Andreu Buenafuente y Silvia Abril presentarán las Campanadas en Televisión Española
La pareja de cómicos, que se casó hace ocho años en Barcelona, tomarán el relevo de David Broncano y Lalachús

Andreu Buenafuente y Silvia Abril, en una imagen de archivo. | Gtres
Andreu Buenafuente y Silvia Abril presentarán las Campanadas de este año en Televisión Española. Tal y como ha adelantado Informalia y ha confirmado EFE será el presentador de Futuro imperfecto y la cómica —quienes llevan ocho años de feliz matrimonio— serán los encargados de enfrentarse, en audiencia, contra Cristina Pedroche y Alberto Chicote, así como Sandra Barneda y Xuso Jones. Buenafuente y Abril recogen, además, el testigo a Lalachús y David Broncano, quienes despidieron el 2024 desde la Puerta del Sol.
Desde hace unos meses, Andreu es el encargado de llevar las riendas de su propio programa, Futuro imperfecto, donde Silvia trabaja como colaboradora. Lo cierto es que su conexión siempre ha ido más allá de lo personal y se ha trasladado, también, a lo profesional. Tanto es así que ambos suelen colaborar juntos en distintos formatos y se han convertido en uno de los dúos más icónicos de la pequeña pantalla.
La historia de amor de Buenafuente y Silvia Abril
Andreu Buenafuente y Silvia Abril se conocieron en un entorno profesional, en televisión. Ella colaboraba en el programa Buenafuente, donde interpretaba personajes cómicos, siendo especialmente conocida por su papel de «la niña de Shrek». Fue precisamente en ese plató donde surgió la chispa entre ellos. Él ha recordado cómo ella, disfrazada, se acercó a su mesa en directo y le dedicó una mirada que él identificó como la de Silvia, no la de su personaje, algo que a muchos pasó desapercibido, pero él sí lo sintió. Esa pequeña provocación cómica y espontánea dio pie a que más adelante hablaran, quedaran, cenaran y se dieran cuenta de que había algo especial entre los dos. Según Buenafuente, fue en ese momento, tras muchas risas y charlas, cuando le dijo que «ya deberíamos darnos un beso», y así empezó su relación sentimental.
Desde ese inicio «televisivo», su relación se volvió más profunda rápidamente. Aunque ambos trabajaban en la misma industria y compartían humor, mantenían espacios personales muy protegidos; no les gusta exponer demasiado su vida privada. Aun así, con el paso del tiempo fueron construyendo una vida juntos. En 2012, tuvieron a su hija, Joana, lo que para ellos supuso un punto de inflexión muy bonito. Andreu ha admitido que antes de tener a Joana no había pensado seriamente en la paternidad, y que su llegada cambió por completo sus prioridades: dejó de estar tan centrado solo en el trabajo y empezó a valorar más la vida familiar, el equilibrio, el tiempo compartido.
Su conexión va más allá de lo profesional
Su historia también ha tenido sus complicaciones: Silvia ha contado que para ella no fue tan sencillo quedarse embarazada. En entrevistas ha explicado que tuvo problemas reproductivos relacionados con una intolerancia al gluten, lo que dificultó el proceso, pero que finalmente pudo ser madre. Este obstáculo también les unió más, porque tuvieron que apoyarse mutuamente, acudir a especialistas y adaptarse emocionalmente. Su complicidad y su humor sirvieron como un ancla durante esos momentos más duros, demostrando que no solo son pareja dentro de un plató, sino también en la vida real.
En julio de 2017, Andreu y Silvia decidieron dar un paso más en su relación y se casaron en una ceremonia muy íntima en el Ayuntamiento de Barcelona. Quisieron que fuera algo personal y sin grandes artificios: no hubo protocolo excesivo ni un vestido tradicional, sino más bien una celebración con su estilo, su humor y su propia forma de entender el amor. De hecho, Silvia no llevó un vestido de novia clásico, y Andreu tampoco optó por un traje muy formal; querían que su boda reflejara su autenticidad. Además, mantuvieron la discreción, y durante mucho tiempo no se supo públicamente la fecha exacta del enlace.
En su día a día, la pareja ha demostrado un gran respeto por su vida privada. No utilizan tanto las redes para mostrar su intimidad, y participan en proyectos profesionales tanto juntos como por separado, manteniendo un buen equilibrio entre trabajo y familia. Andreu ha dicho que Silvia ha traído «valores» a su vida; le da estabilidad, le ayuda a poner las cosas en su sitio y le permite vivir no solo como presentador o comediante, sino también como padre y compañero. Silvia, por su parte, le ha descrito con admiración. Es más, valora su sensibilidad, su creatividad y su capacidad para herir el humor al mismo tiempo que ama.
Una de las cosas que más define su amor es el humor; no solo son pareja, sino compañeros de profesión, cómplices creativos, lo que les permite reírse juntos, incluso en momentos difíciles. Silvia ha dicho que le hace pasar vergüenza en situaciones cotidianas —como cambiarse de asiento en un avión— pero que eso forma parte de su relación divertida y espontánea—. Andreu, por su parte, admite que ella entró en su vida «como un ciclón» y que eso fue muy positivo, porque lo recolocó emocionalmente. Para él, ella representa un equilibrio esencial; alguien con quien puede compartir locuras, proyectos profesionales y la rutina familiar sin perder su estructura emocional.
