El falso empujón de Miguel Ángel Rodríguez y el efecto de la desinformación de contexto
El jefe de Gabinete de Ayuso colocó su brazo de manera clara entre una reportera y la presidenta, lo que evidencia que la considera alguien a quien debe cuidar
Comunicación asertiva
La bofetada que le arreó Will Smith a Chris Rock me sirvió en otro momento para explicar a mis lectores las reglas básicas de comunicación asertiva. La comunicación asertiva nos permite evitar conflictos y relacionarnos con calma y respeto. La comunicación asertiva se basa en una actitud personal positiva a la hora de relacionarse con los otros, evitando descalificaciones, reproches, enfrentamientos y, desde luego, empujones, golpes o cualquier agresión de tipo físico. Will Smith, por ejemplo, hubiera podido levantarse, coger el micrófono y explicar ante el auditorio que la broma que había hecho el cómico Chris Rock sobre su mujer no tenía ninguna gracia y que aprovechaba la ocasión para concienciar sobre el problema que representa la alopecia areata en las mujeres que la sufren. Pero no supo contenerse, le pegó un bofetón al cómico y… bueno, supongo que el resto ya lo saben ustedes. En aquel momento yo me planteaba hasta qué punto podríamos decir que Chris Rock le había hecho baiting a Will Smith.
Baiting
Se entiende por baiting la provocación deliberada que se le hace a otra persona para que sobrerreaccione, a fin de que podamos así invertir las tornas y decir que el agredido es en realidad un agresor. Por ejemplo, entre pandillas de barrio es muy común que el líder del grupo empiece a gritarte y hacerte poking. Poking es una forma muy particular de baiting. Se trata de una estrategia que consiste en pegar pequeños golpecitos con el dedo índice ( el «dedo bastón», le llaman). De puertas para afuera parece que el macarra pendenciero te está apenas rozando, pero puede llegar a ser muy doloroso. En muchas ocasiones la persona que está recibiendo los golpecitos responde con un bofetón. Da la impresión de que esa persona está desequilibrada, pero no es así. Porque puede ser muy desagradable estar recibiendo golpecitos constantemente y puede llegar a hacer mucho daño. En el hipotético caso de que Chris Rock hubiera sabido que el tema de la alopecia de Jada le resultaba especialmente difícil de asimilar a su marido, y si además Chris supiera de buena tinta que Will es muy dado a tomarse las cosas a la tremenda o que llevaba tres días sin dormir, entonces podríamos decir que Chris le había hecho a Will un baiting de manual. Es decir, que había provocado intencionadamente a Will para hacer pasar a Will por equilibrado y exagerado. Desconozco si ha sido así. Tiendo a pensar que no.
Proxémica
Ahora hablemos de proxémica. La proxémica es la rama de la semiótica dedicada al estudio de la organización del espacio en la comunicación lingüística no verbal. Más concretamente, la proxémica estudia la forma en la que las personas estructuran y utilizan el espacio. Pongamos un ejemplo. Si usted llega a un restaurante y ve que María y Pedro están sentados en una mesa en apenas un vistazo podrá determinar si se trata de una comida de negocios o es una cita romántica. Incluso en el primer caso usted podrá determinar si están llegando a algún acuerdo o no. No es que tenga usted dones paranormales sino que la forma en la que se acercan el uno al otro, el hecho de que se rocen o no, la manera en la que ella incline la cabeza… Todo contribuirá a que usted se haga una idea. Quizás sea usted de esas personas increíblemente perceptivas que en una fiesta se ha dado cuenta de que dos de los invitados tenían una relación amorosa. Sencillamente porque al sentarse estaban demasiado juntos o porque uno miraba constantemente de reojo a otro.
Yo recuerdo que así empecé a sospechar que uno de mis mejores amigos estaba liado con una señora casada. Me di cuenta precisamente en la fiesta de cumpleaños de ella. El marido, menos perceptivo, no vio o no quiso ver lo que tiempo después se confirmó. Yo me di cuenta no solo porque calculaba la comunicación proxémica (se sentaban demasiado juntos el uno del otro) sino porque yo recibía también impactos de comunicación no verbal paralinguística. Es decir, un conjunto de signos visuales, orales, táctiles y auditivos que me estaban transmitiendo información. Por ejemplo, ella le sonreía a él constantemente, inclinaba la cabeza mientras le hablaba, se reía mucho, se llevaba la mano a la melena… Y él, sin darse cuenta, le rozaba la cara a ella de vez en cuando en gestos casi instantáneos pero no imperceptibles. Y si le sumábamos la risa cristalina de ella, la entonación del habla más cantarina, más aguda y más infantil que de costumbre, la cadencia de su discurso más lenta…. Y, sobre todo, los silencios cómplices que compartían, silencios que serían incómodos para dos personas que no fueran amantes… Pues como decíamos de jóvenes: blanco y en botella, Malibú. Pero volvamos a la proxémica. En la proxémica se tiene muy en cuenta la distancia entre las personas. Por eso en aquella fiesta yo me di cuenta de que algo pasaba entre ellos. Porque mientras hablaban se acercaban muchísimo el uno al otro. En teoría, a menor distancia, más cercana es la relación entre dos personas. El antropólogo Edward T. Hall diferenció cuatro tipos de distancia interpersonal: distancia íntima: 0-60 cm, distancia personal: 60-120 cm, distancia social: 120-300 cm, distancia pública: más de 300 cm. No es que la proxémica sea una ciencia exacta porque, por ejemplo, la distancia social que un noruego considera correcta no es la misma que la de un marroquí. A un marroquí no le importa que le roces suavemente mientras le estás hablando, a fin de enfatizar un comentario. Un noruego puede sentirse acosado si lo haces.
La estrategia de Andrea Ropero. El sistema defensivo primario
Me encantaría poderles enseñar el vídeo pero parece ser que los derechos le pertenecen a Atresmedia, así que espero que ustedes lo hayan visto ya. Imaginamos que Andrea Ropero no quiere volver a su redacción con el mismo material que pueda mostrar EFE o Europa Press. Como buena periodista, quiere llegar con material diferente y único. Por esa razón Andrea Ropero no acude a la rueda de prensa, sino que se apuesta en la escalera a la espera de que la presidenta ascienda por ella. De alguna manera es una especie de encerrona porque la presidenta no va a poder evitarle. Entonces la reportera utiliza una estrategia muy común entre los periodistas: se salta a la torera la distancia social. Si bien debería mantener una distancia de unos 300 cm, se coloca muy cerca de la presidenta y le pone el micrófono en la boca. La presidenta demuestra poseer un autocontrol que para mí lo quisiera yo, porque no responde a la provocación.
Como inciso explicativo les quiero contar una historia personal. Cuando mi hija era un bebé y mi barrio era muy peligroso iba yo por la calle con el bolso colgando del asa del carrito. Estaba yo hablando con una amiga cuando me di cuenta de que había una chica acercándose al carrito. Saltándose peligrosamente la distancia social. Era una toxicómana que estaba intentando llevarse el bolso aprovechándose de mi distracción. Me di la vuelta y le pegué tal guantazo que le tiré al suelo. Quiero que tengan ustedes en cuenta que yo no soy una mujer particularmente fuerte, más bien al contrario, y que nunca he sido precisamente valiente. Y que estoy segura de que en otras circunstancias no me habría enfrentado a una toxicomana de Lavapiés, que le habría entregado tranquilamente la cartera antes de correr riesgos. Pero no me detuve a reflexionar, lo único que vi es que alguien se estaba acercando al carrito de mi bebé.
En ocasiones como esas se activa nuestro sistema defensivo primario, de tono aversivo. La activación de este sistema está evolutivamente condicionada al escape y la lucha ante la amenaza. Lo que en inglés se conoce como fight or flight. Lucha o vuela. Cuando nos encontramos en una situación donde percibimos amenaza, la amígdala, epicentro del sistema defensivo primario, «dispara» una reacción instintiva. Se inicia así una respuesta de activación de la rama simpática del sistema nervioso autónomo (taquicardia, tensión muscular e hiperventilación) y actuaremos de manera instintiva. O bien echaremos a correr, o bien intentaremos defendernos, si la huida no parece una respuesta posible. Es decir, en poco menos de dos segundos yo reaccioné sin tener tiempo para procesar lo que había hecho. Pero era incapaz de ver si esa chica estaba intentando robarme el bolso o llevarse al bebé. Y no podía pararme a discernirlo porque lo importante era evitar que se llevara al bebé.
Digamos que mi cerebro procesó todo muy rápidamente, sin avisar al lóbulo frontal, que es el responsable de tomar las decisiones de forma racional. Mi sistema defensivo primario debía pensar que en una situación así no había tiempo para avisar al lóbulo frontal. Pues bien, cuando un paparazzi te pone un micrófono en la boca es muy, muy, muy difícil no pegarle un manotazo para apartar el micrófono, que sería tu respuesta instintiva. Cuando alguien se salta la distancia social y entra en tu distancia íntima sin avisar y, sobre todo, plantándote un micrófono en la boca, la primera impresión es de que te están agrediendo, porque no te da tiempo siquiera a pensarlo. Tardas en procesar si eso es un micrófono o es una navaja. Y sé de lo que hablo porque viví experiencias de ese tipo cuando gané el Planeta, en aquellos lejanos tiempos del pleistoceno en que yo era algo así como famosa. Y doy fe de que era muy difícil no sobrerreaccionar. Los periodistas lo saben, y por eso constantemente se saltan la distancia de seguridad, porque saben que una respuesta excesiva del personaje noticiable va a acaparar titulares. Y la mayoría de nosotros reaccionamos mal cuando alguien se salta de improviso y sin avisar la distancia social de seguridad. Si consigues que el famoso o el político te pegue un empujón, o se enfade o te grite, has logrado tu objetivo.
Esto es precisamente lo que hace Andrea Ropero. Algo que le hemos visto hacer a numerosos paparazzis y reporteros en innumerables programas de televisión. Perseguir a la figura pública, saltarse la distancia de seguridad y plantarle un micrófono en la boca. Como he dicho, la presidenta reacciona con un autocontrol admirable, pero Miguel Ángel Rodríguez no. Parece que él siente que su deber es protegerla a ella. Pero hay un detalle importante a considerar. Miguel Ángel Rodríguez pone una barrera. Coloca su brazo de manera clara entre la reportera y la presidenta. Esto evidencia que de alguna manera considera a la presidenta alguien muy cercano y muy íntimo a quien debe cuidar. No es un gesto que tendrías con alguien que no te importa.
Pasemos pues a otro tema. Al TEMA. ¿Le ha pegado un empujón Miguel Ángel Rodríguez a Andrea Ropero.
Efecto de desinformación de contexto
Aquí debo explicarles a ustedes que la memoria es un proceso reconstructivo. Lo que significa que los recuerdos se reconstruyen activa y conscientemente cuando intentamos recordar ciertas cosas. Elizabeth Loftus y John Palmer estudiaron este fenómeno cognitivo y demostraron que, durante la fase de reconstrucción, nuestros recuerdos pueden distorsionarse si recibimos información falsa sobre lo sucedido. A esto le llamamos efecto de desinformación de contexto. Algunos de los primeros estudios de Elizabeth Loftus demostraron cómo el lenguaje puede influir en los recuerdos de eventos particulares. Como se ha demostrado que la memoria es de naturaleza reconstructiva, Loftus y Palmer predijeron que la redacción de una pregunta o una afirmación podría influir en el recuerdo. Al experimento más famoso de Loftus y Palmer lo conocemos como The Car Crash study, y se trató de un experimento para demostrar hasta qué punto el lenguaje influye en la percepción de la realidad. Para llevar a cabo el estudio se partió de una muestra de 45 estudiantes voluntarios. A todos ellos se les hizo ver un vídeo corto, en el cual un automóvil chocaba con otro. Después del visionado, el grupo se dividió en cinco subgrupos. Luego se les hizo a todos una pregunta muy parecida. Con una diferencia mínima pero crucial: en cada caso se empleó un verbo distinto.
Estas fueron las preguntas:
-Subgrupo 1: ¿a qué velocidad cree que iban los coches que se estrellaron?
-Subgrupo 2: ¿a qué velocidad cree que iban los coches que colisionaron?
-Subgrupo 3: ¿a qué velocidad cree que iban los coches que chocaron?
-Subgrupo 4: ¿a qué velocidad cree que iban los coches que se golpearon?
-Subgrupo 5: ¿a qué velocidad cree que iban los autos que se tocaron?
El resultado mostró que, aunque todos los voluntarios vieron el mismo vídeo, las respuestas variaban en función del verbo de las preguntas que les habían hecho. Los voluntarios a los que se les habían hecho preguntas con el verbo «estrellaron» o «colisionaron» tendían a pensar que los coches iban a mayor velocidad que aquellos a los que se les había preguntado por coches que «chocaron» o «se tocaron». Lo mismo, a la inversa: cuanto menos agresivo era el verbo, menor era la estimación de la velocidad. Pero repito que todos habían visto el mismo vídeo. Loftus y Palmer demostraron por lo tanto que el lenguaje modifica la percepción de la realidad. Y también moldea los recuerdos. Durante el experimento citado, todos los voluntarios habían visto el mismo vídeo, pero cada uno lo recordó de manera sensiblemente distinta. Si machaconamente a usted le insisten en que el señor Miguel Ángel Rodríguez ha empujado a una periodista y esa afirmación se repite hasta la saciedad, usted finalmente creerá que lo que ha visto es claro y cristalino: ¡usted ha visto al señor Rodríguez empujando a una periodista! Y ya tiene usted la noticia sensacionalista hecha. Aunque, en realidad, si visionas dicho vídeo a cámara lenta, es más que posible que no aprecies empujón. Sí que se ve cómo él coloca el brazo a modo de barrera. Añádale usted alusiones más o menos veladas al pasado de Miguel Ángel Rodríguez, insinúe que Miguel Ángel Rodríguez iba borracho o drogado cuando «empujó» a la presidenta… y ya tenemos relato. Algunos de los tuits que he visto al respecto de esta historia eran francamente desagradables y en más de una ocasión bordeaban lo delictivo.
Manipulación y polarización
España atraviesa por uno de los momentos más complejos y violentos de su historia, atrapada en una polarización política que roza el fundamentalismo. El pensamiento sectario y la manipulación campan a sus anchas en medios de comunicación, redes sociales y en la sociedad en general. Y esa polarización hace imposible el diálogo reflexivo entre las diferentes posiciones ideológicas. Cuando se recurre descaradamente a la manipulación y a la descalificación, se desvirtúa así cualquier posible escenario de debate equilibrado y sereno. Pero, sobre todo, se crean escenarios sociales en los que parece que el público no somos más que una masa de borregos balando al son que nos va marcando el lobo. A veces hacen falta reflexiones más profundas y moderadas antes que el juego constante de la manipulación al que nuestros medios de comunicación nos tienen acostumbrados. A los medios de comunicación les interesa la divulgación de noticias manipuladas o directamente falsas y de opiniones extremas. Porque es lo que más capta la atención de los usuarios. Eso llena muchos bolsillos, pero solo contribuye a la polarización. Y la polarización supone el fin de la democracia. Por lo tanto, si usted ha sido capaz de leer toda esta diatriba y ponerse a pensar en lugar de simplemente ver un video de dos minutos, le felicito. Y le aliento a que, como siempre, la conclusión la desarrolle usted.
REFERENCIAS
Hall, E. T. (1989). Beyond culture. New York: Anchor Books.
Loftus, E. F., & Palmer, J. C. (1974). Reconstruction of automobile destruction: An example of the interaction between language and memory. Journal of Verbal Learning & Verbal Behavior, 13(5), 585–589. https://doi.org/10.1016/S0022-5371(74)80011-3