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Alfa Romeo Tonale 2026, o cuando el Junior mostró el camino a seguir

Los de Arese someten a cirugía a un modelo que necesitaba cambios y lo han hecho de forma modélica

Alfa Romeo Tonale 2026, o cuando el Junior mostró el camino a seguir

Alfa Romeo Tonale 2026. | Alfa Romeo

Ha sido una jugada casi de orden epifánico. Alfa Romeo, una marca que insufla un alma dinámica y deportiva a sus diseños, vive entre el peso de su historia y la ansiedad de un futuro eléctrico. Atrapada en un momento complejo, su Tonale no estaba donde debía. Pero para ayudarle llegó el Junior, apenas un recién nacido.

Era cuestión de tiempo que los de Arese metieran mano a un SUV prometedor, que arrancó bien y poco a poco se fue apagando. Primo hermano del Jeep Compass, nació como el salvador, como el SUV que debía reescribir la presencia de la marca en el segmento prémium de tamaño medio. Pero los números no se apiadan de las buenas intenciones. Hasta que el benjamín de la familia mostró el camino.

Más pequeño, más fresco y más directo, en cuestión de meses se convirtió en el más vendido de la firma. Fue entonces cuando en Alfa entendieron que no había que reinventar el modelo, sino aportarle una capa con lo que tiene de acertado el recién llegado. El Tonale 2026 es la respuesta a esa epifanía, un reencuentro con la realidad.

De entrada, y en lo tocante a su aspecto, el nuevo Tonale ya no parece un alumno aplicado en una clase de germanos. Ahora respira autenticidad, con una marcada línea sin igual. En su frontal se ha retocado el scudetto, que adopta una forma cóncava tridimensional, un guiño directo al 33 Stradale que no es gratuito. Las tomas de aire inferiores crecen, se horizontalizan, y el tradicional trilóbulo –que siempre ha sido una firma de la marca– se afila para acercar el coche más al suelo, al menos visualmente.

Más abajo, el paragolpes se ensancha, y las vías del coche hacen lo propio: tanto delante como detrás, el Tonale gana aplomo. Es una corrección mínima, pero que acaba pagando dividendos. Lo que antes era un SUV con aspiraciones ahora se percibe como un Alfa con carrocería de SUV. Las nuevas llantas de 19 y 20 pulgadas en diseño Petali o Fori, los emblemas en blanco y negro, y las letras «Tonale» pintadas en negro en los acabados Veloce y Sport Speciale completan la estampa.

El techo negro a contraste o el techo solar panorámico ayudan a rematar una silueta que, sin revolucionar las proporciones, transmite una marcada imagen original y única. Alfa sabe que sus coches no solo se compran: se miran, se admiran y se desean. Un Alfa siempre tiene ese algo especial que no todos entienden, pero que deviene en un imán de miradas. Con esta marca, a veces se piensa que primero se diseñan, que empiezan con las formas, y luego meten todo lo demás, que es secundario. Pocos cambios que han modificado todo.

Dentro del Tonale se ha trabajado con delicadeza. La arquitectura del espacio permanece, pero el ambiente es distinto. La postura de conducción es más natural, el asiento abraza con más intención, y la calidad de los materiales salta a la vista y al tacto. Alfa ha introducido tapicerías de cuero rojo con costuras a juego, un guiño que evoca aquellos interiores de los años dorados. La alternativa en Alcantara blanca y negra para los asientos Cannelloni deja claro que la deportividad también puede ser refinada.

La consola central ha sido rediseñada con un nuevo selector giratorio para el manejo de la transmisión automática. Las levas de aluminio detrás del volante siguen ahí, pero ahora cuentan con un tacto más preciso. La iluminación ambiental configurable y la ventilación específica para el cargador inalámbrico de móviles son detalles que, sin hacer ruido, construyen un entorno prémium.

El cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas y la pantalla táctil central de 10,2 siguen siendo el centro del cockpit, pero han recibido una puesta al día importante. El sistema Alfa Connect, compatible con actualizaciones OTA (over the air, inalámbricas), funciona con mayor fluidez y permite una personalización más clara. La integración está disponible para una panoplia de usuarios, y quedarán contentos los que utilicen Apple CarPlay, Android Auto, Amazon Alexa o incluso Apple CarKey.

El sistema de sonido Harman Kardon con 14 altavoces es capaz de generar 470 vatios repletos de decibelios, la cámara 360º dispone de vista de dron, el asistente de aparcamiento es semiautomático y el reconocimiento de señales forma parte del paquete tecnológico. Sin embargo, la verdadera tecnología de este Alfa está en cómo utiliza todo de manera conjunta para no interferir en la experiencia de conducción. Porque, aunque sea un SUV, el Tonale no quiere que se olvide lo que significa llevar un Alfa Romeo.

El diésel vive

La gran pregunta para muchos era si Alfa mantendría la variedad mecánica. Y la respuesta ha sido un sí contundente. En un mercado que parece haber olvidado el diésel, el Tonale 2026 lo conserva con un bloque 1.6 de 130 caballos, acompañado de cambio automático de doble embrague y tracción delantera. No pretende liderar en emociones, pero sí en lógica: consumo contenido y fiabilidad para los correcaminos más incansables, que los hay, de ahí que este modelo goce de cierto éxito en adquisiciones de flotas y empresas.

Pero la verdadera evolución está en los híbridos. El mild hybrid de 1,5 litros sube su potencia hasta los 175 caballos gracias a un turbo de geometría variable y una calibración más depurada de la sección eléctrica. La respuesta en ciudad es más ágil, y la transición entre modos de propulsión es casi imperceptible. Por encima, el híbrido enchufable con motor de gasolina de 1,3 litros y sistema Q4 ofrece 270 caballos y una autonomía eléctrica de hasta 80 kilómetros. Es un avance claro respecto al modelo anterior.

Sus diseñadores han trabajado mucho en un chasis que no era malo, pero sí algo soso, muy poco Alfa. El modelo entrante se ayuda de nuevos amortiguadores selectivos, suspensión electrónica de doble válvula en el Veloce, frenos Brembo y un reparto de pesos más equilibrado. El resultado es un SUV con un tacto más ambicioso y deportivo.

El pequeñajo que enseñó una lección

La llegada del Alfa Romeo Junior lo cambió todo. Hizo abrir los ojos a la marca hacia nuevas posibilidades. Su irrupción fue tal que ya acumula más de 45.000 pedidos y ha empujado las ventas globales de la marca un 20% en lo que va de 2025. Frente a eso, el Tonale había quedado relegado a un papel secundario, con cifras preocupantes: en Europa, las ventas cayeron un 42%, y en Estados Unidos la caída superó el 28%. El parón de producción en la planta de Pomigliano no fue solo una medida coyuntural: fue una señal de alarma.

Con este rediseño, Alfa Romeo no solo quiere recuperar terreno, sino redibujar su posición. El segmento C prémium sigue dominado por propuestas alemanas –Audi Q3, BMW X1, Mercedes GLA–, a las que se suma la oferta escandinava del Volvo XC40. Pero Alfa no quiere parecerse a ninguna de ellas. Tira por una vía alternativa, y basta con ver su coche para entenderlo.

En términos de precio, el Tonale mantiene una oferta razonable. La versión mild hybrid parte desde los 36.000 euros, y el enchufable alcanza los 47.500, con opción a bonificación por el Plan Moves. Entre sus rivales, solo el BMW X1 logra igualar la relación entre potencia, autonomía eléctrica y refinamiento. Pero ninguno de ellos puede decir que tiene un carácter tan marcado, y en ese matiz estriba la diferencia.

El Alfa Romeo Tonale 2026 no es un coche nuevo. Pero sí, uno que ha aprendido, que ha escuchado al mercado, se ha mirado en el espejo del Junior y ha entendido que el diseño sin emoción es solo geometría. También que la tecnología sin propósito es ruido, y que la deportividad sin alma no conmueve. Ahora, el Tonale está listo para gustar a quien no busca solo un SUV, sino una excusa para salir a conducir. Algo que forma parte del ADN de una marca como Alfa Romeo.

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