Una joven birmana herida de un disparo en la cabeza durante una protesta contra el golpe de Estado la semana pasada en Naipyidó ha fallecido este viernes en el hospital, según han informado los medios locales. Es la primera víctima mortal de la violencia policial en las protestas.
En contexto: Mya Thwe Thwe Khine, de 20 años, cayó al suelo tras oírse un disparo cuando se alejaba de la primera línea de una manifestación que estaba siendo disuelta con cañones de agua por la policía el pasado 9 de febrero, según la confirmación de los médicos y los vídeos y fotografías analizados por varias organizaciones humanitarias.
Tras el suceso, la joven se encontraba en estado crítico en un hospital de la capital y tras su fallecimiento ha sido trasladada este viernes al tanatorio. «Confirmamos su muerte a las 11 horas de esta mañana», ha dicho su médico a AFP, y ha añadido que su cuerpo había sido trasladado al instituto forense de NaiPyidó para ser examinado.
La joven fue abatida el pasado 9 de febrero por un disparo en la cabeza realizado por un subfusil tipo Uzi mientras se encontraba en una protesta contra la junta militar. La de Mya Thwe Thwe Khine se trataría de la primera muerte de un manifestante por la violencia ejercida por las fuerzas de seguridad contra las protestas que se han extendido por todo el país.
Aunque el Ejército aseguró que solo se desplegaron armas no letales en esa protesta, tanto Amnistía Internacional como HRW certificaron que la joven recibió un impacto en la cabeza de munición real disparada por las fuerzas de seguridad.
La muerte de la joven llega mientras continúan las protestas por todo el país contra el levantamiento militar y para exigir la liberación de la líder electa, Aung San Suu Kyi, que fue detenida junto a parte del Gobierno el mismo día de la asonada.
La junta militar ha respondido al movimiento de desobediencia civil con el despliegue de soldados en las calles, cortes nocturnos de internet diarios y varias leyes que han mermado los derechos de los ciudadanos.