado del Dépor, de Lendoiro. Además, los dueños de Onda Cero eran personas bastante cercanas a Paco Vázquez y al Partido Socialista. Creo que ese fue el motivo de que me echaran. Entonces, me llamó Javier Chávez, directivo y amigo mío, de parte de Lendoiro. Yo no me veía al otro lado de la trinchera, pero me insistieron y dije: «¿por qué no probarlo?, ¿por qué no conocer el fútbol y el periodismo desde el otro lado?» La verdad es que me hubiera arrepentido siempre de no haberlo intentado, porque fue una experiencia increíble.

«Siendo jefe de Deportes en Telemadrid, me llamó Florentino para pedirme la cabeza de un presentador»

P.- ¿Si te metes con Florentino Pérez o con Joan Laporta tienes muchas papeletas para ser vetado?

R.- El poder, sea político, deportivo o social, siempre intenta influir. A mí me ha llamado Florentino, cuando era jefe de Deportes de Telemadrid, para que me cargara a alguien. En otra ocasión, me llamó para quejarse de una información sobre un entrenamiento del Real Madrid. Dice: «es impresentable la pieza que ha hecho ese redactor, porque ha dicho esto o lo otro». Le acusaba de antimadridista y entonces le dije: «Presi, estás equivocado de cabo a rabo; háztelo mirar porque el que lo ha hecho no solo es socio del Real Madrid, sino que es el entrenador de los alevines de tu equipo. ¿Cómo esa persona va a hacer algo que pueda sonar a antimadridismo?». Estando en Telemadrid, también llamaron Ángel Torres y Enrique Cerezo, quejándose de que no se les prestaba la suficiente atención a sus respectivos equipos. Eso provocó que me marchara de Telemadrid. Estaba harto de que viniera la directora general a tocarme las narices. Al final le dije: mira, búscate a otro porque yo no voy a estar aguantando que cada día me vengas diciendo que te ha llamado fulanito o menganito. Eso lo han hecho todos. Lo más grave es que alguien se deje influir por esas llamadas. Si yo hubiera cedido ante la llamada de Florentino cuando me pidió la cabeza de un presentador, esa actitud sería peor que la de Florentino. El poder, insisto, siempre intenta presionar y arrimar el agua a su molino. Lo grave es que aceptes esas presiones. Que llaman, pues que llamen. Igual que yo no me meto en qué jugadores tiene que fichar Florentino, Enrique Cerezo o Joan Laporta

«Antes la gente se cuidaba a la hora de mostrar sus colores, excepto Tomás Roncero»

P.- ¿La prensa deportiva de Madrid y Barcelona son dos mundos antagónicos? ¿En Barcelona hay que hablar mal del Madrid y en Madrid criticar al Barcelona?

R.- Cada vez se parecen más la prensa de Barcelona y la de Madrid. Una de las cosas que me sorprendió, cuando llegué a Madrid, es que en Barcelona la prensa no tenía ningún rubor en reconocer de qué equipo era. Y no me parece mal. Yo he sido el primero en reconocer de qué equipo era. Mientras estaba en Antena 3 no lo hacía porque hablaba a nivel estatal y no venía a cuento que lo dijera. Tampoco nadie me lo preguntó en antena. Pero, allí (en Barcelona) se veía normal que fueras del Barça, que lo reconocieras y que eso se trasladara después a tus opiniones e informaciones. Aquí estaba mal visto, si decías que eras del Real Madrid. Si decías que eras del Atlético, como decían, por ejemplo, José Ramón de la Morena o el bueno de Manolete (Manuel Esteban), que en paz descanse, no pasaba nada porque el Atléti es un equipo simpático, un equipo que cae bien. Ahora, si te declaras del Madrid, estás comprado por el poder ya no eres objetivo. Antes, la gente se cuidaba un poco más a la hora de mostrar sus colores, excepto Tomás Roncero y alguno más. A mí me parece más honesto decirlo.

«Me hace gracia que presuma de objetividad alguien que hace un corte de mangas cuando ha marcado su equipo»

P.- Entre la equidistancia, al estilo de José Ángel de la Casa, y el madridismo declarado de Tomás Roncero, ¿con qué te quedas?

R.- Respeto mucho a las dos partes. Entiendo lo de José Ángel, por el medio en el que trabajaba. Si yo hubiera seguido trabajando en Antena 3 Radio, a nivel estatal, intentaría a lo mejor no decir de qué equipo era. Pero, me parece más deshonesto que se vaya por ahí diciendo que ellos son muy objetivos y que no son de ningún equipo, cuando todos sabemos que son de un equipo determinado. La gente, cuando te escucha, sabe que tu opinión se decanta por los colores y sentimientos que tienes. Me hace gracia que vayan de maestros de la objetividad y después dices: pero, escúchame, que yo te he visto hacer cortes de manga cuando ha marcado tu equipo; que te he leído y escuchado decir cosas en contra de uno y en favor de otro porque te has dejado llevar por la amistad y por la bufanda que llevas.

Siro López en Fuera de micrófono. | Kevin Borja

P.- Me gustaría conocer tu opinión sobre compañeros de profesión de distintas épocas. Por ejemplo, Vicente Marco.

R.- No lo conocí personalmente. Lo conocí como oyente. Pero, he tenido la suerte de coincidir con gente que trabajó con él. Fue un maestro que ayudaba y enseñaba a la gente joven.

«Pepe Domingo era una persona maravillosa que ayudaba a todo el mundo»

P.- Pepe Domingo Castaño.

R.- Lo quería mucho. Era un referente; una persona maravillosa que ayudaba a todo el mundo. Tenía unas ganas de vivir, y un sentido de la vida tan alegre y tan bonito, que su muerte ha sido un disgusto para todos lo que le conocíamos. Ha sido y es una leyenda.

P.- Juan Manuel Gozalo.

R.- También lo quería mucho. A Juanma lo conocí personalmente en el Europeo de Baloncesto de Grecia. A partir de entonces, fuimos amigos. A él también le gustaba aprovechar los viajes de trabajo para ver piedras. Para hacer un poco de turismo. Tengo una imagen con Juanma en el Teatro de Epidauro. Me decía: «vas a ver qué sonoridad tiene». Me acuerdo que se puso abajo y yo arriba para comprobar como llegaba su voz sin micrófono. Creo que recitó algo de Shakespeare, porque era un tío muy culto. Ha sido otro maestro de periodistas y un tipo divertidísimo. A mí me ayudó y me dio buenos consejos. Era un fenómeno. Le llamábamos Kubalita.

«Javier Ares es mi hermano blanco y Andrés Montes era mi hermano negro»

P.- Javier Ares.

R.- Es un hermano para mí. La noche que decidimos quedarnos en Antena 3 Radio y no irnos a la COPE con García, dormimos en la misma habitación de un hotel. Allí estuvimos dándole vueltas. ¿Qué va a ser de nosotros? Yo sólo había trabajado en el Dicen y en Antena 3 Radio. Javier, tres cuartos de lo mismo: había trabajado en la SER, hasta que se fue con García a Antena 3. Esa noche, a las tres de la mañana, teníamos ese miedo interno de asomarnos al abismo. ¿Nos tiramos o no nos tiramos en paracaídas? ¿Qué nos encontraremos al llegar abajo? Al final, todo salió bien. Tomamos la decisión convencidos y no nos fue mal quedándonos en Antena 3 Radio.

P.- Andrés Montes.

R.- Si Javier Ares es mi hermano blanco, Andrés Montes era mi hermano negro. Desde que llegó a Antena 3 Radio, en 1984, hasta el 1994, en que cerró la cadena, hicimos todos los campeonatos de Europa y Mundiales de Baloncesto, así como los Juegos Olímpicos. Era un genio. Cuando iba a Barcelona a narrar algún partido, venía a mi casa, y cuando yo venía a Madrid iba a la suya. Era un genio de la televisión y de la narración. Fue una pena su muerte en el año 2009, siendo todavía joven.

P.- Gaspar Rosety.

R.- Para mí, era el mejor narrador de fútbol. A veces chocaba con Gaspar, porque tenía un carácter fuerte, como yo. Pero Gaspi era un fenómeno. Si Andrés es un genio por los motes que les ponía a los jugadores y por su forma de narrar, Gaspar fue el inventor de una nueva forma de narrar los partidos. El balcón del área y un montón de expresiones suyas se siguen utilizando todavía.

P.- Ántoni Daimiel.

R.- Otro amigo. Ya no podrá hacer la NBA en Movistar+, pero le han dado libertad para que proponga nuevos formatos. Una vez superado el duelo, después de 30 años como comentarista de la NBA, creo que ya se está ilusionando con otras cosas.

P.- Manolo Lama.

R.- Es otro monstruo de la narración, como lo es Javier Ares, aunque la gente lo encasille en el ciclismo. La gente joven no lo ha conocido en esa faceta, pero Manolo Lama ha sido un gran narrador de baloncesto. Donde primero empezó a destacar Manolo —de ahí viene mi amistad con él— fue en el mundo de la canasta. Y también ha sido narrador del Tour de Francia y de la Vuelta Ciclista a España. Es uno de los grandes monstruos del periodismo radiofónico español. Un pedazo de animal.

«Los que no se fueron con Paco González a la COPE es porque ya no había sitio»

P.- Paco González.

R.- Lo conocí en el 2010, cuando me llamó Manolo Lama para hacer en la COPE el Mundial de Baloncesto que se disputó en Turquía. Ahí empecé a conocer a Paco, del que solo tenía referencias y de haber coincidido, de pascuas a ramos, en algún sitio público. He descubierto no sólo a un periodista excepcional, que eso ya lo sabía, sino a una persona con la que puedes ir a cualquier sitio, a cualquier guerra, y sacará el pecho por ti. No es casualidad que, cuando Paco tuvo el conflicto con la SER, todos a una dijeran: donde tú vayas, vamos nosotros.  Y los que no se fueron con él a la COPE es porque ya no había sitio. 

P.- Josep Pedrerol

R.- Me puso una demanda para intentar acojonarme y que no hablara de él. Es un personaje que cuanto más lejos mejor. No es buena gente. Es un tipo que acostumbra a jugar con dos barajas. Un personaje dañino. Ni come ni deja comer. Mi mayor problema, y por lo que me presentó la demanda, es porque me estaba poniendo piedras en el camino, a nivel de publicidad. Al final, expliqué cómo era y cómo trataba a la gente. Me pedía 370.000 euros por competencia desleal, cuando a la única competencia a la que podía aludir era su presencia en Twitch y en YouTube, los únicos sitios en los que coincidíamos. Pero, yo ya estaba antes en ellos. Presentó la demanda porque creía que así me iba a callar. Su manera de funcionar es silenciar al que no le baila el agua. Pero le salí respondón.

P.- Fuiste fundador de Punto pelota, germen de El chiringuito. ¿Son dos programas muy diferentes?

R.- Él se apunta también esa medalla. Punto pelota no fue una idea original suya. Era una copia casi exacta de un programa que hacía en Barcelona Alfonso Arús, en La 2 de TVE. El chiringuito no tiene nada que ver con Punto pelota. Se ha convertido en un circo. Yo, y mucha gente, le llamamos El chirincirco.  Es más espectáculo y montar el número que periodismo. ¿Estás menospreciando a la gente que sale ahí? No. Pero, antes (en Punto pelota), de periodismo había un 90% y un 10% de espectáculo y ahora él ha decidido que sea espectáculo un 90% y periodismo un 10%. Bueno, allá ellos.

P.- Al final, los espacios deportivos acaban siendo tertulias entre periodistas, sin apenas información.

R.- Es un periodismo más fácil. Para hacer información tienes que investigar, levantar el teléfono… Al final, es mucho más barato y más fácil poner a tres personas en un lado y a otras tres en el otro, que es lo que hizo Alfonso Arús, con muy buen criterio. Fue un éxito total y no se rasgaba las vestiduras porque le dijeran que eso era más espectáculo que periodismo. Otros se ofenden cuando les dices eso. Ya sabes que las verdades ofenden.

P.- Como experto en baloncesto, ¿a qué se debe el bajón actual de la selección española?

R.- Hay un cambio generacional. Tenemos que esperar. Ahora, está saliendo una serie de gente joven, como Santi Aldama. Creo que hay que darles tiempo. Tuvimos la suerte de que coincidieron dos generaciones de éxito en el baloncesto español. Eso nos permitió estar dos décadas en lo más alto, cosa que no han conseguido ni la vieja Yugoslavia, ni la vieja Unión Soviética. Nosotros, durante 20 años, hemos sido los dominadores del baloncesto europeo. Solo nos mojaba la oreja la selección de EEUU. No olvidemos que hace tres años fuimos campeones de Europa, en plena renovación. Volveremos otra vez porque viene una generación muy buena.

P.- Por el contrario, la selección española de fútbol, tras su travesía por el desierto, vuelve a ser la favorita para ganar otro Mundial. ¿Es mérito de Luis de la Fuente?

R.- Evidentemente, Luis de la Fuente –aunque no es santo de mi devoción, más en lo personal que en lo deportivo– es una parte importante del éxito. Pero, para mí, lo más importante es que se ha encontrado con una generación de futbolistas sólo equiparable a la que nos encontramos en el año 2010. Se han juntado Nico Williams, Pedri, Lamine Yamal… Como siempre digo: «Con buena esto, bien se…».  La materia prima es muy importante para hacer un buen pastel. Hemos tenido la suerte de juntar a una generación extraordinaria.

P.- Para terminar, ¿hay más corrupción en la política o en el deporte?

R.- Creo que hay más corrupción en la política. Quizá, hace años hubo más cosas en el deporte. Ahí está lo de Negreira, por ejemplo.

P.- Por cierto, no hay resolución al respecto.

R.- Todos sabemos que cobró del Barcelona. Está demostrado. ¿Para qué cobró? Podemos decir que para su enriquecimiento personal y que su influencia en los árbitros era solo por ser quien era. O podemos pensar otras cosas. Cada uno puede pensar lo que quiera, pero creo que hay más corrupción en la política porque se maneja más dinero. No por otra cosa. Cuando se hablaba de la compra de partidos y de árbitros en el extranjero, decían: eso en España no pasa. ¡Cómo que no pasa! No se habrá descubierto. A ver si vamos a ser los únicos en el mundo con una sociedad que no se deja comprar ni influenciar por el dinero. ¿De qué estamos hablando?

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