La nueva ley de Irene Montero o el timo del amante casado
«Es posible que parte de la Ley de la Salud Sexual de Montero tenga sus cosas buenas, pero el chiringitismo y el adoctrinamiento que van aparejados no van a compensarnos»
Mi amiga amiga Marta se fue este verano, en julio, a un retiro de yoga en la Sierra de Guadarrama. Quienes le habían convencido para acudir eran dos amigos, Carlos y Mariola, a los que había conocido en el centro de yoga al que ella acude en Madrid. Al grupo se unió un cuarto participante, Vicente, amigo de los amigos de Marta.
Durante los siete días que duró el retiro, Marta se fue sintiendo cada vez más atraída por Vicente. Vicente era increíblemente guapo, y además era educado y atento. Hubo cruces de miradas, risitas cómplices, roces casuales que duraban dos segundos más de lo necesario… Hasta que en la última jornada de retiro Vicente le sugirió que pasaran, ellos dos solos, dos días más en una casa rural del pueblo vecino, antes de regresar a Madrid.
Marta no estaba segura de la respuesta porque no sabía nada de Vicente y acaba de salir de una relación en la que el príncipe encantador le había salido rana después del beso. Y les preguntó a sus dos amigos si el tipo era de fiar. Sus dos amigos le dijeron que Vicente era un hombre maravilloso. Que era culto, inteligente, tranquilo y dulce. Que no lo dudara , que se diera a sí misma una oportunidad. Y sí, Marta y Vicente compartieron un fin de semana maravilloso.
Sólo cuando regresaron a Madrid descubrió Marta que había un problema. Nada de lo que le habían dicho sus amigos era mentira. Si, Vicente era culto, inteligente. tranquilo, dulce y cariñoso. Y, además, había demostrado ser un amante imaginativo y experto. Pero estaba casado y tenía dos hijos. Algo que Marta descubrió cuando la mujer de Vicente se presentó hecha un basilisco en la tienda donde trabajaba Marta y montó tal follón que la echaron de su trabajo. Para colmo Marta sufrió un duelo muy fatigoso, porque se había enamorado de Vicente y aquel golpe le dejó sin autoestima y sin confianza en los hombres. Repito: en puridad, sus amigos no le habían mentido. Solo habían economizado con la verdad.
Algo parecido nos pasa con las leyes en España. Que se economiza con la verdad. Que se nos ocultan cosas y por lo tanto no nos cuentan las consecuencias reales de lo que puede suceder si las aprobamos. Como a Marta nadie la informó de las consecuencias reales que podría traer aquel bonito fin de semana.
Y suelen ser «leyes amante casado»: muy buena apariencia en principio, pero que no te traen lo que prometen, y solo te acarrean problemas, ya que cuando te las presentan te han ocultado algunas cosas.
Ya escribí en su día un artículo sobre las consecuencias de la Ley Trans que nos pretenden colar con calzador y de lo que ha sucedido con leyes similares en otros países. Esa ley que viene disfrazada de buenismo, purpurina y buenas intenciones.
En la misma línea «ley amante casado», ¿recuerdan ustedes cómo nos vendieron del desarrollo del Real Decreto Ley 37/2020, por el cual, desde la pandemia, se impiden los desahucios de personas vulnerables sin solución habitacional? ¿Esa ley que se nos vendió como un logro progresista que iba a ayudar a personas en situación desesperada? Pues en realidad lo que ha creado es una prominente expansión de la ocupación y de las mafias. Un problema que afecta a ciudadanos de a pie y que no afecta a personas de posibles, -porque la gente que tiene dinero ya tiene medios para impedir una ocupación, o para librarse rápidamente de ella-, sino a pequeños propietarios, que se encuentran con la pesadilla de quedarse sin casa y para colmo tener que pagar impuestos, agua y luz, o que se encuentran que tienen por vecinos a unos traficantes. En Madrid la okupacion afecta a Móstoles, Parla, Alcorcón, Fuenlabrada, Ciempozuelos, o distritos como Puente de Vallecas, Villaverde, Carabanchel o Usera. Es decir, zonas tradicionalmente desfavorecidas, no precisamente La Moraleja. Así que no se ayuda a personas que atraviesan una situación desesperada, sino que se les crea esa situación desesperada a otras.
Cuando escribo estas letras leo que el Consejo de Ministros ha aprobado la remisión a las Cortes del Proyecto de Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo. He escuchado y leído las loas y alharacas, alardeos propagandísticos que han hecho sobre esta ley desde el ministerio de igualdad y me gustaría puntualizar algunas cosas.
Esta ley nos vende como grandes avances en los derechos de la mujer propuestas que en realidad ya existían.
Las mujeres con menstruaciones incapacitantes diagnosticadas siempre han tenido derecho a la baja laboral. La seguridad social ya financia la píldora anticonceptiva. La gestación subrogada es ilegal en España. En los centros jóvenes de salud ya se suministran preservativos gratuitos. El matrimonio forzado ya es ilegal en España, así como el aborto forzado y la esterilización forzada. En institutos públicos y centros penitenciarios ya se ofrecen tampones o compresas a alumnas o internas que los solicitan
Atención a este detalle: los condones en las cárceles
Art 7 b b) La distribución gratuita de métodos de barrera (…/…) en los lugares donde permanezcan personas privadas de libertad.
Ojo a este dato que es importante: se nos dice que se repartirán anticonceptivos en las prisiones. Esto ya se hace. En los vis a vis ya se suministran preservativos. Y en las cárceles masculinas españolas cada mes los presos reciben entre dos y cuatro condones.¿No nos estarán diciendo que van a repartir preservativos y anticonceptivos en las prisiones porque ya admiten que con su ley trans van a entrar en las prisiones varones sin operar ni hormonar? ¿Y que por lo tanto vamos a adoptar medidas como las de Estados Unidos o Canadá, donde ya se reparten preservativos en las prisiones femeninas porque los varones que allí han entrado mediante el truco de decir que son mujeres han infectado a presas o las han violado? Ojo. Ojo y ojo. Yo veo que nadie ha tenido en cuenta este detalle importante.
La ley presenta también novedades que probablemente sean interesantes y loables para el colectivo feminista
- Artículo 13 bis: «Las mujeres podrán interrumpir voluntariamente su embarazo a partir de los 16 años, sin necesidad de consentimiento de sus progenitores o tutores, derogando así la reforma operada por la Ley Orgánica 11/2015, de 21 de septiembre, lo que se completa con la disposición final tercera».
Es decir: se puede abortar desde los 16 años y sin necesidad de consentimiento paterno. Las mujeres de 16 y 17 años y las mujeres con discapacidad podrán decidir acerca de su embarazo. Sé que muchos padres y madres objetan esta idea porque dicen que «yo no permitiría a mi hija abortar sin mi consentimiento». Pero no todos los padres son como usted. En España, un 44,7% de los abusos sexuales cometidos hacia menores de edad se producen entre los 13 y los 16 años. Además, el 78,9% de los casos las víctimas son niñas y chicas adolescentes, y el 84% de los abusadores son familiares o conocidos de la familia. Es decir, si una niña ha sido violada por su padrastro, tío, abuelo, y se queda embarazada, no tiene nada fácil que sea precisamente su familia quien la apoye. Con lo cual yo permitiría abortar a cualquier menor de edad sin necesidad de consentimiento paterno. Punto. - Artículo 7, anticoncepción de urgencia: «Se considerarán adecuadas las existencias de los métodos anticonceptivos de urgencia que garanticen la normal prestación del servicio en función de la demanda de cada oficina de farmacia».
Es decir: la píldora del día después y deberá estar disponible de forma obligatoria en todas las farmacias. En esto no estoy de acuerdo. Las farmacias son aquellos establecimientos sanitarios privados en los que se lleva a cabo la dispensa de medicamentos y cuya propiedad y titularidad se atribuye a los profesionales farmacéuticos. Una farmacia no deja de ser un establecimiento privado, a pesar de que cumpla un servicio público, y no se les puede exigir a personas que no son funcionarios del estado a que renuncien a sus creencias religiosas. Esto es imposición, censura y totalitarismo. De la misma forma que, si en el año 2016 se fijó una ley que indicaba que los farmacéuticos ya no tenían que priorizar la venta de genéricos y que la decisión final de qué tipo de producto vender a los consumidores que se acerquen a tal farmacia dependerá única y exclusivamente del farmacéutico. Por esa misma regla de tres, un farmacéutico o farmacéutica puede negarse, creo yo, a dispensar un producto de cualquier tipo. Sí que estoy de acuerdo en que la píldora del día después se dispense de forma gratuita en los centros de salud, porque aquí sí que hablamos de centros públicos.
- «La nueva ley garantizará el acceso efectivo al derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en la red pública, que será la de referencia. Las mujeres que lo decidan podrán someterse a esta intervención en el centro hospitalario público más cercano a su domicilio». En principio el aborto es una prestación sanitaria que está incluida en los servicios de sistema público de salud y, yo diría que esto ya estaba garantizado.
- «También se reconocen como situaciones especiales de incapacidad temporal por contingencias comunes la debida a la interrupción del embarazo, sea voluntaria o no, mientras reciba asistencia sanitaria por el Servicio Público de Salud y esté impedida para el trabajo, y la de gestación de la mujer a partir de la trigésimo novena semana». Es decir, se reconoce el derecho a la baja tras someterse a un aborto.
Esto es nuevo, pero en realidad, la recuperación de un legrado o de un aborto farmacológico supone un día en la cama, no más. Ya mucha gente se tomaba el día. Tampoco es el avance del siglo, vaya.
- «Se elimina el plazo de reflexión de tres días que opera en la actualidad y la obligatoriedad de recibir información acerca de los recursos y las ayudas disponibles en caso de continuar con el embarazo, debiendo proporcionarse dicha información sólo si la mujer lo requiere». Desaparecen, para todos los casos, las exigencias actuales de información previa y tres días de reflexión.
Esto me parece una barbaridad. La libertad de elección implica el conocimiento de las consecuencias de esa decisión, así que ¿cómo va a decidirse una mujer, en una clínica privada o pública, entre un aborto con o sin anestesia si no le informan previamente? ¿O entre un aborto farmacológico y quirúrgico, si no le explican cómo se practica cada uno y por qué? Además, si se trata de un aborto no quirúrgico, sino farmacológico, las personas asmáticas, las que padezcan una cardiopatía, etc. han de ser informadas del riesgo. Por no hablar de que existe la depresión post aborto, así que una mujer debe estar muy segura de la decisión que va a tomar, y bien informada. También existe un consenso común con respecto al hecho de que los factores de riesgo que identifican a las mujeres que están en mayor peligro, por ejemplo, las mujeres adolescentes y las mujeres con antecedentes de enfermedades mentales previas, se benefician de la información previa y de la reflexión. Y es que una decisión así se debe tomar sabiendo lo que una va a hacer y estando muy segura de lo que va a hacer.
- «La distribución gratuita de métodos de barrera en los servicios a que se refiere el artículo 5». En cristiano, entre otras cosas, vamos a repartir condones en institutos.
Esto me recuerda a cuando los repartieron en mi instituto, que era precisamente el mismo en el que estudiaría más tarde Pablo Iglesias. Y recuerdo con horror cuando nos encontramos muchas chicas en nuestros pupitres condones rellenos de una asquerosa sustancia blanca que parecía semen y que resultó ser leche condensada. Porque los adolescentes granujientos con los que compartíamos aula no tenían relaciones sexuales ni soñaban aún con tenerlas, y en algo tenían que emplear los preservativos. No olvidemos que la edad de inicio de las relaciones sexuales en España se sitúa alrededor de los 17 años.
Y ahora pasemos a la carga de profundidad, al verdadero problema de esta ley: el adoctrinamiento y el chiringuitismo
«En el marco de lo establecido en la reciente regulación del sistema educativo, la educación afectivo-sexual se contempla en todas las etapas educativas, adaptada a la edad del alumnado y contribuyendo al desarrollo integral del mismo».
«En concreto, se impulsarán y reforzarán campañas periódicas destinadas a la prevención de las infecciones de transmisión sexual, que podrán venir acompañadas de medidas en el ámbito educativo derivadas de la inclusión en el currículum escolar de la educación afectivo-sexual, con respeto a la igualdad de género, a la diversidad y a los derechos humanos e incluyendo la prevención de las violencias sexuales».
«Los poderes públicos, en el desarrollo de sus políticas sanitarias, educativas y sociales garantizarán La educación sanitaria integral, con perspectiva de género, de derechos humanos e interseccional, sobre salud sexual y salud reproductiva».
El adoctrinamiento
¿Pero qué es educación sexual con perspectiva de género e intereseccional? Pues es adoctrinamiento queer.
Para empezar, comencemos definiendo la teoría queer (o teorías queer). La teoría queer es una teoría acientífica y anti religiosa que pretende convertirse en una postura político-filosófica. Y que establece que los genitales con los que una persona nace no deberían identificarse con la etiqueta de ‘hombre’ o ‘masculino’ y ‘mujer’ o ‘femenino’, puesto que existen personas que, al nacer, poseen una identidad de género que no se corresponde con la «asignada por sus genitales», según ellos, pero determinada por sus cromosomas según la ciencia. Explico más aquí.
Volvamos al instituto al que cuando éramos adolescentes acudimos Pablo Iglesias y yo. A día de hoy, este instituto proporciona charlas de educación sexual que en realidad vienen a ser charlas en el adoctrinamiento queer. En este instituto, como en tantos otros en España, se les está contando a los adolescentes que, si no se sienten a gusto con las imposiciones sexistas, entonces es que están atrapados en el cuerpo equivocado. Es decir, nos venden tontunas sexistas y reaccionaras como que el pelo largo es exclusivo para las mujeres o que un hombre no se puede pintar las uñas o usar maquillaje o extasiarse con los culebrones turcos. Que una chica no puede llevar pelo corto o pantalones y aburrirse ante la perspectiva de ir a comprar ropa a un centro comercial porque le apetece más estar en casa viendo series de marcianitos. Axiomas que niegan la libertad individual, que son profundamente sexistas y que están basados en un iluminismo religioso que cree en almas de colores.
Defemco es el acrónimo de Docentes Feministas por la Coeducación, una plataforma educativa constituida por docentes feministas cuya finalidad es difundir y reivindicar la coeducación como principal instrumento de transformación social para lograr una sociedad más justa.
Dofemco ya ha alertado del impacto de estas charlas. Un impacto que se concreta en un aumento exponencial de las transiciones sociales (es decir, de chicas que exigen que se les considere chicos). Pero también, y, sobre todo, que se traduce en un aumento desmesurado de tratamientos experimentales de efectos irreversibles con bloqueadores del desarrollo de la pubertad, de tratamientos con hormonas cruzadas y de las cirugías precoces. Tratamientos y cirugías que en el 90% de los casos sufren las niñas. Niñas con a, menores de edad. Niñas a las que se les convence de que son niños que nacieron en el cuerpo equivocado. Niñas cobaya. Niñas conejito de indias. Tratamientos, repito, experimentales e irreversibles.
Dofemco ya ha alertado del proceso de suplantación de la Coeducación por parte del lobby queer en escuelas, institutos y universidades. Y esta suplantación de la coeducación viene metida con calzador en muchos casos en charlas disfrazadas de educación sexual. Que nada tienen de educación sexual. Y mucho de adoctrinamiento.
Dofemco ha denunciado reiteradamente cómo se impone una transformación de los centros educativos para validar la ideología transgenerista. Dofemco advierte que desde el Ministerio de Igualdad se consolida y legitima la entrada de grupos de interés ideológico en los centros educativos, cuando se incluye en la norma de forma explícita la promoción del papel experto de las entidades transactivistas como asesoras, formadoras y orientadoras directas .
Yo tengo bastante claro que estas entidades transactivistas serían las que impartieran las charlas de educación sexual. Charlas al estilo de Gales, donde Alex Drummond, un hombre no hormonado ni operado, un hombre con barba, y con un par de cojones, pero identificado como mujer lesbiana (¡tócale sus cojones!), va dando charlas pagadas en los institutos sobre lo que supone ser una mujer lesbiana. ¿Imaginan el impacto devastador que puede tener sobre una niña de 13 años lesbiana que le digan que ser lesbiana quiere decir tener sexo con alguien con pee, testículos y barba?
El chiringuitismo
Recordemos aquellas palabras de Iñigo Errejón:
«Asumir que, cuando perdamos las elecciones, hemos de dejar sembrado de instituciones populares que resistan…y donde refugiarse cuando gobierne el adversario». Instituciones que «hacen falta para cuando se acaben los ayuntamientos del cambio, cuando se pierdan elecciones». Porque «hace falta una estructura económica autónoma que vaya a permitir acoger a una buena parte de los cuadros militantes que hoy se están dedicando a los trabajos institucionales». «Porque la militancia, como todo el mundo sabe, no se sostiene sólo del aire».
Traducción al castellano: tenemos que dejar chiringuitos organizados para poder resistir cuando perdamos las elecciones porque todo el mundo sabe que no vamos a encontrar ningún sitio donde trabajar. Porque ninguno de nosotros ha trabajado jamás en empresa privada ni tenemos la menor intención de empezar a hacerlo a estas alturas.
Errejón estaba confesando públicamente uno de los grandes proyectos de la izquierda «regeneradora», la mal llamada izquierda que nada tiene que ver con la izquierda tradicional. Lo explico aquí.
Ese proyecto de la izquierda autosentida reconoce nada más y nada menos que la importancia de proyectar una red clientelar entre los militantes del partido mediante la creación de chiringuitos para que en épocas de vacas flacas la neoizquierda de brilli-brilli tenga para comer.
España está muy acostumbrada a este tipo de corrupción de baja intensidad, el clientelismo. Todos sabemos de sobra que en España existe una relación estrecha entre políticos y afiliados, amigos, allegados y conocidos. Que las élites de todos los colores, desde partidos bien distintos, crean redes clientelares, donde los políticos reciben apoyos y los ciudadanos contratos de trabajo, ayudas, subvenciones. Ambas partes salen beneficiadas, sí… A costa de sangrar y robar a un grupo significativo que no participa y está al margen. Gente como usted y como yo que pagamos esas redes clientelares. Pero luego nos cuentan que nuestros impuestos se van a salud y educación. Yo estoy harta. ¿Usted no?
Así que lo que la Ley de Salud sexual Montero pretende es dejar atada y bien atada una red que permita que las asociaciones que representan los intereses de su partido se queden con el riñón cubierto y los contratos asegurados.
Pero además esta red clientelar se asocia al adoctrinamiento, y lo que va a crear es un relato emocional transmitido en la escuela, a niños que de mayores serán adultos aborregados. ¡El sueño húmedo de todo totalitarismo!
Y, ya de paso, nos va a dejar una generación de niñas medicalizadas de por vida, para llenarle bien las arcas al lobby farmacéutico. Porque una menor al que se le somete a un bloqueo de pubertad va a necesitar terapia hormonal de reemplazo y/o atención médica especializada durante toda su vida.
Quizá es que vivimos en una sociedad muy cómoda en la que se ha delegado la transmisión de valores a la escuela. Pero es necesario revertir el intervencionismo estatal, apartar a los gurús de la educación, a los pedagogos que creen que el sexo se asigna mágicamente al nacer como quien te pone un nombre, sí, a esos a los que solo les importa su cuenta corriente, y no la formación del alumnado. Es preciso que la educación vuelva a ser instrucción, que lo que se enseñe en el colegio o en el instituto sean conocimientos, no sentimientos. Mucho menos teorías mágicas que en las escuelas e institutos públicos vengan a sustituir a la antigua religión católica oficial.
En conclusión
Mi amiga Marta se enamoró de un hombre que tenía unas cualidades muy buenas. Era muy guapo, era un gran amante. era inteligente, culto, dulce, sensible y cariñoso. Y eso era verdad. Pero venía con una cualidad añadida que no le llevó a Marta más que a sufrir problemas. Era un mentiroso. Y al final las buenas cualidades de Vicente no eran más que un cebo para atraer a Marta hacia el vórtice de un drama que ella no había elegido, porque nadie le había advertido de que Vicente estaba casado, que tenía hijos y una mujer celosa y dada a las confrontaciones públicas.
De la misma manera, es posible que parte de esta Ley de la Salud Sexual de Irene Montero tenga sus cosas buenas, como las tenía Vicente. Cierto. Pero el chiringitismo y el adoctrinamiento que van aparejados no van a compensarnos de estas cosas buenas. Y podemos reclamar una ley que elimine la publicidad de la gestación subrogada, que recupere el aborto a los 16 años, que recupere aquellos centros de salud en los que se nos proporcionaba gratuitamente la píldora del día después, que garantice que una mujer podrá abortar en su comunidad autónoma sin tener que desplazarse a otra para poder hacerlo… sin necesidad de que nos cuelen en la ley la bomba de profundidad.
Tened cuidado, mujeres feministas. Tened cuidado, padres y madres. Tened cuidado, ciudadanos con sentido crítico y que creen en la libertad de expresión y en el laicismo en la educación pública. Tened cuidado y abrid los ojos: porque esta ley es como el amante casado que por fuera es muy guapo, y por dentro un engañabobas.