José Ribagorda: «El país sobrevive pese a los políticos, por la pujante sociedad que tenemos»
Uno de los rostros más reconocibles de Telecinco repasa su trayectoria tras ser apartado de los informativos
Su padre fue novillero y le contagió la afición a los toros – que ahora defiende, como actividad cultural de primerísimo orden – y su madre la pasión por los fogones y la gastronomía. José Ribagorda, relevado de los informativos de fin de semana en Telecinco hace un par de meses y avalado por más de 30 años de servicio, presume con orgullo, como explica en esta entrevista concedida a Fuera de Micrófono, de haber trabajado a las órdenes de Luis Mariñas, Ernesto Sáenz de Buruaga y Pedro Piqueras.
Amigo de ‘rincones y sabores’ –como el título de la nueva sección gastronómica que realiza en estos momentos-, reivindica mayor respeto a la veteranía y la experiencia en las televisiones. «Prefieren personas más jóvenes, sin experiencia y sin personalidad», se lamenta, mientras repasa su larga trayectoria profesional con el sosiego y la gratitud de quien cierra un paréntesis, después de haber hecho guardia en muchas garitas.
Fue desplazado de los informativos del fin de semana a mediados de diciembre y puedo dar fe de que la gente lo para por la calle y le confiesa lo mucho que está echándolo de menos. Quizá, por su cercanía y su manera de ser. «Nunca -dice- he perdido el punto de vista emocional a la hora de transmitir las noticias. La cercanía y la empatía con el telespectador son básicas para comunicar bien».
Después de más de 20 años sin disfrutar de sábados y domingos por razones laborales, ha vuelto a recuperar el tiempo de ocio y el espacio que suele reservarse a la familia y a los amigos. Al hacer balance, recuerda que fue muy duro y complicado informar el 14 de marzo de 2020 del confinamiento por la pandemia y que le hubiera encantado, antes de su despedida, anunciar la aparición de algún remedio contra enfermedades como el cáncer, la ELA o el Alzheimer. Y, como buen atlético, que su equipo de toda la vida ganaba, por fin, la Champions.
El fútbol, como la gastronomía y la tauromaquia, forman parte de su existencia.
PREGUNTA.- Después de 20 años en los Informativos de Fin de Semana, ¿cómo son ahora tus sábados y domingos?
RESPUESTA.- Si contamos los años que estuve en TVE –entre el 2000 y el 2004–, y luego desde el 2006 hasta el 2024 en Telecinco, son más de 20 años. Casi la mitad de mi vida profesional la he pasado en el fin de semana. He recuperado mi vida familiar. El fin de semana es muy sacrificado, sobre todo a nivel personal. La gente suele disfrutarlo con la familia. Pero hemos sabido adaptarnos, viajar cuando nadie viajaba y buscar también nuestros momentos.
P.- Los amigos saben que no pueden contar contigo esos días de descanso.
R.- Bueno, buscábamos siempre el momento para vernos. A mí no me ha faltado ni afecto, ni vida familiar, ni el cariño de mis amigos. Todo el mundo conocía mis circunstancias. Ahora tengo también más tiempo para mí; para recuperar mucha paz interior. Notas que el móvil ya no suena, lo que invita al relax y a la tranquilidad.
«Estoy orgulloso de haber trabajado con un profesional portentoso, como Luis Mariñas»
P.- ¿Eran muy diferentes los Informativos de los años 90, cuando empezaste en Telecinco, a los de ahora?
R.- Yo llegué a Telecinco cuando nació la cadena. El informativo Entre hoy y mañana, que hacía Luis Mariñas, comenzó prácticamente al inicio de la cadena, en el año 1991. La evolución ha sido tremenda. Pero, me siento muy orgulloso de haber trabajado en aquella etapa inicial con un profesional formidable, portentoso e imaginativo, como Luis Mariñas. La falta de medios la suplía siempre con muchísima imaginación. Me acuerdo de aquel informativo, Entre hoy y mañana, que enseguida despuntó y empezó a tener peso. Y era un informativo muy elemental, con cuatro o cinco redactores. Cada uno de nosotros representaba un área: yo hacía Nacional; Manolo Almendra, Internacional; María José Sáez, Sociedad; Mariló Montero, Cultura, y después se incorporó la que ahora es mi mujer, Loles Silva, para hacer reportajes y sociedad. Era increíble. Una época increíble. Desde entonces, han cambiado muchísimo los Informativos, lógicamente.
«Nunca he perdido el punto de vista emocional a la hora de transmitir las noticias»
P.- Antes habías trabajado en el periódico Cinco Días y en la Cope.
R.- En Cinco Días estuve de colaborador y luego entré en la Cope, a finales de los 80. En aquella Cope mítica, donde estaban Luis del Olmo y Encarna Sánchez.
P.- Al repasar tu trayectoria, he visto que trabajaste en Caliente y frío, programa nocturno que dirigía Álvaro Luis.
R.- Estuve en Caliente y frío porque el padre del mítico Álvaro Luis era íntimo amigo de mi padre. Él fue quien me dio la oportunidad de entrar por primera vez en el mundo de la radio, hasta que me fui abriendo camino. En la radio trabajaba a destajo. Después, me pude sumar al equipo del informativo Primera hora, que dirigía y presentaba Manuel Antonio Rico. Me pasaba casi toda la noche trabajando. En esa etapa conocí a Pepe Cañaveras, dejé la Cope y me fui con él a Radio España. Allí estuve unos años, hasta la incorporación a Telecinco.

P.- ¿Cómo llegaste a Telecinco?
R.- María José Sáez, que trabajaba entonces conmigo en Radio España, se marchó a Telecinco y me llamó para decirme que allí iban a necesitar gente para crear una redacción de informativos. Recuerdo que llegué con todos mis nervios, entré atemorizado en el despacho de Luis Mariñas, que para mí era una institución y al que tenía un respeto reverencial, y le presenté mi escueto currículum. Me acuerdo perfectamente que cogió el currículum, lo rompió, lo tiró a la papelera y me dijo: «¡Anda, ponte a trabajar!». Así que me puse a trabajar y ya no paré. Han sido casi 35 años volcado en la información, básicamente en Telecinco.
P.- Recuerdo mucho el Entre hoy y mañana que presentabas con J.J. Santos. Era un informativo diferente, cuyo éxito propició vuestro fichaje por TVE en la etapa de Ernesto Sáenz de Buruaga.
R.- Fue una demostración más de la creatividad y originalidad de Luis Mariñas. Él inventó muchos formatos y uno de ellos – que apoyó decididamente – fue este. José Javier Santos tenía la idea de un espacio de deportes largo de madrugada. Decía: ¿por qué no combinamos un espacio informativo que tenga un bloque de deportes potente? Y Luis Mariñas terminó dándole forma. Dijo: vamos a hacer un programa donde la mitad sea información nacional e internacional y la otra mitad deportes. Y empezamos. Con Jota desarrollé una relación personal muy cordial, y muy lúdica también, y eso se trasladaba al espectador. Teníamos una enorme complicidad. Contábamos las noticias de una manera más distendida. Diferente. Era un informativo distinto y la complicidad surgía de manera natural. Yo nunca he perdido el punto de vista emocional a la hora de transmitir las noticias. La cercanía y la empatía con el telespectador son básicas para comunicar bien.
«Mi incorporación a TVE, con J. J. Santos, fue un empeño de Ernesto Sáenz de Buruaga para acabar con el dominio de José María Carrascal»
P.- ¿Cómo fue el cambio y la adaptación a TVE?
R.- La llegada fue traumática. Tuvimos muchísima oposición y se politizó mucho también nuestro fichaje.
P.- ¿Por los sueldos?
R.- Por los sueldos y por haber contratado a gente de fuera de la casa. Hubo una enorme movilización. Nos recibieron el primer día con pancartas que decían: «¡fuera, fuera!». Cuando fuimos a firmar el contrato a Prado del Rey, se convocó una manifestación, y el asunto llegó a debatirse en el Congreso de los Diputados. Recuerdo hasta un editorial de Diario16. Creo que se sobredimensionó totalmente. El sueldo no era tan alto como se dijo, y nosotros solo íbamos a trabajar y a dar audiencia a la última edición del Telediario, que era la única que flojeaba en esos momentos en La 1. Pronto conseguimos alcanzar el liderazgo.
P.- ¿Contasteis con el apoyo de Ernesto Sáenz de Buruaga, entonces responsable de Informativos, en aquel conflicto?
R.- Decididamente. Nuestra incorporación fue un empeño personal de Ernesto para mejorar una franja horaria que dominaba José María Carrascal en Antena 3. En Telecinco conseguimos desbancar a Carrascal del liderazgo y en La 1 levantamos la audiencia de aquellas ediciones de madrugada que, desgraciadamente, han desaparecido. Creo que un informativo de madrugada, a modo de resumen, te puede permitir cierta licencia a la hora de desarrollar nuevos formatos: hacer algo diferente.
P.- ¿Por qué te volviste a Telecinco?
R.- Son ciclos que tienen un principio y un final. Yo acometí nuevos proyectos en La 1. Alfredo Urdaci confió en mí para el Fin de Semana en el año 2000, y hasta el 2004 estuve presentando esos informativos en TVE. Luego, con la llegada de Zapatero y el tándem Fran Llorente-Lorenzo Milá, me encargaron la subdirección de Los Desayunos, con Pepa Bueno, una etapa de la que también estoy muy orgulloso. Hasta que en el 2006 me llamó Pedro Piqueras y volví a Telecinco.
«He cerrado una etapa, con el cariño y el reconocimiento de mis compañeros»
P.- ¿Pedro Piquera ha jugado un papel importante en tu carrera profesional?
R.- Importantísimo. Ha conformado los últimos 20 años de mi carrera. El destino ha querido que entrara con él y saliera prácticamente con él. Estoy muy orgulloso de haber trabajado a sus órdenes y de los resultados que hemos obtenido. Ha sido una de las mejores etapas de la historia de los Informativos de Telecinco. Y me ha servido también para escribir mi propia trayectoria, mi propia historia. Una trayectoria a la que todavía le queda mucho recorrido. Me encuentro joven, me encuentro bien, ilusionado, con muchas ganas de hacer cosas, y voy a seguir trabajando. He cerrado una etapa, pero con mucho cariño y el reconocimiento de mis compañeros. Eso me hace sentirme muy reconfortado, agradecido y feliz. Como se dice en el ámbito de la tauromaquia, he salido por la puerta grande.
«Es una pena que las televisiones no apuesten por profesionales con experiencia»
P.- ¿No crees que la televisión, especialmente TVE, valora poco la experiencia y veteranía de sus profesionales?
R.- Es una tendencia errónea. Mucha gente me dice que me echa de menos por la manera de contar las noticias y la credibilidad que vas acumulando a lo largo de tres décadas. El pasado 7 de enero cumplí 30 años editando y presentando informativos. Son muchos años y la gente lo tiene en cuenta. Lo valora. Es triste que las televisiones y sus directivos no apuesten por este perfil. Prefieren personas más jóvenes, sin experiencia y sin personalidad. Hay grandes referentes, como Pedro Piqueras, Ana Blanco, y cuesta mucho ganarse el crédito. Son años y años de dedicación, trabajo y esfuerzo. Es una pena que no se aproveche la experiencia de personas que todavía pueden decir muchísimo en el ámbito de la información, como yo espero seguir haciendo.

P.- ¿La competencia en Informativos es tan dura e intensa como parece entre las cadenas?
R.- Cuando alguna vez me ganaba Pedro Piqueras, a las tres de la tarde, en Antena 3, eso era una conmoción. La competencia es tremenda. En los comienzos de Telecinco la audiencia de los informativos era muy baja. Predominaba Antena 3 y La 1. Hubo el trasvase a Antena 3 de Matías Prats, Olga Viza, Rosa María Mateo, y se posicionaron muy alto y muy fuerte. Pero, a partir del año 2006, con mucho trabajo, en Telecinco empezamos a ganar audiencia. En poco tiempo, conseguimos superar a La 1 y reducir distancias con Antena 3. Hasta que logramos posicionarnos como referencia absoluta. En la etapa de Pedro Piqueras, Telecinco ha sido una referencia informativa absoluta.
«El sábado 14 de marzo de 2020 te encuentras con el país confinado y a ver cómo informas de eso»
P.- Hubo un tiempo en que la política, en lugar de sumar audiencia, la restaba.
R.- Piqueras tuvo la gran intuición de darle un giro a eso. Buscaba audiencia, pero no a cualquier precio. Utilizaba mucho las imágenes y apostaba por un contenido más social en los Informativos. Ese fue uno de los grandes cambios que introdujo. No tanto el suceso, como se le ha criticado muchas veces, de forma desmedida e injusta. Pedro tenía el concepto de buscar audiencia empezando por temas sociales de los que se hablaba en la calle. Se daba algún suceso, pero que me digan qué cadena no informaba de un suceso que se contaba en Telecinco.
P.- ¿La polarización en la política ha calado también en los medios de comunicación? Alguna vez te he escuchado reivindicar la equidistancia.
R.- Se está haciendo un periodismo de trinchera. Pero, te puedo decir que en Telecinco hemos trabajado con absoluta libertad. La polarización no la he sentido nunca. Los directivos de la cadena nos han permitido trabajar siempre con absoluta libertad. Jamás recibí una consigna de Pedro Piqueras, ni la más mínima presión. Si ha habido presiones, él las habrá soportado y aguantado, pero a mí no me han llegado. He estado editando los informativos del fin de semana 18 años y una de las grandes bazas de Telecinco ha sido esa equidistancia respecto a los poderes políticos y económicos. Nuestra apuesta, como me dijo siempre Pedro, era el espectador. Ese era nuestro gran objetivo y nuestro gran compromiso. Lo que entendíamos que era noticia lo dábamos, y diferenciando siempre entre opinión e información.
«Me hubiera gustado dar la noticia de un remedio contra el cáncer, la ELA y el Alzheimer»
P.- ¿Cuál ha sido la noticia más dura, que nunca te hubiera gustado dar?
R.- Siempre he dicho que todo pasa en fin de semana. Salvo el 11-M y el 11-S, casi todo ha ocurrido en fin de semana. Pero lo más duro y delicado fue la pandemia del Covid. Te encuentras el sábado, 14 de marzo de 2020, con el país confinado y a ver cómo informas de eso. ¿Por dónde lo coges? Con un miedo aterrador y unos guantes de látex escribiendo en el ordenador, sin mascarilla, teniendo que movilizar a redactores a hospitales… ¿Cómo abordas eso? Pues, lo sacamos adelante. Mi mensaje, al finalizar el Informativo, fue que a veces la realidad supera a la ficción. Intentaba transmitir a los telespectadores un mensaje de optimismo.
P.- ¿Qué noticia te habría gustado dar, aunque no haya sido posible hacerlo?
R.- Poder informar de conflictos que se acaban. Hablamos mucho del fin del terrorismo de ETA, esa pesadilla que desgraciadamente me había acompañado en los primeros años de mi carrera. Fue muy traumático tener que informar de tantos atentados. Conozco a mucha gente afectada por el maldito cáncer y enfermedades que me entristecen mucho como la ELA, y me hubiera gustado dar la noticia de que se ha encontrado un remedio para estas enfermedades y otras, como el Alzheimer. Me parece increíble que hayamos conseguido vacunas en tiempo récord para una pandemia y no tengamos todavía soluciones para enfermedades que se están cobrando tantas vidas. Y, por supuesto, que el Atlético de Madrid ganaba la Champions. Pero, he visto torear a José Tomás en Nimes, en la corrida que ha pasado a la historia de la tauromaquia…
«Mi padre era novillero y defiendo la tauromaquia porque es una actividad cultural de primerísimo orden»»
P.- ¿Quién te contagió la pasión por la tauramaquia?
R.- Tiene bastante que ver mi padre. Fue novillero y me llevaba a los toros de pequeño. Luego, yo me quedé prendado, como muchísima gente, cuando vi a José Tomás con ese concepto, esa quietud, ese arte, esa belleza y ese valor. Ahí me animé mucho. La tauromaquia la he defendido siempre porque es una actividad cultural de primerísimo orden, en la que participa muchísima gente y de la que hay que informar. Nosotros nos debemos a los acontecimientos que son actualidad. Tenemos que estar orgullosos de nuestra cultura, que además nos da identidad, personalidad como país, y que forma parte de nuestra historia.
«Los propios cocineros de vanguardia reconocen que se inspiran en el pasado»
P.- Otra de tus grandes pasiones es la gastronomía. ¿De dónde nace tu interés por la cocina?
R.- Hay muchísimas razones. Una puede estar en mi madre, que da muy bien de comer y me permitió apreciar los valores clásicos de la gastronomía, que son los sabores. A mí las cosas me tienen que saber. Ahí comencé a desarrollar un gusto por la buena comida, por los buenos guisos. Luego, he desarrollado en mi vida una búsqueda permanente de la autenticidad. Me ha apasionado siempre la historia: lugares con historia, con sabor, con tradición, lugares emblemáticos, auténticos, que conforman el paisaje y la historia de las ciudades. He ido a cafés, a tabernas… Me ha encantado. Han influido también personas claves en mi vida, como Lorenzo Díaz, con su libro Madrid: Tabernas, botillerías y cafés. Lo que he aprendido de él; las puertas que él me ha abierto, la gente que me ha dado a conocer. También han influido lugares y lecturas de grandísimos escritores vinculados a la gastronomía, como Josep Plá, Álvaro Cunqueiro, Néstor Luján, Xavier Domínguez o Manuel Vázquez Montalbán. Esa mezcla de todo te hace disfrutar cada vez más y haces de la gastronomía un ‘modus vivendi’. Yo hago muchos viajes gastronómicos con mi mujer y disfruto cocinando. Al final, te das cuenta que la gastronomía forma parte de tu vida.

P.- ¿Quién puso de moda la cocina española, Arzak, Ferran Adrià, Subijana…?
R.- Tengo mi teoría. Hemos vivido en España los mejores 20 años de la historia de la gastronomía. Sin lugar a dudas. Mucho tiene que ver en esto Ferran Adrià, pero hay enormes cocineros que han elevado la gastronomía española hasta los primeros lugares de todas las listas. Pero, mediáticamente, todo estaba focalizado en los cocineros famosos. El programa que hice en Telecinco, Cocineros sin estrella, fue un aldabonazo porque quité el foco a los cocineros de vanguardia y se lo puse a los cocineros con tradición, algunos con 50 años en el oficio. Sin tradición no hay bases, y los propios cocineros de vanguardia reconocen que se inspiran muchas veces en el pasado, en el ayer. No se puede perder la memoria gastronómica de este país. Va asociada a su historia y a su idiosincrasia como pueblo.
P.- ¿La política y los políticos están cada vez más desconectados de la sociedad?
R.- La sociedad española sigue avanzando. Este país se mantiene por la sociedad tan vigente y tan pujante que tiene. Por la gente que trabaja y que, a pesar de los políticos y de las trabas que ponen a tantas cosas, sobrevive, empuja y tira para adelante. Cada vez hay un distanciamiento mayor. Se vio en la pandemia y se está viendo ahora con la Dana. Desde el punto de vista político, la situación es mala, y eso lógicamente nos lleva a la preocupación. Se están saltando muchas barreras.
P.- ¿La clase política de ahora está a años luz de la que hizo posible la Transición a la democracia?
R.- Se ha perdido ese concepto de los políticos de Estado que tenían la honradez por bandera. Políticos con vocación de servicio público, de servir al ciudadano. No hay que velar por tus propios intereses, sino estar preocupado, única y exclusivamente, por el bien común. La situación es preocupante.
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