Obama se adelanta a Trump e impide las perforaciones de petróleo y gas en el Ártico y Atlántico
La iniciativa anunciada por Obama este martes busca prohibir la perforación de pozos submarinos en el 98% de las aguas del Ártico en manos federales, es decir, unos 115 millones de acres donde coexisten especies amenazadas como el oso polar y la ballena de Groenlandia. Se trata de la respuesta del presidente a presiones de grupos defensores del medio ambiente que además lograron que casi simultáneamente el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, tomara una medida similar para proteger extensas áreas de aguas del Ártico bajo soberanía canadiense. En todo caso, la iniciativa bilateral no afecta zonas que ya están siendo explotadas. Para poder proteger estas aguas, Obama ha acudido a una acción ejecutiva emitida por el presidente Dwight Eisenhower en 1953, que permite a quien ocupa el cargo limitar las áreas de explotación mineral y la perforación. Esta norma pone las cosas bastante complicadas a Trump, conocido escéptico del cambio climático y sus consecuencias, ya que de querer derogarla no podrá hacerlo nada más llegar a la Casa Blanca, sino que tendrá que litigar en los tribunales. El presidente electo ya ha mostrado su opinión sobre temas medioambientales como el calentamiento global, al calificarlo de un mito creado por China para evitar el desarrollo industrial en Estados Unidos y quedar rezagado frente al crecimiento de la economía del gigante asiático.
Barack Obama quiere dejar algunos asuntos bien atados antes de que su sucesor Donald Trump jure el cargo. Dado su compromiso con el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, Obama ha prohibido de manera permanente la realización de nuevas prospecciones de petróleo y gas en el Ártico y en la costa atlántica consideradas en peligro de verse afectadas por derrames imprevistos de crudo.
La iniciativa anunciada por Obama este martes busca prohibir la perforación de pozos submarinos en el 98% de las aguas del Ártico en manos federales, es decir, unos 115 millones de acres donde coexisten especies amenazadas como el oso polar y la ballena de Groenlandia. Se trata de la respuesta del presidente a presiones de grupos defensores del medio ambiente que además lograron que casi simultáneamente el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, tomara una medida similar para proteger extensas áreas de aguas del Ártico bajo soberanía canadiense. En todo caso, la iniciativa bilateral no afecta zonas que ya están siendo explotadas. Para poder proteger estas aguas, Obama ha acudido a una acción ejecutiva emitida por el presidente Dwight Eisenhower en 1953, que permite a quien ocupa el cargo limitar las áreas de explotación mineral y la perforación.
Esta norma pone las cosas bastante complicadas a Trump, conocido escéptico del cambio climático y sus consecuencias, ya que de querer derogarla no podrá hacerlo nada más llegar a la Casa Blanca, sino que tendrá que litigar en los tribunales. El presidente electo ya ha mostrado su opinión sobre temas medioambientales como el calentamiento global, al calificarlo de un mito creado por China para evitar el desarrollo industrial en Estados Unidos y quedar rezagado frente al crecimiento de la economía del gigante asiático.