Mini renueva su gama prémium John Cooper Works con más prestaciones y posibilidades
La gama se amplía para llegar a los que quieran un coche pequeño con alma urbana pero con un extra de distinción
Fue un bombazo. En 1994, BMW vio potencial en un conglomerado de marcas británicas que operaban bajo el nombre de British Motor Company (BMC) y se hizo con ellas. Fue liquidando las menos lustrosas para quedarse solo con una: Mini. Y fue un absoluto pelotazo.
Cuenta la leyenda que el motivo real de la adquisición fue por una cuestión emotiva, que tiene todo el sentido desde un punto de vista personal. Bern Pitschraider, el presidente de BMW por aquel entonces, era sobrino nieto de Sir Alex Issigonis, el diseñador del Mini original. Puede ser.
En la firma alemana, acostumbrados a lanzar al mercado berlinas, cupés y SUV de altas prestaciones, el apoyar una firma inglesa que hace los coches más pequeños de todo su portafolio suponía toda una aventura. Sin embargo, dieron carta blanca al diseñador Frank Stephenson y nació el hijo de una leyenda: el Mini actualizado que circula por nuestras calles.
BMW demostró que era posible crear un vehículo premium de tamaño pequeño, y desde entonces se ha forrado con el Mini. Su familia creció desde el lanzamiento en el año 2000, llegando versiones como el Aceman, Countryman, el eléctrico y hasta una versión, al menos de nombre, que disputó el rally Dakar.
Una de sus variaciones más celebradas es la renombrada por el preparador británico John Cooper, asociado a la competición. Si del Mini original hubo interpretaciones desde 1961 como el Mini Cooper, en su segunda vida no podía faltar ese ilustre apellido adherido a su minimalista nombre.
Ahora lanzan al mercado las últimas preparaciones de su gama prémium y más deportiva, asociadas a la denominación John Cooper Works. Para estar a la altura cuentan con el motor más potente de la familia de combustión: un dos litros de 231 CV, a los que se unen un eléctrico y la versión Aceman.
Gracias al TwinPower Turbo de cuatro cilindros, el Mini John Cooper Works acelera de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos, mientras que el Cabrio logra un registro de 6,4. Sus velocidades máximas son de 250 km/h y 245 km/h respectivamente, y a pesar de estas capacidades, sus consumos se mantienen en cifras bastante ajustadas. Siempre en homologación WLTP, rondan los 6,8 y 7,1 litros a los 100 km. Esa caballería va conectada a cambios automáticos de doble embrague, sin opciones a cajas manuales. Lo que sí hay son levas tras el volante que administrarán la potencia hacia el tren delantero.
En el plano estético, los John Cooper Works se diferencian de los Mini «normales» por la parrilla delantera en negro brillante y detalles octogonales. Por detrás cuentan con una única salida de escape central, un difusor aerodinámico y llantas de 17 o 18 pulgadas en opción. Las posibilidades de personalización son amplias; destacan las franjas negras y rojas sobre el capó.
El Cabrio puede plegar su capota en 18 segundos y en marcha siempre que no se pase de 30 km/h. Si no se desea abrir del todo, puede deslizarse solo la parte delantera a modo de techo corredizo. Este descapotable ofrece más opciones en motorización con el mismo propulsor turboalimentado con 163 y 204 CV.
Interior mejorado y personalizable
Una vez dentro destaca el volante, de indudable aspecto deportivo de serie. Como en todos los Mini, el panel de instrumentos y el equipo multimedia —con altavoces Harman-Kardon— trabajan con un sistema operativo propio basado en una pantalla común central de 9,4 pulgadas.
En la misma pantalla puede seleccionarse el modo Go-Kart, que ajusta la pantalla con datos de rendimiento tales como el par motor y las fuerzas G a las que se somete al coche.
Los Mini actuales son perfectamente válidos para acomodar a cuatro pasajeros y un quinto ocasionalmente dentro de sus 3,88 metros de largo, 1,74 metros de ancho y 1,44 metros de alto. Un coche tan compacto necesita un lugar donde meter la capota cuando es convertible; el único sitio donde queda espacio es en el maletero. Así que cuando se pliega deja unos 160 litros libres en la trasera; son 215 litros cuando la lona está desplegada. Es una pega que no tiene el Cooper con techo metálico, pero carece del encanto del viaje a cielo abierto.
Subgama amplia, muchos precios
El precio del Cooper Cabrio C arranca en 35.750 euros, mientras que el del S lo hace en 39.750 euros, aunque hay otros en la gama: el eléctrico Aceman o incluso una versión de tracción total denominada ALL4. Si bien el coche apenas crece respecto a lo conocido, la gama se ensancha para llegar a todos aquellos que quieran un coche pequeño con alma urbana pero con una componente extra de calidad y distinción.
Pues lo mismo que el Mini original, pero mejor. Bern Pitschraider ya no preside BMW ni Mini; sin embargo, Sir Alex Issigonis podría estar orgulloso del lugar al que ha llegado una idea que sigue brillando.