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27 días de misa continuada para proteger a una familia de refugiados

Una iglesia holandesa lleva 27 días seguidos celebrando misa sin parar para proteger a una familia de refugiados armenios de la deportación. La iglesia de Bethel, situada en La Haya, está aprovechando una ley que impide a los cuerpos policiales acceder a lugares de culto durante los servicios religiosos.

27 días de misa continuada para proteger a una familia de refugiados

Una iglesia holandesa lleva 27 días seguidos celebrando misa sin parar para proteger a una familia de refugiados armenios de la deportación. La iglesia de Bethel, situada en La Haya, está aprovechando una ley que impide a los cuerpos policiales acceder a lugares de culto durante los servicios religiosos.

Reverendos de todo el país han acudido a este pequeño templo protestante, donde han creado un sistema de turnos que impide el arresto de la familia Tamrazyan, que lleva nueve años residiendo en los Países Bajos.

La familia se vio obligada a huir de su Armenia natal cuando el padre de familia, Sasun, recibió amenazas de muerte debido a su activismo político. Buscaron asilo en los Países Bajos y, tras años de procedimientos judiciales, un juez se lo concedió. Sin embargo, el Gobierno neerlandés revocó la sentencia.

El director del Consejo General de Ministros Protestantes, Theo Hettema, ha asegurado que desconoce por qué el Gobierno tomó esa decisión, aunque, en su opinión, revocar las concesiones de asilo es una forma de limitar la inmigración, según ha recogido el medio estadounidense Quartz.

Como último recurso, la familia recurrió al conocido como Children’s Pardon (indulto a los niños, en castellano), un mecanismo legal que permite que las familias con niños que hayan vivido al menos cinco años en Países Bajos permanezcan en el país. La apelación fue rechazada, algo bastante común, ya que solo 100 de las 1.360 peticiones registradas desde 2013 han sido aceptadas.

La familia Tamrazyan llevaba dos años viviendo en un centro de acogida en el municipio de Katwijk cuando conoció la negativa del Gobierno y la consiguiente orden de deportación. Buscó refugio en una iglesia cercana, demasiado pequeña para darles cobijo. Finalmente, el 25 de octubre de este mismo año, la iglesia de Bethel le abrió sus puertas.

Hettema confiesa que la decisión de acoger a los Tamrazyan no fue nada fácil. Según ha expuesto, ninguna iglesia debería tener que elegir entre el respeto por la dignidad humana y el respeto por su Gobierno. Asimismo, asegura que no tienen planeado detener el servicio religioso, y espera que el ministro de Inmigración, Mark Harbers, conceda la residencia a la familia.

La inmigración es un tema candente en los Países Bajos. El ascenso de la extrema derecha en los últimos años ha provocado un endurecimiento de las leyes de inmigración y que el discurso en contra de los refugiados sea cada vez más popular. A pesar de este clima, y según informa Hettema, la familia también ha recibido muestras de apoyo. Más de 300 reverendos se han ofrecido a oficiar misa y casi un cuarto de millón de personas han firmado una petición para que se ofrezcan más indultos a familias de refugiados con hijos.

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