The Objective
Medios de comunicación

Así es Siete, el consorcio de los afines al Gobierno que aspira a la nueva TDT

El grupo retomó el proyecto para hacer una televisión en abierto que el presidente de Prisa rechazó en febrero

Así es Siete, el consorcio de los afines al Gobierno que aspira a la nueva TDT

El ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López | Agencias

El consorcio de empresarios españoles afines al Gobierno que opta a quedarse con la nueva licencia de televisión en abierto TDT que el Ejecutivo ha sacado a concurso, se ha agrupado en torno a Siete, la marca elegida para poner nombre a su proyecto. Según ha podido confirmar THE OBJECTIVE esta es la denominación de la sociedad con la que han participado en la puja y la idea es mantener esta identidad, si finalmente son los elegidos por el Ministerio de Transformación Digital de Óscar López. Una puja que todavía tiene largo recorrido por delante, ya que puede resolverse hasta el próximo 20 de noviembre de 2026.

El consorcio de afines al Gobierno entre los que se encuentran parte de los accionistas rebeldes de Prisa, otros empresarios españoles y un grupo industrial extranjero «de referencia» —que se mantiene en el anonimato— se presentó al concurso junto a Mediaset. Otros grandes grupos de medios, como Atresmedia, Prisa, Movistar+ y Radio Blanca, renunciaron a participar. Se cumple así la hoja de ruta adelantada por este diario, que hablaba de que el propio Ejecutivo de Pedro Sánchez alentaba la presentación de la oferta de un grupo cercano. En esta TDT deposita sus esperanzas de poner en marcha una nueva cadena oficialista que sea el altavoz de la oposición del PSOE en caso de que Sánchez pierda las elecciones en 2027. O antes.

Siete está basada en el plan que José Miguel Contreras presentó a Prisa hace un año y que Joseph Oughourlian rechazó y utilizó para sofocar la rebelión de algunos accionistas como Global Alconaba, Diego Prieto y Adolfo Utor. El presidente del editor de El País y la SER dijo que el proyecto era inviable y aprovechó la coyuntura para despedir a Contreras y forzar la dimisión del entonces CEO de Prisa Media, Carlos Núñez. Desde entonces, este grupo ha intentado sin éxito apartar al empresario francoarmenio al mismo tiempo que buscaba apoyos para mantener viva esta televisión.

Televisión de Prisa

El plan original pasaba por utilizar las redacciones de la Cadena SER y El País para poner en marcha una televisión de carácter informativo y de actualidad, con un marcado carácter de infoentretenimiento. «Quería hacer lo mismo que vemos ahora en RTVE», dicen quienes vieron los detalles del proyecto. Sin embargo, la pérdida de apoyo de Prisa ha hecho que se ajusten algunos flecos. En la cabeza del grupo está hacer una televisión de bajo coste -de 10 a quince millones de inversión-, y están convencidos de que hay un hueco comercial para una cadena informativa de izquierdas.

De momento, Siete ha conseguido conformar un grupo heterogéneo de inversores, con mayoría de los rebeldes de Prisa, entre los que se incluyen Andrés Varela Entrecanales, Utor y Prieto, pero además otros empresarios vinculados a la izquierda y afines a José Luis Rodríguez Zapatero. No hablamos de grandes inversores ni de empresas del IBEX, sino de directivos vinculados al mundo de las comunicaciones y de la publicidad que ya participaron en el asalto frustrado a Prisa.

Es un maridaje impulsado por Moncloa, que ante la falta de otros apoyos externos ha querido unir a la gran mayoría de sus asesores externos en torno a esta nueva cadena de TDT. Uno de quienes ha cocinado a fuego lento estas alianzas ha sido el propio Óscar López, cuyo ministerio debe decidir el concurso. Pero también han requerido del apoyo de un player industrial que —según dice el entorno de este consorcio— apunta a un grupo internacional de referencia.

Nueva TDT

El concurso mandataba presentar un aval bancario por valor de seis millones de euros; que las empresas participantes obtuviesen al menos 2,5 millones de euros en ingresos en los tres años anteriores relacionados con servicios audiovisuales; en el caso de nuevas compañías con menos de cinco años de antigüedad (como es el caso de Siete) se podría cumplir este requisito a través de alguno de sus socios con poder de decisión. Con todo, la ley española limita la presencia de un grupo extranjero en medios de comunicación solo al 25% de su capital.

Otra cosa que ya tiene resuelta Siete tiene que ver con algunos aspectos de producción y comerciales. Como ya había publicado este diario, la producción estaría a cargo de Mediapro y la comercialización de publicidad sería de Pulsa, la empresa que ahora mismo gestiona la mayoría de las cadenas pequeñas de TDT que no son de Atresmedia o Mediaset. Por otro lado, en el proyecto está incluida la posibilidad de utilizar platós e infraestructuras en Madrid de algunas otras pequeñas cadenas que ya están en marcha.

En este sentido, el único problema es cerrar una parrilla en condiciones, ya que buena parte de los programas que en su momento se pensaron hace dos años están ahora en RTVE. Tampoco se plantean arrebatar presentadores como se intentó en su momento, pero sí tener un grupo importante de presentadores y tertulianos vinculados a la izquierda que puedan dar continuidad a la programación. En cualquier caso, para aquilatar el proyecto, el Ministerio de Transformación Digital (como ya adelantó este diario) ya ha indicado que apurará el plazo al máximo (tiene doce meses); a partir de la concesión hay otros seis meses para poner la cadena en el aire.

La marca Siete

¿Y por qué Siete? Es el nombre que ya se barajaba incluso cuando el proyecto estaba en Prisa. Es la forma de darle continuidad a las grandes cadenas de televisión y las que tienen más audiencia (La 1, La 2, Antena 3, Cuatro, Telecinco y La Sexta), aunque no sea estrictamente generalista y se centre en información y actualidad. Paradójicamente, el ideólogo es José Miguel Contreras, que ya fue fundador y consejero delegado de La Sexta, aunque en esta oportunidad no participa en el accionariado de la sociedad que finalmente se presentó a la licitación.

Sin embargo, no es seguro que cuando ya estén en antena (y si es que les dan la licitación) termine llamándose Siete. En estos momentos, Unidad Editorial emite Veo 7, la cadena generalista del grupo que en su momento tuvo información, pero que ahora —tras un letargo de más de una década— solo incluye películas y series de catálogo. El editor de El Mundo tuvo que resucitarla después de que Gol (de Mediapro) no renovara su contrato de emisión. Y aunque son cadenas con distintos contenidos, hay quien piensa que si las dos utilizan el número siete podría producirse confusión entre los espectadores.

Por otro lado, Mediaset emitió hace unos años La Siete, cadena que sigue registrada en la Oficina de Patentes y Marcas. Pese a que actualmente está en desuso, también podría generar algún tipo de demanda por utilización de la marca. Y esto —aunque no haya demasiado recorrido—supondría un conflicto legal largo e incómodo.

Publicidad