Mar Menor: crean a los científicos
La Fundación Ingenio quiere poner en valor las aportaciones de los técnicos en la Asamblea de Murcia
Los principales investigadores que más han publicado sobre el estado ambiental del Mar Menor y que han pasado o lo harán en breve por la Comisión encargada de determinar las posibles modificaciones de la actual Ley del Mar Menor, han declarado o redactado informes este mes de julio. Quiero destacar los siguientes:
Ángel Pérez Ruzafa, catedrático de Ecología de la Universidad de Murcia y ex portavoz del Comité Científico del Mar Menor, en su reciente comparecencia en la Asamblea. ¿Cuál fue el problema de la mortandad de peces? «En 2021, por mal funcionamiento de las estaciones de bombeo y la ineficiente retirada de biomasa propiciaron que se produjera ese efecto de acumulación de materia orgánica y que en un momento determinado el fósforo fuera especialmente alto, y entonces se produjo las masas de hipoxia».
José Luis G. Aróstegui, experto en Hidrogeología y científico del Instituto Geológico y Minero de España, señaló que el bombeo de agua subterránea para desnitrificar el acuífero es la medida más eficaz en el corto plazo. Dijo que la red de control es deficiente y no refleja los datos reales, y confirmó la desconexión del acuífero de Fuente Álamo con el acuífero cuaternario del Campo de Cartagena, que es el que afecta al Mar Menor.
Emilio María Dolores, portavoz del Comité de Asesoramiento Científico del Mar Menor, ha confirmado, con datos del Imida (Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental), que los parámetros de nitratos del Mar Menor están por debajo en todos los valores que exige la ley (excepto el amonio en un punto concreto, y éste no proviene de la agricultura).
Además, estos organismos y científicos también se han pronunciado recientemente:
Instituto Español de Oceanografía (IEO). En su último informe de julio de 2024, recoge estos datos: en los puntos de muestreo, los valores de nitratos medios, obtenidos por este investigador fueron en torno a 1,6 micromoles por litro, cuando el valor máximo considerado bueno o moderado es de 6,45 (recordar que el nitrato en los 70 estaba en torno a 1 micromol por litro). Sin embargo, el fósforo está en 0,39, cuando el máximo permitido es 0,38 micromoles por litro. El fósforo no procede de la agricultura. (Real Decreto 817/2015).
Brian Lapointe, profesor investigador del Instituto de Oceanografía Harbor Branch de la Universidad Atlántica de Florida, dijo en la UMU el pasado marzo, tras visitar el Mar Menor, que las aguas residuales son el principal problema y el origen de la eutrofización en todas las lagunas costeras y espacios acuáticos de este tipo en todo el mundo. También en el Mar Menor.
Confederación Hidrográfica del Segura: el pasado mes de mayo, la CHS pidió a la Comunidad murciana actuar sobre ocho enclaves de Cartagena sin alcantarillado. La Confederación advierte en sus alegaciones al plan de saneamientos en el Mar Menor que estos núcleos vierten sus aguas residuales a la laguna y el acuífero. El Ministerio para la Transición Ecológica, a través de este organismo de cuenca, también recomendó al Gobierno regional la inclusión de medidas en su Programa de Control y Mejora de las Redes Pluviales, de Saneamiento y EDARs en el Mar Menor, encaminadas a atajar este problema.
Guardia Civil y Fiscalía. La investigación de la Ucoma de la Guardia Civil y de la Fiscalía de Medio Ambiente de la Región de Murcia sobre la contaminación del Mar Menor por vertidos desde la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Torre Pacheco a la rambla del Albujón afecta ya al menos a quince políticos, directivos y técnicos de la CHS, la Comunidad Autónoma y los ayuntamientos de Torre Pacheco y Cartagena.
Comparecí el pasado 24 de julio en la Asamblea de Murcia en nombre de Fundación Ingenio y, por tanto, como altavoz de los agricultores y empresas del sector del Campo de Cartagena, no para ofrecer el diagnóstico de mi organización, sino, sencilla y claramente, para destacar y poner en valor el testimonio de los más reputados científicos y técnicos y de las instituciones y organismos encargados de abordar las soluciones a los problemas que afectan al Mar Menor. En la Asamblea constan, freim a freim, los vídeos de las comparecencias. No lo dije yo, ni los agricultores, lo dijeron estas personas, y su testimonio quedará para siempre: grabado, inequívoco, clarificador. Los agricultores asumimos punto por punto, y hacemos nuestros, los claros planteamientos que en las últimas semanas han hecho los expertos más referenciados sobre los problemas que sufre el Mar Menor. «No me crean a mí, créanles a ellos», repetí en varias ocasiones a las fuerzas políticas en la Asamblea regional.
Pese a ello, un manto aplastante trata de tapar y negar lo que allí se ha dicho. Nos consta que medios de comunicación, políticos y expertos reciben presiones de todo pelo para obligarles a negar incluso lo que dicen los vídeos. Lo sabemos, todo el mundo lo sabe. Pero también lo sabe la opinión pública, que cada vez lo tiene más claro: que los problemas del Mar Menor son múltiples y que el agricultor ha sido el cabeza de turco. Y que los vertidos de aguas residuales de origen urbano son el gota a gota de los males de nuestra laguna. Vayan y pregunten también a los vecinos ribereños.
Hay que tener intereses muy potentes (¿cuáles?) para seguir afirmando que la Fundación Ingenio se dedica a generar desinformación, una supuesta desinformación para la que de momento se han aprobado más de 300 millones de euros en inversiones desde 2022. Y es que nunca una «no verdad» es un «no problema» que acapara tanta inversión pública en tan poco tiempo. Negacionistas son aquellos que niegan la evidencia y aquellos que, debiendo actuar, como las diferentes Administraciones competentes, no lo han hecho. Resultan así ser cómplices y cooperadores necesarios de uno de los mayores desastres ambientales de Europa.
Escuché en la Cámara con mucha atención a los portavoces de los principales partidos, PP y PSOE. Ambos coincidieron punto por punto en asegurar con rotundidad que el Mar Menor está bien. También está grabado. Para ellos, no hay incidencia real o potencial de llegada de aguas residuales, de metales pesados de las viejas minas, no se desborda la red de saneamiento en verano o cada vez que llueve con «cierta intensidad», no hay malos olores en pueblos ribereños provenientes de un alcantarillado que no da más de sí, no baja agua dulce por las ramblas cuando hay episodios de dana y no pasa nada si el acuífero está a reventar e inunda viviendas y sótanos ribereños. Todo está bien. Patada hacia adelante.
Es fundamental reconocer que el Mar Menor sufre debido a una convergencia de problemas, entre los cuales se incluyen las deficiencias en el sistema de saneamiento urbano, la presión urbanística, las malas prácticas en la gestión de residuos y vertidos y fenómenos meteorológicos extremos que han sido cada vez más frecuentes. Sin una visión holística y multifactorial, cualquier intento de solucionar esta crisis está condenado al fracaso. Como directora de la Fundación Ingenio, doy fe de la determinación y el compromiso de nuestros agricultores para adoptar prácticas de vanguardia, las más sostenibles del mundo y respetuosas con el medio ambiente.
Pero este empeño de nuestra gente carece de valor cuando se trata de buscar cabezas de turco y de revertir el presente y futuro económico del Campo de Cartagena y de la Región de Murcia. ¿Por qué? ¿Para quién? ¿Qué está pasando? ¿Dónde irá el agua del trasvase cuando nuestros campos sean un alicatado masivo de vidrio, cemento y metal? ¿Cui prodest?