Cocituber, el influencer que cierra todos sus restaurantes y que habló de sus adicciones
Alfonso Ortega ha confirmado que cerrará todos sus locales en Madrid ya que no puede ocuparse de todos ellos
En los últimos tiempos, las redes sociales se han convertido en un lugar en el que se puede encontrar una infinidad de información variada. Entre ella, distintos creadores de contenido que se dedican a promocionar, probar y dar su opinión sobre los distintos locales de restauración. Un tipo de vídeos que, en los últimos tiempos, se han convertido en virales. Probablemente uno de los más conocidos, en este campo, es Cocituber. Gracias a su fama, el influencer había abierto varios locales por todo Madrid que, ahora, como él mismo ha anunciado, va a cerrar. Esto se debe, fundamentalmente, a que él no puede estar presente en esos restaurantes, haciéndosele imposible la conciliación entre sus dos vertientes profesionales.
Alfonso Ortega -su verdadera nombre- ha confesado, en el podcast La escalera roja, que sus bares no son él. «Son unas personas que llevan mis bares», ha apostillado. De esta manera, y de forma inmediata, el experto en gastronomía ha cerrado sus cuatro restaurantes; Los Clásicos de Cocituber 1 y 2, ambos en Vallecas; Los Clásicos de Cocituber 3, en Alcorcón; y Los clásicos de Cocituber 4, situado en la localidad madrileña de Fuenlabrada.
La razón por la que Cocituber ha decidido cerrar sus restaurantes
«Si no estoy yo allí… ¿Para qué? No me da la vida para tanto. Voy a pagar todos los finiquitos, voy a cerrar todos y me voy a comprar una furgoneta» con el único objetivo de «recorrer España sacando material». Con la primera apertura de su local, Alfonso vio de cerca el verdadero significado del éxito. Gracias a su anuncio en las redes sociales consiguió que sus restaurantes llenaran sus reservas en un tiempo récord. Es por eso que, dos meses después, decidió abrir un nuevo restaurante, en su segunda versión, que también fue todo un triunfo. La tercera apertura llegó en Alcorcón y la cuarta en Fuenlabrada. Aún así, su éxito ha traspasado la Comunidad de Madrid y ha llegado a distintos puntos de España gracias a la influencia que tiene en TikTok con más de 300 mil seguidores.
Es por eso que la noticia sobre el cierre de sus locales ha sido especialmente sorprendente. Aún así, todo esto le ha hecho aprender de sus errores. «Creo que ha sido una manera de aprender a que no te flipes. No tengas 60 empleados», contó en el podcast. Además, si en un futuro se decide a abrir un nuevo restaurante tiene claro que lo hará «con más conocimiento». Aunque eso sí, también está muy orgulloso de sus inicios y, sobre todo, de apostar por distintos clásicos españoles que no están tan vistos últimamente. «El bar de siempre está empezando a morir. Yo quería recuperar eso con un toque moderno. Sabía que iba a ser un éxito, pero la respuesta ha sido brutal», ha explicado. De ahí el nombre de sus locales, con el que ha querido hacer un homenaje, no solamente a los platos más típicos de nuestro país sino, también, extendiéndose a otros ámbitos como la literatura o la música.
La confesión sobre su adicción al alcohol
En todo este tiempo, Alfonso, además de hablar de la comida en redes sociales, también se ha explayado sobre su lado más personal. Así, hace un tiempo reconoció su adicción al alcohol, a lo que le ayudó la comida. En una entrevista con El Español, el creador de contenido contó cómo empezó en el mundo de las redes sociales. «La verdad es que lo mío fue muy rápido. Pude dejar el trabajo en el que estaba porque ya ganaba tres o cuatro veces más dinero de lo que estaba ganado en la oficina. Ahora, me dedico exclusivamente a esto», explicó al mencionado medio. Además, también se sinceró sobre su adicción al alcohol, algo que no se supera nunca.
«Yo soy alcohólico, tenía un problema, y cuando decidí dejar el alcohol me aburría bastante, así que empecé a grabar bares para las redes sociales, pero no en un plan profesional, lo que pasa es que empezó a funcionar», reconoció su edición de Castilla y León. Además, también afirmó que «se ha refugiado en la comida», lo que le ha servido para «curarse».