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‘La novia gitana’: adictiva, impredecible y atrevidamente cercana al libro de Carmen Mola

Pocas veces, o, más bien, ninguna, vemos en movimiento lo mismo que habíamos orquestado en nuestra mente tras la lectura de un libro

‘La novia gitana’: adictiva, impredecible y atrevidamente cercana al libro de Carmen Mola

Fotograma de 'La novia gitana'.

Antena 3, tras su exitoso debut en Atresplayer Premium, ha emitido en abierto el primer capítulo de la adaptación literaria creada por Carmen Mola. Aunque la mayoría de las tramas se mantienen intactas, existen llamativas desigualdades con la novela homónima de la escritora.

Pocas veces, o, más bien, ninguna, vemos en movimiento lo mismo que habíamos orquestado en nuestra mente tras la lectura de un libro. Es lo que vuelve a ocurrir en otra adaptación televisiva salida de un best seller, como el que ha producido Diagonal TV en Atresplayer Premium: La novia gitana quizá guarde más relación con las letras de Carmen Mola, pero incluye una serie de ingredientes para escaparse del hilo argumental original.

Empecemos vitoreando lo que pulcramente se ha respetado de lo que cuentan las páginas. Sin duda, el reparto actoral calca una por una las personalidades de los principales personajes. La desgarradora imagen de una madre doliente, rebosante de dolor por el asesinato casi seguido de sus dos hijas, encarnada por Mónica Estarreado (Sonia); la presencia de la incombustible Mona Martínez (Mariajo) en el papel de la mano derecha de la inspectora Blanco; la inocencia y chulería del policía al que Ignacio Montes (Zárate) da vida en ficción; el vacilante carácter del convicto Miguel Vistas recreado por un soberbio Darío Grandinetti; y, por supuesto, la siempre impasible y tenaz Elena Blanco representada fiel y brillantemente por Nerea Barros.

El lector de esta historia también se sorprenderá del riguroso parecido de otros personajes en la adaptación dirigida por Paco Cabezas, como Moreno Borja en el papel del patriarca y rebelde Moisés Macaya, o el tajante, distante y poco amigable Rentero, recreado por Ginés García Millán. 

El Lada Riva (aunque no rojo), los consabidos tragos de Grappa italiano de la inspectora, la cámara y el trípode barriendo la madrileña Plaza Mayor desde el balcón, los gusanos, la guapura de las novias gitanas, la ‘bordería’ de Chesca (Lucía Martín Abello). Con todo esto se topará el telespectador que se haya emborrachado con la novela homónima de Carmen Mola. Sobre todo, impacta la exactitud con la que Cabezas recrea en La novia gitana el arranque que Mola hace en cada parte de su relato: el niño encerrado en una habitación junto a un perro muerto.

Sin embargo, el director de la que se espera sea una auténtica revolución de ficción, se toma la licencia de introducir un personaje que no aparece en ningún momento en el libro. «Ya no es una madre, aunque todavía no ha caído en esta triste conclusión», narra la escritora para expresar la pérdida de Lara y Susana, las únicas hijas de la matriarca. Sin embargo, los Macaya de la serie de Atresplayer Premium no tienen solo dos gitanas, sino tres, Candela Macaya, la hija pequeña.

Un ingrediente que se presume estratégico para el devenir de las futuras tramas que ha orquestado la producción de Diagonal TV para Atresmedia, o bien para quitarle el desgarrador sufrimiento de los padres, o tal vez para reflejar y exhibir con esa tercera y última hija los errores que han podido cometer con las mayores. 

Por afilar en las leves diferencias que se aprecian en pantalla, la historia que cuenta la producción de Cabezas sitúa a la novia gitana en la Quinta de San Lorenzo, en lugar de la Quinta de Vista Alegre, como así se alude constantemente en la trilogía al palacio que perteneció a la reina María Cristina de Borbón. La escena del crimen también ha sido retocado: olvida los jardines que narra la historia original para situar al personaje que encarna Zaira Romero yacente en el fondo de una piscina olímpica en estado de ruina. 

Una producción tan adictiva, igual de impredecible y atrevidamente cerca de lo que cuenta Carmen Mola, que tiene todos los componentes clave para convertirse en uno de los productos estrella de esta temporada. Un verdadero lujo extraído del blanco sobre negro.

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