Alfa Romeo prolonga la vida de sus modelos térmicos con la colección ‘Intensa’
A los mejores diseños germanos les cuesta igualar el comportamiento de un miembro de esta familia

Alfa Romeo.
Las marcas de coches se dividen en dos categorías. Las hay que fabrican vehículos cuya función básica es ir del punto A al punto B de una forma cómoda, segura y puede que hasta barata. Y luego hay otra categoría, cuyos diseños adolecen de un dispositivo llamado monitor de frecuencia cardiaca, aunque deberían tenerlo. Una de estas últimas es Alfa Romeo.
La persona que elige un coche de esta firma no suele conducir de manera sencilla por la vida, sino que le pide algo más a sus desplazamientos. Es una de las razones por las que en sus oficinas de diseño afirman que «hacen coches para conductores». Son mecanismos potentes, con alma deportiva, muy estables; a veces algo caprichosos y temperamentales, pero que sacan sonrisas donde otros tan solo transportan gente y cosas.
Y no es fácil aportar intensidad a lo que ya es intenso. Sin embargo, en un recóndito laboratorio turinés tienen la receta para añadir emoción, sensaciones, y vitalidad a lo que muchos dan por muertos: los motores térmicos. Si bien es cierto que en su gama hay híbridos y eléctricos, aún queda un reducto de motores que solo responden a la propulsión basada en hidrocarburos.
A este tipo de motores, los etiquetados con la letra C, aún les queda vida por delante, y para aquellos que la prefieran, Alfa ha preparado una familia especial denominada «Intensa». Se definen por añadir una serie de aditamentos a toda su familia, a sus cuatro modelos, Junior, Tonale, Stelvio y Giulia, y son refinamientos sobre una calidad y diseño ya conocidos; se trata de mejorar lo bueno.
Por fuera, las llantas con acabados bitono y la presencia de un color dorado mate, dotan a la familia de una elegancia exquisita. Y los modelos están dotados de detalles en fibra de carbono, pinzas de freno negras con la firma Alfa Romeo en oro claro, o doble salida de escape cromada. Hay tres colores básicos: Rosso Alfa, Nero Alfa, y un elegante Verde Montreal para todos ellos.
Los intensos cuentan con costuras de contraste en los interiores, con realce del aspecto en los nuevos asientos de Alcantara negra, y el logo Alfa Romeo bordado en los reposacabezas de color tostado. El salpicadero refuerza su refinado aspecto, acabado en Alcantara, y ahora rodeado de iluminación ambiental multicolor.

La guinda a su interior es el volante, bicolor, con tonos negros y tostadas, y pespuntes en contraste de color cuero. Es con casi toda seguridad uno de los volantes más bonitos, agradables al tacto y que más transmiten de todo el mercado. Cuando se empuña, se ajusta, o se hace girar, dan ganas de arrancarlo y llevárselo a casa; transmite una sensación de calidad muy pocas veces vista. Si a esto añadimos unas enormes levas de aluminio, que se pueden ir accionando con comodidad en cualquier postura, dan ganas de toquetearlas hasta cuando se está parado.
En cada modelo hay rasgos «personalizados», con mejoras donde algunos clientes pidieron más detalles. Juzgados en conjunto, no es más —ni menos— que mejorar una gama pequeña, pero muy bienvenida en la que es preciso hacer parada en dos modelos en concreto: el Stelvio, y sobre todo, el Giulia.
El primero es un SUV grande, del que está previsto el advenimiento de una renovación completa en 2025. Los prototipos ya están en periodo de pruebas, ruedan por Italia desde hace tiempo, y aunque la marca no aporta datos concretos manera oficial, se sabe que uno de los mejores SUV deportivos del mercado abandonará de manera definitiva la motorización exclusivamente térmica. No se habla de propulsión híbrida, aunque sí de la presencia de al menos una 100 % eléctrica. Si alguien quiere un Stelvio con motor de gasolina o gasoil, más le vale correr.
El Giulia
Pero el Giulia requiere de una historia aparte, porque es un modelo que raya en lo legendario por su historia. En 2013, el desaparecido Sergio Marchione, presidía el grupo FCA con Alfa Romeo en su seno. Pidió al ingeniero galo Philippe Krief, que había trabajado en Maserati y Ferrari, que diseñase en tiempo récord —dos años y medio— una berlina con la que competir con los modelos alemanes. Lo habitual en un diseño tan complejo es tardar del orden de cinco.
Se encerró de manera secreta en una oficina aparte junto con diez ingenieros más, y acabó sacando un coche legendario: la mejor berlina de su clase, que dejaba atrás a BMW, Mercedes, y Audi equivalentes. Aún resuenan los ecos de aquel vídeo del presentador de Top Gear, Jeremy Clarkson diciendo tras la prueba: «bueno, que me voy al concesionario a por uno». Fue uno de los mejores anuncios de un coche de la historia.
Motor de Ferrari
Su fisonomía encerraba varios secretos. Su estabilidad, la tracción total Q4, la calidad del comportamiento, su reactividad sin perder el control, y un increíble motor de 510 caballos desarrollado por nada menos que Ferrari. Para sorpresa de todos, las ventas fueron inferiores a las esperadas. El modelo adolecía del refinamiento en tecnologías cuando fue lanzado como pantallas en lugar de relojes, y la marca corrió a mejorar aquellos detalles, ya superados.
A pesar de todo, a los mejores diseños germanos les cuesta igualar el comportamiento de este coche. La firma tiene una hoja de ruta, y un modelo más evolucionado, y más eléctrico y menos térmico, está en el horizonte. Este Giulia, el actual, será con casi toda probabilidad una de las últimas oportunidades de poder hacerse con la versión exclusivamente térmica de un modelo único.
La exclusividad y calidades de la familia Intensa hay que pagarla, porque tiene un coste. Sus precios por modelo arrancan en los 35.500 € del Junior, los 51.750 € del Tonale, los 60.100 € del adictivo Giulia, y el Stelvio, que se va a los 67.250 €. No son desembolsos pequeños, pero la cadena de satisfacciones que provocan estos modelos, son reconocibles por las sonrisas que se ven a través de sus parabrisas al cruzarse con ellos. Y ese volante, es una pena que no lo vendan suelto para ponérselo a cualquier otro coche. Habrá que comprarse el resto del Giulia para poder tocarlo cada día…