El Dacia Bigster asalta el mercado de los SUV grandes con uno de los precios más pequeños
La versión microhíbrida con gas licuado GLP permitirá a sus propietarios recorrer hasta 1.450 kilómetros
Han inventado la sopa de ajo. Dacia lidera la tabla clasificatoria correspondiente a ventas de coches, pero carece del pedigrí de muchas de las firmas con las que compite. Con el nuevo Bigster, la marca blanca de Renault se embarca ahora en lo de crecer en tamaño y calidad, pero manteniendo precios contenidos. Puede decirse que es un SUV de los grandes, pero con un precio de los pequeños.
En tiempos de vacas flacas, y estos de bóvidos opulentos no son, lo barato triunfa. Por eso, el Sandero es el coche más vendido en España a particulares de manera ininterrumpida desde 2013. Desde 2004 Dacia lleva matriculados 640.000 vehículos, y esto apuntala su imagen de la buena relación calidad/precio que ofrece.
Sus gestores, con Luca de Meo moviendo los hilos desde la dirección general de Renault, decidieron hacer crecer a Dacia, ir a más con ella, y dejar de ser esa marca barata. Son ambiciosos, y a sabiendas de que los coches accesibles dejan poco margen de beneficio, quieren subir peldaños en la escalera de valor. Si sus primeras jugadas fueron cambiar de imagen y su lenguaje de diseño, el primer modelo nativo de este nuevo planteamiento es este Bigster.
Hermano mayor del Duster, que con 23 centímetros menos comparte concepto, añade tamaño y prestaciones para contentar a la clientela que necesite más capacidad. Si los coches se vendieran por metros, el del nuevo Dacia Bigster, el hermano mayor del Duster, saldría a unos 55 euros el centímetro. A cambio de 25.000 euros los modelos de acceso, te llevas a casa un coche de 4,57 metros, que por tamaño pelea con Audis y BMWs que restan el doble, y como te descuides un poco se te van casi al triple. El Bigster no va a pelear en su segmento de mercado, aunque sí va a entrar en el mano a mano con coches como el Nissan Qashqai, el KIA Sportage, Hyundai Tucson o Renault Austral. Son vehículos afines, pero todos más caros.
El Dacia más grande construido hasta la fecha se presenta con etiquetas ECO a base de hibridación; nada de diesel, ni térmicos a secas. La gama parte de motores con tres cilindros, microhíbridos de 130 o 140 caballos, cambio manual y la posibilidad de tracción total. Estos son los que arrancan en los citados 25.000 euros, con una cifra aproximada en la que no entran ni ofertas ni ayudas.
Un poco más allá está el motor de cuatro cilindros y 155 CV, con cambio automático, y cuyo precio rondará los 30.000 euros. La opción más atractiva para los devoradores de kilómetros es la versión microhíbrida con combustión de tipo GLP. Este campeón de la economía permitirá a sus propietarios recorrer hasta 1.450 kilómetros con uno de los costes de uso más reducidos de todo el mercado.
Este segundo propulsor incrementa en 15 CV la motorización más alta disponible en el Duster, y su eficiencia mejora en un 6 % en cifras de Dacia. Se debe a que la batería crece —hay más espacio disponible—, y sabe de 1,2 a 1,4 kWh de acuerdo con lo ya conocido. No solo hay más espacio para acumuladores, sino también para el maletero, que se va a los 667 litros si se retira el doble fondo.
El Bigster sigue las pautas visuales de la última generación del Duster, pero menos anguloso y masivo que el que se presentase como prototipo hace tres años. Si la actualización le sentó muy bien al pequeño, el mayor no tiene un pasado al que remitirse, así que puede decirse que es un coche completamente nuevo.
Para jugar en las ligas mayores, La Regie ha querido acompañar su nuevo producto de un mayor equipamiento. Llantas de 19 pulgadas, portón trasero de apertura eléctrica, mejores asientos en su interior, aislamiento acústico optimizado, climatizador bizona con aireadores traseros, techo solar panorámico de apertura eléctrica, asiento del conductor regulable eléctricamente, equipo multimedia con 6 altavoces y sistema de sonido Arkamys 3D.
Su uso no es 100 % campestre, pero su altura para con el suelo —22 centímetros—, barras de techo modulares para soportar carga, protecciones en los bajos y la posibilidad de elegir versiones 4×4 lo dejan como un todoterreno ocasional que será muy celebrado por los más aventureros, entornos rurales, y poblaciones pequeñas rodeadas de campo.
Y más tecnología
Lo electrónico es una de las claves en éxito de los coches actuales, y el Bigster no quiere quedar atrás. Por eso le dota de la obligada pantalla central de 10,1 pulgadas, o algo que no todos tienen como compartimento de carga inalámbrica para el teléfono móvil o un espacio refrigerado para llevar bebidas o comida. A ello se añaden Android Auto y Apple CarPlay, con conexión mediante Bluetooth.
Son detalles muy agradecidos para el uso diario, aunque donde pisa el acelerador es en las ayudas a la conducción. Trae de serie frenado automático de emergencia, avisador inteligente de límite de velocidad, asistente de aparcamiento, vigilancia de fatiga en el conductor, alerta de salida del carril y mantenimiento en el mismo, entre otras soluciones.
Dacia crece, en modelos, ambiciones y equipamientos. Quiere comerle la tostada a otras marcas que campaban en el rocoso segmento de los SUV medianos tirando a grandes, los llamados C-SUV. Algo más de un tercio de los coches que se venden en Europa atiende a este concurrido espacio. A primeros de 2025 se une Dacia con su nuevo modelo, y el resto deberían levantar las cejas, porque si Dacia lidera clasificaciones es porque ofrece lo que el público compra. Ahora ofrece un poco más.