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Medios de comunicación

Un informe denuncia que el 80% de las fuentes de los telediarios de TVE apoyan al Gobierno

El dosier del Instituto Juan de Mariana confirma el claro sesgo progubernamental de los programas de la pública

Un informe denuncia que el 80% de las fuentes de los telediarios de TVE apoyan al Gobierno

Pepa Bueno, presentadora del Telediario 2 de La 1 de TVE. | GTRES

Televisión Española (TVE) se ha convertido en un claro altavoz del Gobierno de coalición, ya no solo sus programas de infoentretenimiento, sino que también sus telediarios. Y no hablamos solo de una percepción de un espectador avezado, sino de los datos que aporta el último análisis hecho por el Instituto Juan de Mariana (IJM), en el que se aplica la inteligencia artificial (IA) al análisis del contenido de los principales espacios de actualidad. El informe, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, refleja situaciones tan parciales como que el 79,7% de las fuentes (voces explicativas) utilizadas en los informativos son gubernamentales o pertenecen a expertos que claramente comparten y refuerzan su discurso.

El estudio —que ha analizado 28 programas informativos emitidos entre septiembre y octubre— concluye que «existe un claro sesgo estructural que favorece de forma sostenida al Gobierno de Pedro Sánchez y a las fuerzas políticas de izquierda» algo que —indican— vulnera completamente la ley de RTVE que exige información veraz, plural y equilibrada. A juicio de la investigación, la televisión pública no solo se ha convertido en un aparato de propaganda política, sino que además «vulnera su mandato institucional y erosiona la confianza en las instituciones democráticas». Además, se aprecian claros patrones comunes entre todos los espacios de actualidad que refuerzan esta idea.

El Instituto Juan de Mariana ha analizado más de 75 horas de contenido empleando software de procesamiento de textos y codificación de intervinientes. Esto ha permitido identificar patrones sistemáticos en el tratamiento informativo y el discurso político, con la codificación del tono, la selección léxica, la asignación de responsabilidad, la jerarquía de fuentes, la agenda temática y la proporción de tiempo dedicado a cada actor político. El resultado es un análisis que permite cuantificar con evidencia empírica el grado de orientación política y construcción ideológica presente en los principales espacios informativos y magazines de TVE.

Lenguaje de TVE

El trabajo aporta datos verificables y métricas que evidencian patrones consistentes de desequilibrio informativo, sobrerrepresentación de narrativas progobierno y encuadres favorables al Ejecutivo, sistematización del tratamiento adverso hacia la oposición… De los programas analizados, ocho han sido del Telediario, de las Malas lenguas de Jesús Cintora y de Mañaneros 360 de Javier Ruiz, además de otros cuatro de La hora de La 1, de Silvia Intxaurrondo. Una muestra representativa de los espacios que llevan meses en el punto de mira por su escasa imparcialidad y en momentos clave de la legislatura, con algunos de los casos de corrupción que cercan al entorno de Pedro Sánchez en su punto más álgido.

En el caso de los telediarios, las menciones negativas a PP (41,6%) y Vox (45,3%) son dos veces más frecuentes que las que se hacen al Gobierno (23,1%). Por otro lado, las intervenciones de miembros del Ejecutivo o de los partidos políticos afines suman el 61,2%, frente al 20,3% que se concede a la oposición. Existe también un diferencial en la duración de estas intervenciones (12 segundos de media en el caso de la izquierda, seis en el de la derecha). Los bloques informativos que aluden al PSOE y sus fuerzas aliadas y reducen el tono crítico representan el 21,4% de la emisión, frente al 56,2% cuando se habla de PP o Vox.

Por otro lado, en los 119 segmentos en los que se formula algún tipo de atribución causal detrás de un problema o una crisis, las alusiones a asuntos delicados para el Gobierno se abordan en un 68,9% de los casos con menciones a factores externos: «contexto internacional», «crisis energética global» o «emergencia climática». Solamente en un 14,4% se liga la responsabilidad de lo ocurrido a acciones de la Administración central. Por el contrario, cuando la controversia afecta a PP o Vox, en el 72,3% de las ocasiones se le imputa la responsabilidad de lo sucedido a dichas formaciones, y los factores externos solamente se mencionan un 9,6% de los casos.

‘La hora de La 1’

En cuanto al uso de terminología política cargada (por ejemplo, «ultraderecha»), el 84,6% fueron alusiones a PP o Vox. En cuanto a las voces explicativas empleadas para comentar sucesos, el 79,7% eran fuentes gubernamentales o expertos que comparten su discurso, frente a un 20,3% de escenarios en los que la perspectiva ofrecida era más cercana al discurso de PP o Vox. «Este desequilibrio convierte al Gobierno en narrador principal del contexto político y económico del país, mientras la oposición actúa como figura reactiva y con menor capacidad de enmarcar la agenda», dice el informe. Se observa, asimismo, un mayor sesgo hacia la izquierda en la edición nocturna de Pepa Bueno que en la vespertina: la desproporción en términos de visibilidad izquierda-derecha es un 60% mayor.

En el caso de La hora de La 1, de Silvia Intxaurrondo, el informe concluye que el sesgo ideológico es claro y predomina un tratamiento favorable al Ejecutivo. El 43,5% de los segmentos con carga política reforzaron las posiciones de la izquierda, frente a un 22,6% que trataron temas con impacto negativo para dicho bloque. El 76% de los términos más ideológicamente cargados («ultraderecha», etc.) se dedica a PP y Vox. Por otro lado, la composición de voces invitadas está también escorada a la izquierda: el 55% de las intervenciones corresponde a tertulianos con un discurso afín a PSOE o Sumar, mientras que solamente un 30% se puede identificar con las posturas de referencia de PP o Vox.

En cuanto al programa Mañaneros 360, que presenta Javier Ruiz, en una escala donde -1 representa un predominio de discurso favorable a PP y Vox y +1 hace lo propio para PSOE y Sumar, el sesgo detectado es de +0,29. El 41% de los segmentos analizados reforzó las posturas del Ejecutivo y sus partidos aliados, frente a un 3% que hizo lo propio con los mensajes que caracterizan a PP y Vox. El 76% de las expresiones con mayor carga política («ultraderecha» etc.) fueron dirigidas contra el bloque de la oposición.

‘Malas Lenguas’

Finalmente, en cuanto a Malas Lenguas de Jesús Cintora, en el 87,5% de las retransmisiones el balance de contenidos analizados fue favorecedor a los intereses del Gobierno. En las frases con contenido político explícito, un 49,6% desarrollan argumentos a favor del Ejecutivo y la izquierda política. En cuanto a los sketches de motivación cómica, más del 75% contenían una lectura crítica de PP o Vox. La polarización de discurso se incentiva significativamente en este programa, pero casi siempre en la misma dirección: el 82% de las expresiones despectivas o más políticamente cargadas van dirigidas contra la derecha. En cuanto al pluralismo de los tertulianos y de los invitados, alrededor del 65% se sitúan en el espectro político de la izquierda.

En resumen, la medición integrada de sesgo del informe muestra que la oposición recibe 2,9 veces más carga desfavorable efectiva que el Gobierno. Este resultado refleja un alineamiento editorial profundo con las posiciones del Ejecutivo y de la izquierda política en las emisiones de contenido informativo de La 1. Por ejemplo, por cada tres contenidos negativos para el bloque que representan PP y Vox solamente se dirige una mención crítica a PSOE, Sumar o la coalición conformada por ambas formaciones.

Para solucionar esta situación y desligar el contenido político de la cadena pública, tanto desde la perspectiva de la izquierda como de la derecha, el IJM propone dos alternativas: vincular la financiación de la corporación (actualmente 1.200 millones que salen de los Presupuestos Generales y de los operadores privados) a una contribución voluntaria del ciudadano —por ejemplo, mediante una casilla en la declaración de la renta— o explorar la privatización total o parcial de los múltiples canales de televisión y radio que controla.

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