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El nuevo Ferrari F80 es un monoplaza de 3,6 millones en el que podrían ir dos

El deportivo de Maranello más caro de la historia tiene dos asientos, pero está pensado para que vaya una sola persona

El nuevo Ferrari F80 es un monoplaza de 3,6 millones en el que podrían ir dos

El imponente Ferrari F80.

No hay dos sin tres, pero el rojo siempre brilla un poco más. Llegar el último, tras el Aston Martin Valkyrie y el McLaren W1 no le otorga el primer puesto del pódium, pero el Ferrari de calle más potente de la historia no va a defraudar. El F80, sucesor del LaFerrari, no se lo puede ni se lo va a permitir.

Y para ello, entre otras cosas, el último hijo de Maranello recaba en los circuitos la misma tecnología que lo amarra al asfalto: el efecto suelo. Es, junto al Aston Martin Valkyrie y el McLaren W1, uno de los tres únicos coches del mercado homologados con esta tecnología traída desde la Fórmula 1 para sujetarse al planeta por su panza. Las tres marcas de superdeportivos tienen equipos de F1, y por algún lado tenía que salir.

Pero Ferrari necesita poner un poco más, y si las prestaciones y precio de su nuevo hipercoche es equiparable a las sus competidores en los concesionarios, pone un hecho diferencial sobre la mesa. Ese extra es que toda su anatomía está pensada en un solo tripulante, aunque lleva un segundo asiento. Todas sus geometrías, puesto de mando, ergonomía interna y escenario, apuntan hacia el piloto. Aquella persona que comparta viaje con el principal tripulante apenas obtendrá las atenciones del vehículo; tan solo un asiento, no en especial cómodo, y los cinturones de seguridad. Bueno, y el tirador de la puerta, pero nada más.

El conductor lo tendrá todo así alcance, y entre ese todo está esa central nuclear de 1.200 caballos conectada al pedal derecho que hay tras los asientos, capaz de impulsar a este cometa encarnado de 0 a 100 km/h en 2,15 segundos. Si esto es impresionante y podría empatar a los F1 en la salida del Gran Premio de Mónaco, alcanzará los 200 en 5,75 segundos. Ese suele ser el tiempo que deportivos de 500 CV tardan el coger solo los 100. Su velocidad máxima declarada es de 350 kilómetros por hora.

Enzo Ferrari decía orgulloso que vendía motores, que el resto del coche los regalaba. Con el del F80 sus ingenieros han hecho honores a su referente, porque han hecho magia. Toda esa potencia se genera gracias a la tecnología híbrida que comparte con el Ferrari 499P que ganó las últimas 24 Horas de Le Mans. Se trata de un seis cilindros de tres litros de cubicaje dispuestos en una V abierta en 120 grados. Es el mismo motor del 296, otro deportivo extraordinario.

La verdadera magia reside en que aumenta su caballería en 237 CV, y o han hecho cortando por la mitad el icónico V-12 al que han añadido tres motores eléctricos de fabricación propia. El propulsor térmico genera por sí solo 900 caballos de fuerza, y es cuando se combina con los eléctricos, cuando se dispara hasta los 1.200 declarados de manera combinada.

La transmisión de doble embrague de ocho velocidades fue especialmente diseñada para soportar el esfuerzo adicional, y los turbos eléctricos —con un motor en el eje entre la turbina y el compresor— prácticamente eliminan el retardo propio de este diseño. Su régimen máximo de giro es de 9.000 vueltas, con corte del encendido, por protección, a las 9.200.

El motor eléctrico trasero realiza tres funciones: arrancar el motor térmico, recuperar energía y añadir par adicional si fuera necesario. Añadirá 80 CV extra a la potencia total y puede recuperar 70 kW de energía en modo de regeneración. Todos esos motores eléctricos, el trasero y otros dos delanteros, están conectados a un paquete de baterías de litio de 800 voltios con una capacidad total de 2.3 kWh.

El F80 porta un chasis monocasco asimétrico construido de fibra de carbono y otros materiales compuestos. El diseño asimétrico del chasis sirve para que el asiento del conductor sea ajustable en mayor medida, y que las puertas tipo mariposa permitan un acceso más fácil. El techo está hecho de fibra de carbono, y tanto los subchasis delantero como trasero son de aluminio. Ferrari no denomina a esta configuración como «biplaza» sino «1+».

Si el asiento del conductor —rojo— permite muchos ajustes, el del copiloto —negro— es fijo. Parece casi que le están haciendo un favor al pasajero ocasional por permitirle sentarse ahí. Todos los controles y mandos apuntan hacia el piloto; su acompañante apenas podrá mirar y subir y bajar la ventanilla, pero poco más.

Se esperaba algo más extremo aún

El estilo no es tan radical como el de su competidor, el Aston Martin, y muestra guiños retro como el visor de faros inspirado en el legendario Daytona, o los arcos traseros basados en los que llevase el F40. El habitáculo se sitúa casi siete centímetros más bajo que el del LaFerrari, y la aerodinámica activa le da al F80 un aire visual único en la zaga.

La nariz puntiaguda combinada con el S-Duct característico de Ferrari, sumado al alerón trasero activo, y un enorme difusor de casi un metro ochenta, son capaces de generar 1.100 kilos de carga aerodinámica cuando ruede a 250 km/h. En la comparativa, el McLaren W1 consigue la misma, pero necesita más velocidad era generarla.

El Ferrari F80 tiene tres modos diferentes de conducción: Híbrido, Rendimiento y Clasificación. El F80 no tiene un modo completamente eléctrico, cosa que sí tiene por ejemplo el Lamborghini Revuelto, pero el modo Híbrido predeterminado prioriza la recuperación de energía y la carga de batería. El modo Rendimiento distribuye más potencia manteniendo la batería en un estado de carga alrededor del 70 %. El modo Clasificación, como cabía esperar, libera toda la potencia y es cuando el propulsor se vuelve salvaje y poco recomendable para manos inexpertas.

Tecnología revolucionaria

Ferrari también introduce en este modelo una nueva tecnología a la que se puede acceder en los modos Rendimiento y Clasificación. Tras una rápida vuelta de prueba en un circuito concreto, el sistema reconocerá áreas específicas de la pista donde pueda entregar un impulso adicional—en una recta, por ejemplo—y distribuirá la potencia según lo considere necesario.

Y como para poder correr, hay que poder frenar, Ferrari trabajó directamente con Brembo para introducir una nueva tecnología de frenos CCM-R Plus. Esto significa que estos frenos utilizan fibras más largas que mejoran la resistencia mecánica con respecto a los de fibra de carbono tradicionales. Según el fabricante, mejora el rendimiento mecánico en un 100 % y el térmico en un 300%.

Al igual que el Purosangue, el F80 también cuenta con un sistema de suspensión activa, basado en unos amortiguadores diseñados por la firma Multimatic. Cada amortiguador tiene un motor que puede frenar o acelerar el pistón; esto elimina la necesidad de barras estabilizadoras y permite una gran diferencia entre calidad de marcha y rendimiento en manejo extremo. El sistema de suspensión también asegura una plataforma aerodinámica muy estable, esencial para un coche con alta carga aerodinámica como este.

Cuando el aire lo empuja hacia abajo, el vehículo tiende a aplastarse contra el suelo, y las suspensiones han de mantener las geometrías a pesar de tener que soportar hasta casi el doble de peso. El F80 pesa en vacío 1.525 kilos; si le ponemos encima al menos otros 1.100 —más si supera los 250 km/h— unas suspensiones normales harían arrastrarse el coche por el asfalto echando chispas y degradando sus características dinámicas.

Y con detalles de coche urbano

A pesar de que este es un coche de carreras pensado para manos muy expertas, el modelo ofrece algo de equipamiento activo con respecto a la seguridad propia de turismos menos espectaculares. Dispone de frenado automático ante emergencias, alarmas por salida del carril, asistencia para mantenerlo, o reconocimiento de señales viarias.

El Ferrari F80 cuesta €3.6 millones. Es el Ferrari nuevo más caro jamás construido, extras aparte, y su precio duplica al que su competidor, el W1. La producción comenzará a finales de 2025, durará hasta 2027. Como es tradicional en la marca, harán uno menos del que se pueda vender, y han calculado que serían 800, así que solo construirán 799.

Si alguien quiere uno, llega tarde: antes de ser presentado, ya se habían vendido todos. Es una pena no poder acceder a uno, pero una suerte ahorrarse ese dineral.

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