Cupra Formentor híbrido enchufable: ahora desde 28.990 euros con etiqueta CERO
Es uno de los SUV más completos, coherentes y disfrutables del mercado actual

Cupra Formentor híbrido enchufable.
El experimento funcionó. Y no usaron gaseosa para crear Cupra, sino lo mejor que tenían guardado en Martorell, que ha resultado realmente bueno. Su modelo estrella es el Formentor, un SUV coupé que supone la mitad de las ventas de la marca y que ahora llega con una oferta rompedora.
Cupra entregó 248.100 vehículos en 2024, lo que supone un aumento del 7,5 % respecto al año anterior y casi la mitad de la producción total del grupo SEAT. La firma no muestra cifras detalladas, pero muchos suponen que el margen de beneficios de Cupra es el que ha desencadenado un récord histórico en el último ejercicio.
A tenor de lo que sí se sabe, resulta obvio pensar que las 111.300 unidades matriculadas del Formentor, con un pico de ventas en el complejo mercado alemán, son un ingrediente clave en ese brillante resultado. Pero antes de su siguiente iteración y de la llegada del prometido modelo 100 % eléctrico, Cupra ha puesto en el mercado una oferta válida hasta el 31 de diciembre que resulta irresistible. Con ayudas, un Formentor híbrido enchufable de 204 CV se queda en menos de 30.000 euros.
Con 204 CV, hasta 115 km de autonomía eléctrica (según WLTP) y una rebaja contundente, el SUV hecho en España no solo compite con los premium alemanes: les planta cara con argumentos sólidos, diseño afilado y una conducción que sorprende por su equilibrio.
El coche con nombre de isla balear supone el 80 % de las ventas en nuestro país, y su éxito no es casual. Que gran parte de ellas correspondan a la versión enchufable es el resultado de una ecuación muy bien resuelta: etiqueta CERO, imagen con personalidad y un precio imbatible que pone en aprietos incluso a rivales de mayor fuste. No es un premium, pero casi, y mucho más barato.
Por fuera, los Cupra no pretenden gustar a todos, y con frecuencia polarizan a quienes los miran. O gustan mucho, o casi asustan con sus líneas tan marcadas. Y eso es parte de su encanto. El Formentor e-Hybrid mantiene el diseño afilado de la gama: capó largo, cintura alta, perfil coupé, luces traseras LED con logotipo iluminado y ese frontal de «nariz de tiburón» que ya es seña de identidad. Solo las llantas específicas de 18 pulgadas, la trampilla de recarga en la aleta y unos escapes simulados delatan que se trata de una versión electrificada.
La paleta de colores podría ser más atrevida —mucho gris, azul oscuro y negro—, pero la presencia visual sigue siendo mucho menos aburrida que la media del segmento C-SUV. Sus 4,45 metros de longitud lo colocan en ese punto medio entre lo adecuado para ciudad y para autopista, mientras que la proporción entre ancho y altura refuerza una imagen dinámica y deportiva.
Interior, mejor aún
El habitáculo del Formentor e-Hybrid no compite en lujo, pero sí en solidez, diseño y tecnología. Lo primero que destaca es la gran pantalla de 12,9 pulgadas del sistema multimedia, mucho más fluida y ágil que la de la generación anterior. Tras el volante, la pantalla de 10,25 pulgadas personalizable aporta toda la información sin necesidad de desviar la vista de la carretera.
El volante deportivo es calefactable, y unos ajustes muy bien tarados, materiales agradables al tacto y una lógica de mandos clara construyen un entorno convincente. Los asientos delanteros ofrecen un equilibrio ideal entre sujeción y confort. No es un entorno premium al uso, pero tampoco lo necesita: es, simplemente, un coche muy bien hecho.
Las plazas traseras cumplen sin brillar. La habitabilidad es correcta para adultos y la calidad percibida se mantiene. El inconveniente es que la batería PHEV reduce el maletero a 345 litros (desde los 450 de las versiones térmicas), una cifra que puede quedarse corta para familias en viajes largos. Es el único peaje real de la electrificación en este modelo.
Un motor muy conocido con esteroides eléctricos
Bajo el capó, el Formentor e-Hybrid de 204 CV combina el conocido 1.4 TSI de gasolina con 150 CV y un motor eléctrico de 115. En conjunto, el sistema entrega 204 CV y 350 Nm de par máximo, gestionados por una transmisión DSG de seis velocidades y tracción delantera. El resultado no es tan explosivo como en otros modelos de la gama, pero sí ágil, suave y muy utilizable en el día a día. Sobra potencia para el uso en ciudad y es más que suficiente para adelantamientos rápidos en carreteras secundarias.
La batería, de 12,8 kWh brutos, permite recorrer más de 100 km en modo eléctrico según la marca, suficiente para cubrir la mayoría de trayectos urbanos y suburbanos sin usar una sola gota de combustible. Se puede recargar en unas 3,5 horas en un enchufe doméstico o mediante carga rápida de hasta 50 kW (solo en versiones actualizadas), que reduce el tiempo a menos de 30 minutos hasta el 80 %. En conducción mixta, el consumo ronda los 5,3–6,0 l/100 km con la batería descargada, y entre 15 y 17 kWh/100 km en modo eléctrico. Es una eficiencia bastante real, no de laboratorio.
El verdadero hallazgo de este Formentor híbrido no está solo en su eficiencia o en su diseño, sino en un comportamiento dinámico sobresaliente. Cupra ha afinado el chasis para que el extra de peso (1.680 kg en orden de marcha) no penalice ni el confort ni el paso por curva. Y lo ha conseguido con nota.
La suspensión, sin ser adaptativa en esta versión base, mantiene la carrocería bajo control incluso en firmes irregulares. No hay balanceos excesivos, ni cabeceos, ni las torpezas propias de un SUV alto. El coche se siente aplomado, ágil y con reacciones vivas. La dirección, directa y bien asistida, invita a buscar apoyos en curva sin miedo.
Incluso sin tracción total, el tren delantero gestiona con solvencia los 204 CV gracias a una electrónica bien calibrada. En modo Sport, la entrega del motor es más viva, la caja DSG estira más cada marcha y el conjunto gana enteros. El selector de modos también permite configurar la dirección, el tacto del acelerador o el control de crucero adaptativo. Pero hay más.
Una hibridación muy bien aplicada
La verdadera sorpresa llega al conducir el coche con la batería descargada y forzando al sistema a recargarla usando el motor térmico. En ese escenario, habitual para muchos usuarios, el consumo se mantiene en torno a 5,9 l/100 km, sin castigar el depósito. Se puede alternar entre modo híbrido automático, modo eléctrico forzado o bien priorizar la recarga. En todos los casos, el coche responde con suavidad.
Hay cierta curva de aprendizaje para maximizar la eficiencia, pero la interfaz es clara y los menús del sistema de infoentretenimiento lo ponen fácil. El Formentor se convierte en un vehículo que se adapta a tus hábitos, no al revés. Y eso, en un híbrido enchufable, es una virtud poco frecuente.
Lo interesante del Formentor no es cuánto corre, sino cómo lo hace. La sensación de control, la obediencia del chasis, el empuje eléctrico en recuperaciones o adelantamientos y, sobre todo, esa capacidad de moverse por asfalto urbano sin resultar blando ni perezoso lo convierten en uno de los híbridos mejor resueltos dinámicamente de su clase. En curvas enlazadas no se descompone: es rápido, pero sin nervios. Tiene reacciones sanas y previsibles. La puesta a punto de la dirección, los frenos y la caja DSG refuerzan esa sensación de coche completo, sin puntos flacos evidentes.
Oferta hasta diciembre
De manera oficial, esta versión del Formentor parte de los 46.407 euros. Pero con ayudas, promociones y financiación, puede adquirirse desde 28.990 euros. A ese precio, ningún SUV premium híbrido enchufable ofrece lo mismo: ni en potencia, ni en autonomía, ni en imagen, ni en equipamiento. Y lo más importante: no transmite lo mismo.
El Formentor e-Hybrid es uno de los SUV más completos, coherentes y disfrutables del mercado actual, y ahora a un precio que invita a dar el salto a la electrificación sin las ataduras de depender solo de una batería. Lo mejor es que no tiene que fingir ser premium: no lo necesita, porque ya ha encontrado su lugar.