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Precio de derribo en Alfa Romeo y Jeep con una oferta desde 239 euros al mes sin entrada

Esta promoción no es una oferta: es directamente una oportunidad

Precio de derribo en Alfa Romeo y Jeep con una oferta desde 239 euros al mes sin entrada

Jeep Avenger e-Hybrid.

Dos coches mellizos, 100% eléctricos, por poco más de 200 euros al mes y sin entrada. Suena a broma, pero puede ser una de las jugadas del año para los interesados. Durante un tiempo indeterminado, el grupo Stellantis lanza una oferta irresistible con el Jeep Avenger y el Alfa Romeo Junior, ambos sin motor de combustión. La sorpresa reside en que se pueden sacar del concesionario a cambio de un precio irresistible.

Ha sido tal la sorpresa que muchos de sus primeros clientes han sido periodistas del motor y empleados de la marca, que han acudido a los concesionarios como un cliente más. Se da el caso de que un prestigioso redactor de un diario nacional se ha cogido los dos, uno de cada modelo: uno para él y otro para su esposa.

Y a pesar de lo que pudiera parecer, no es una «limpieza de campa» para liquidar unidades acumuladas. Lo indica el hecho de que la entrega no sea inmediata, sino que tardarán al menos un par de meses. Y la adquisición tampoco es tal, sino un leasing válido por dos años. Hoy se entrega una pequeña señal —500 euros— que se recupera a la recepción, y se recoge el vehículo alrededor de octubre, para devolverlo, con menos de 20.000 kilómetros —10.000 por año—, a finales de 2027.

La exposición en las webs de ambas marcas es algo confusa y rebuscada, pero si se bucea en ellas se pueden encontrar dentro de las ofertas tanto de compra como de otras alternativas de adquisición. En el caso del Jeep Avenger, y de acuerdo con las diversas ofertas, se requiere una señal de 1.500 euros —o ninguna si se bucea en las condiciones— y se aporta una letra de 259 euros al mes.

Si el modelo seleccionado es el Alfa Romeo Junior Intensa, no es necesaria entrada alguna —solo la señal que se devuelve a la entrega de llaves— y la letra mensual se queda en 239 euros. En ambos casos, revisiones, mantenimiento y seguro a todo riesgo sin franquicia están incluidos.

En ambos casos, estos precios y cantidades están condicionados a la recepción de las ayudas propias del Plan MOVES III. Las marcas cooperan en su gestión administrativa y, si se recibe, en ese momento hay que reenviar la cantidad, 4.500 euros, al concesionario, destinatario final de esta ayuda. En caso de no recibirla en 18 meses, o de no ser concedida, el tenedor tendría que cubrir esa cantidad. Lo normal es que sí se reciba, y en las comunidades donde los fondos europeos se hayan agotado, se entra en una lista a la espera de que se amplíe, que es lo previsto.

¿Y qué coche se obtiene a cambio?

El Jeep Avenger y el Alfa Romeo Junior comparten la misma plataforma, disponen de igual potencia, poseen la misma planta motriz… pero tienen un alma diferente. Si el Jeep es un B-SUV urbano que mantiene cierta conexión con el ADN aventurero de la marca, el Junior es un coche con más clase, más elegante, ligeramente más grande y, aunque de las mismas prestaciones, alberga un espíritu más dinámico y deportivo.

El primero, el Avenger, llegó con el peso de la historia de Jeep sobre sus hombros y con una misión complicada: ser el primer 100% eléctrico de la marca. No solo eso, sino que tenía el encargo de conquistar Europa y convencer a un público que asocia el nombre Jeep con barro, rocas y un cielo abierto sobre la cabeza. El resultado es un SUV urbano de poco más de cuatro metros, tracción delantera y motor de 156 CV. Su hábitat natural es el parking de los supermercados y las rotondas, no tanto los caminos forestales.

El Avenger es práctico, pero sin lujos. La pieza del salpicadero que hace juego con el color de la carrocería es un guiño simpático, aunque el resto del interior está dominado por plásticos duros. Las dos pantallas de 10,2 pulgadas —una para la instrumentación, otra para el sistema multimedia— cumplen con su misión, pero no deslumbran. La habitabilidad es muy correcta delante, algo más justa detrás, y el maletero, con 355 litros, está en la media del segmento.

En marcha, el Avenger dispone de un empuje inicial suficiente como para moverse por ciudad con soltura, y su dirección ligera facilita maniobras y aparcamientos. En carretera el consumo sube un poco y la autonomía real se queda en torno a los 300 kilómetros, lejos de los 394 oficiales. Jeep ha querido salvar algo de su herencia todoterrenera y ofrece modos de conducción para nieve, barro o arena, aunque la tracción sigue siendo solo en el tren delantero.

El Jeep tiene algo de honesto: no promete lo que no puede dar. Es un coche urbano, cómodo, vistoso y fácil de conducir, con la suficiente personalización para que no te cruces con otro igual cada mañana. Y aquí es donde entra en escena el Alfa Romeo Junior, el primo italiano que ha decidido interpretar la misma partitura con un tono más agudo.

Cuerpo común, alma muy distinta

El Junior es también un SUV eléctrico de 156 CV, con idéntica batería de 54 kWh y cifras de autonomía muy similares —hasta 410 km oficiales—, pero su carta de presentación no habla de funcionalidad, sino de pasión. Alfa Romeo lo vende como su coche más accesible, pero también como el más coqueto de todo el grupo al que pertenece.

Por fuera, el Junior es un ejercicio de estilo dirigido por el español Alejandro Mesonero-Romanos. Su cintura elevada, sus faros afilados y la parrilla construyen una imagen que grita «mírame» incluso cuando está aparcado. Es más largo que el Avenger por unos centímetros (4,17 metros), lo justo para afinar la silueta sin apenas ganar espacio útil dentro.

El maletero llega a 400 litros, que sobre el papel suena bien, pero el resto de la habitabilidad repite la historia del Jeep: dos adultos cómodos delante, tres algo justos detrás y poco margen para las piernas si el conductor pasa del 1,80. Lo que no es grande por fuera, tampoco puede serlo por dentro.

El interior, eso sí, juega en otra liga estética. Alfa Romeo viste su Junior con Alcántara, molduras en contraste y, opcionalmente, asientos tipo baquet que abrazan el cuerpo como si esperasen que salieras a un tramo de rally. Son espectaculares, pero también restan espacio a los pasajeros traseros y dejan sus rodillas contra un respaldo duro. Es la eterna concesión italiana a la belleza por encima de la practicidad.

En carretera, el Junior cumple con la solvencia que permite la plataforma común, pero añade un toque de dramatización. Tiene tres modos de conducción —Eco, Drive y Sport— y, en este último, el acelerador y la dirección se vuelven más directos, la respuesta es más viva y hasta suena un falso rugido de motor térmico que resulta agradable. No es un deportivo, pero sí es un coche que quiere que lo sientas así durante un rato.

Casi mismo coche, dos usos distintos

Si el Avenger es un coche para pasar desapercibido en tu día a día, el Junior es para quien necesita que su coche diga algo de él antes de que se baje. Son, mecánicamente, la misma persona con dos trajes distintos. Y, sin embargo, Stellantis ha conseguido que la percepción sea radicalmente diferente.

Hay momentos en los que el mercado se alinea con la necesidad del comprador. Este es uno de ellos. Con cuotas por debajo de 260 euros al mes, sin entrada y con todo incluido —hasta el seguro—, probar un coche eléctrico de diseño atractivo y buena dotación tecnológica nunca había sido tan asequible.

Si alguna vez hubo una forma de meterse en la electrificación sin arriesgar, es esta. Por eso, no es exagerado decir que esta promoción no es una oferta. Es, directamente, una oportunidad. Si tienes dónde cargarlo, píllate uno y dentro de dos años sabrás qué tal es eso de la electrificación.

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