Irene Montero planeó su ofensiva contra Yolanda Díaz hace meses: «Yo voy a volver a ser ministra»
La ministra de Igualdad y jefa de facto de Podemos, Irene Montero, lleva meses elaborando una estrategia de tensión interna al Gobierno para debilitar a Yolanda Díaz. Aunque la operación se activó hace pocos días -aprovechando la reforma laboral y la polémica sobre el escaño de Alberto Rodríguez- la cúpula morada estaba en alerta desde al menos septiembre. Durante un encuentro informal de la Ejecutiva, tal y como ha podido saber THE OBJECTIVE, Montero dejó claro que su intención era no ceder ante Díaz. Y aseguró que el partido tiene fuerza para gobernar, aunque se vaya a elecciones. «Voy a volver a ser ministra», zanjó .
En una reunión interna a la que acudieron miembros de la cúpula del partido morado se debatió sobre el tipo de posición que era más conveniente mantener de cara al otoño. Algunos dirigentes abogaron por la cautela. Argumentaron que era mejor evitar tensar la cuerda sobre el debate presupuestario. «Hay que aguantar», concidían. Su razonamiento pasaba por asumir que estas eran las últimas cuentas de Pedro Sánchez, y que por ello era mejor consolidar la coalición y apostar por acabar la legislatura.
Otro sector, del que forma parte Irene Montero, defendió una posición más atrevida. Centrada en reivindicar el papel de Podemos en el debate público y asumir que el plan de Yolanda Díaz es fagocitar a los morados, la ministra de Igualdad sacó pecho. Afirmó ante los suyos que Podemos tiene «suelo electoral», y dio a entender que Yolanda Díaz sin Podemos no es tan fuerte como se cree.
Podemos tiene estudios demoscópicos (nacionales y regionales) que revelan el desgaste de la marca. Pero también que en unas generales aguantaría con un 10% de votos. Los demás partidos políticos confirman estos datos en sus encuestas, según ha podido saber este diario, aunque todos saben que el contexto es volátil, puesto que Díaz todavía no ha presentado públicamente su plataforma. Para Irene Montero, sin embargo, es suficiente.
Ejecutiva de Podemos
La dirigente madrileña reiteró ante los suyos que Podemos tiene futuro, otra cosa es si con la marca actual o con un cambio de imagen que puede asemejarse a una refundación. Pero subrayó que su intención es levantar cabeza y aseguró que aunque se vuelva a votar, ella está convencida de que repetirá en el ministerio: «Vamos a forzar a Sánchez y yo voy a volver a ser ministra», zanjó.
La frase impactó entre los presentes, máxime porque como todos saben en el partido morado tanto Montero como Pablo Iglesias ya no gozan del aprecio popular que tenían hace pocos años. La duda interna atañe a la credibilidad de la reflexión de Montero. Pero muchos señalan esta reunión como uno de los puntos de inflexión para actuar con lo que algunos miembros de Unidas Podemos ya califican de «política de la pataleta». Algo parecido a una declaración de intenciones que revela su planteamiento duro contra Yolanda Díaz.
Podemos necesita sacar cabeza como sea en el debate público y demostrar que influye en el Ejecutivo, explican las fuentes del partido. La polémica sobre la reforma laboral forma parte de este esquema, admiten en Podemos, sabiendo que la segunda derivada de esta estrategia de la tensión se centra en debilitar directa o indirectamente a Yolanda Díaz.
La relación entre Montero, Ione Belarra y Yolanda Díaz es objetivamente «mala», revelan fuentes gubernamentales. Ya nadie lo niega, ni en Podemos ni en el entorno de Díaz. El estallido de la polémica sobre la reforma laboral ha amenazado con debilitar a Yolanda Díaz. La ministra es consciente de ello.
Política de la pataleta
El hecho de que Podemos haya exigido a Pedro Sánchez una reunión exprés para debatir el asunto y frenar a Nadia Calviño ha obligado a Díaz a intervenir, pero la ministra se ha desmarcado de los demás asuntos: silencio ante las declaraciones de Arnaldo Otegi y en la polémica sobre Alberto Rodríguez.
«Yolanda se está centrando en la política, y hace bien», sentencian en su sector de Unidas Podemos, que ya trabaja para que su «proyecto» cuaje. En Izquierda Unida ya todos dan a Alberto Garzón como un aliado oficial de la ministra, mientras que Enrique Santiago, secretario general del PCE, se decanta por Podemos.
En ese delicado equilibrio interno de Unidas Podemos algunos creen que el Ejecutivo se juega su futuro. Si bien son pocas las voces que apuntan a que, si los morados se ven excluidos de todos los planes de Yolanda Díaz, aboguen por dinamitarlo todo. La mayoría frena: «Es demasiado peligroso». Irene Montero, por otro lado, no tiene miedo. Con razón o sin ella está convencida de que en esta legislatura y en la siguiente seguirá siendo ministra.