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Audi reinventa el Q5, uno de los SUV más exitosos y con mayor aceptación del mercado

La tercera generación del exitoso todocamino no se complica y ofrece motorizaciones casi clásicas

Audi reinventa el Q5, uno de los SUV más exitosos y con mayor aceptación del mercado

Audi Q5 SUV.

Audi lo tiene claro: en tiempos revueltos, la respuesta es ofrecer lo que funciona y olvidarse de experimentos. Y uno de los modelos que mejor les funciona es su exitoso Audi Q5, uno de los SUV mejor digeridos por el mercado de la última década y media. Ahora, en su tercera generación, recibe una actualización de orden mayor para ofrecer lo mismo, pero mejorado.

No lo tienen fácil. Las marcas prémium alemanas ven cómo el resto se les acerca con productos que podrían ser comparados con los que ellas ofrecían hace no mucho. La respuesta no es otra que una continua huida hacia delante, si no quieren ser atrapadas por el resto de la jauría.

El Audi Q5 se presentó en 2008 y, en estos tres lustros, se ha convertido en una de sus creaciones que más alegrías les ha dado, sobre todo en los mercados centroeuropeos. Con la renovada familia del Q5, dan una vuelta de tuerca para seguir siendo una referencia a pesar de que no llama mucho la atención.

Los de Ingolstadt crean coches excelentes, pero dentro de su discreción, se estaban quedando sin argumentos de ventas diferenciadores. Los coches eléctricos tienen su carga de originalidad, o los venidos de China están repletos de argumentos de ventas para un mercado que pide cosas diferentes. Los sobrios y elegantes Audi empezaban a quedarse un poco atrás; no por falta de calidad —poco discutible—, sino por carecer de elementos llamativos y originales.

Sus líneas generales no cambian demasiado, y sus formas son similares a las ya conocidas. Es cuando se mira bajo el capó y en los detalles, donde se encuentran las diferencias, y hay muchas. Hay un profundo rediseño técnico, en su interior, y en el plano estético, con retoques fáciles de encontrar, sobre todo el frontal y la zaga.

Sus formas de dos cuerpos, con una leve inclinación hacia arriba según se viaja hacia atrás, son ahora un poco más arriesgadas y agresivas. La parrilla delantera crece, y es acompañada de otra más estrecha justo debajo. Rima con otra similar en la trasera, y dispone de más entradas de aire bajo los faros justo delante de las ruedas. Los faros ahora son muy delgados, muy finos, y toda la tecnología que albergan es distinta a la anterior generación.

Audi se ha caracterizado siempre por poner una especial atención en sus sistemas lumínicos, y en el Q5 han dado un paso adelante con unos Matrix LED que se adaptan a las circunstancias. No hay un faro, sino que hay varios faros dentro de una misma fuente de luz. Se configuran para tomar curvas, por ejemplo, y se encienden y apagan por fases de acuerdo con las necesidades. Tanto delante, y en especial detrás, las figuras que dibuja su luz es personalizable con hasta ocho patrones distintos. Cuando se pisa el freno, la luz trasera puede activarse de forma dinámica, o dibujar formas y figuras a elegir. Muy original.

El primer modelo SUV de Audi basado en la Plataforma Premium de Combustión (PPC), con motores parcialmente electrificados, comparte su planta con el nuevo Audi A5 (el denominado hasta hace poco A4). De una forma análoga a la berlina, se ha buscado una mayor rigidez estructural, más espacio interior y la mejora general de las prestaciones con respecto a la experiencia de conducción.

Los germanos disponen de tres motorizaciones básicas, con cuatro posibilidades; las de gasolina con microhibridación. La batería de 1,7 kW no da para mucho a la hora de desplazar el coche en modo eléctrico 100 %, pero ayuda a rebajar las emisiones, y empuja algo mejor, gracias a los 24 caballos que aporta el propulsor eléctrico.

Tres motores, cuatro opciones

Hay tres bloques de motor. Un turbodiesel de 204 CV con tracción a las cuatro ruedas —la famosa tracción Quattro—, un gasolina de dos litros, turboalimentado, cuatro cilindros de 201 CV y tracción delantera, y otro con el mismo bloque, pero que aporta 268 CV y tracción total. Para aquellos a los que todo esto sepa a poco, Audi lanza la versión más extrema, la SQ5, con un propulsor V6 de tres litros y 367 caballos.

A este modelo le acompañan otro tipo de elementos y diferenciaciones que cambian su espíritu dinámico, como una altura más baja, suspensiones neumáticas opcionales. Esta amortiguación adaptativa es más firme, y permite regular las alturas para favorecer sus prestaciones, más deportivas. Todos cuentan con caja de cambios de siete velocidades y doble embrague.

Una vez dentro, el rediseño general aporta una sensación de amplitud extra. Sus acabados destilan la calidad propia y habitual en la marca, y esto es algo no tan fácil de clonar. Parte de una base con dos grandes pantallas, la del conductor, con información del vehículo, es de 11,9 pulgadas. Le acompaña la central, de 14,5, y dedicada a lo relacionado con la navegación, infoentretenimiento, y controles de diversas funciones, como la climatización del habitáculo.

Existe la posibilidad de añadir una tercera pantalla, de 10,9 pulgadas, destinada al acompañante delantero, que se sitúa sobre la guantera. Gracias a su sistema operativo, el Android Automotive, dispone, entre otras aplicaciones, la nativa de YouTube, que permite ver vídeos online cuando el vehículo está detenido. De igual manera, existe la opción de añadir un Head-up display que refleja información básica sobre la luna delantera. Toda esa pantallitis ayuda a eliminar botonería del salpicadero, aunque no quedan eliminados del todo, como en otras marcas donde directamente han desaparecido.

Cargar muchos dispositivos

Bajo la central y más amplia, reside el cada día más habitual cargador inalámbrico para teléfonos, que dispone de un sistema de refrigeración especifico; tu iPhone no se recalentará. A este sistema de recarga, añade varias tomas USB-C con salidas de hasta 100 vatios, capaces de remitir energía a dispositivos eléctricos de requerimientos superiores, como tablets y ordenadores portátiles.


El modelo trae un buen equipamiento propio de su nivel, como los asientos de piel calefactables y refrigerados, llantas desde 17 y hasta 21 pulgadas, y tres acabados: Advanced, S line y Black line. El maletero es amplio, pero pasa a ser amplísimo —1.473 litros— si se abaten sus asientos traseros.

Sus sistemas de ayudas a la conducción y seguridad relacionada, muy sólidos en los coches prémium alemanes, son muchos y muy avanzados. Entre ellos está el freno automático de emergencia, la detección de peatones y ciclistas, el mantenimiento de carril, monitor de punto ciego, la cámara de 360 grados, el control velocidad adaptativo o los sensores de presión en los neumáticos.

Alemán ‘made in México’

El Q5 habla alemán, pero con acento latino; se ensambla en la planta de Audi situada en San José Chiapas, México. La producción está ya en marcha, y las primeras unidades llegarán al viejo continente en los últimos meses del año. Sus precios viajan desde los 61.600 euros para la versión de acceso a la gama, y hasta los 94.690 euros que cuesta el más deportivo SQ5.

El segmento más agitado de todo el mercado europeo recibe a uno de sus príncipes, y no lo va a tener fácil, cada vez está más congestionado. Su suerte es que tiene mimbres para seguir dando alegrías al grupo Volkswagen, que bien que las necesita.

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