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Presidente de ustedes, Herrera Carlos

«No hay faroles que valgan en su intención de querer ser el líder del balompié patrio. Seré desconfiado, pero no le creo»

Presidente de ustedes, Herrera Carlos

Carlos Herrera, en una foto de archivo.

España está a otras cosas, que si una jura de la heredera al trono o un partido de Estado yéndose a Waterloo a negociar la investidura con un prófugo de la justicia, naderías. Simples nimiedades cuando en realidad hay que centrarse en la noticia que conocimos  hace apenas unos días, por boca del protagonista. Carlos Herrera, locutor de ustedes, quiere pasar a ser presidente de ustedes. Aspira a ser el primer mandatario de la Real Federación Española de fútbol bético, capillita y periodista. Y para más inri, asegura que no dejaría de hacer su programa en caso de ser elegido presidente.  

Vaya por delante, lo de Herrera me parece, como se diría técnicamente, una coña marinera.  O para el caso que nos ocupa, una coña futbolera. Herrera, que ya se ha pasado este juego de la vida, es un gran cachondo. Un tipo versátil que te entrevista al ministro de turno y al rato está preguntando a una señora de Jaén por sus apretones más inoportunos. Eso es la  radio, quien lo probó lo sabe. Ya lo sé, lo ha dicho él mismo, e incluso sus amigos más cercanos aseguran que va en serio. No hay faroles que valgan en la intención herreriana de querer ser el líder del balompié patrio. Seré desconfiado, pero sigo sin creérmelo. 

No resulta fácil tomarse en serio una candidatura que se presenta en sociedad con una  ‘entrevista’ de Roberto Gómez a Herrera con el bullicio de una comida de fondo, grabada  con un móvil y, eso sí, con respuestas gloriosas. A la pregunta de Gómez, «¿Cómo sería el fútbol con Carlos Herrera como presidente?», Herrera, jacarandoso como pocos, responde: «Serían 11 contra 11 igualmente». Una conversación que es para verla. Una candidatura que ha hecho las mieles de multitud de medios que han informado sobre el periodista  almeriense, sevillano de corazón, y sus deseos. Herrera se postula para ser el sustituto de  Rubiales, y de Pedro Rocha. Ponga un Herrera en Las Rozas.

Me reafirmo, en mis entendederas lo de ‘Herrera for president’ es una broma. Una chanza  dicha en la radio, amplificada por los medios, repetida por el guasón en las ondas. Imagino que Herrera se está riendo en su casa, puro en la mano, chatillo de vino en la mesa, de  todos nosotros. Periodistas parguelas que le creemos. Fósforos que le escriben animándole en la ventura, «Herrera, yo te votaría para cualquier cosa»; «Carlos, tú debes ser el contrafuerte frente a las andanzas de Pedro Sánchez». Pero, ¿Y si sí?, ¿Y si en realidad Herrera, firme y sereno, quiere mandar en los terrenos de juego españoles? El radiofonista dirigiendo sus fuerzas para un nuevo desafío.

Nacen en mí pensamientos inusitadamente hermosos de darse la realidad que ‘er Herrera’  fuera el presidente. Sonarán coplas de Juanita Reina en lugar de himnos. Tendrá que frenar la intención de Marruecos de albergar la final del Mundial de 2030. Pasará de la radio espectáculo a las galas espectaculares, que la cosa está muy descafeinada. Los —y las— jugadores de la Selección absoluta tendrán que hacer el camino de Santiago y  peregrinación al Rocío. Obligatorio. Ofrecerán sus trofeos a la Virgen de la Candelaria. Y  solo habrá picos (de pan) para acompañar al jamón en la Feria de Sevilla. Os invita Carlos a su caseta, queridos jugadores y miembros del cuerpo técnico.  

Aún recuerdo, sin ser un experto en ese maremágnum de sensaciones que es la Semana Santa de Sevilla, el pregón de Carlos Herrera en el año 2001. Memorable en el fondo y en la forma. Desde el atril llamó a los sevillanos, marchando por un camino de cera, a la Gloria.  Herrera, ahora se lo pido sin atril, vaya usted a la Gloria, por un camino de avales, para ser  presidente del fútbol español. Será difícil la travesía, habrá oleaje en ese mundo de  intereses, amistades y negocios de muchos billetes, pero habiendo visto lo de Rubiales, el  listón tampoco está en unos parámetros complicadísimos de igualar. Vaya que igual lo logra. Ojalá si lo consiguiera, cuando termine su presidencia de la RFEF, pueda emular a otro bético, Manuel Ruiz de Lopera. «Os entrego ahora una Selección libre, limpia, en  Primera, de ustedes, viva la Selección. Presidente de ustedes, Herrera Carlos». 

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