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Hastío y estío

Yolanda Díaz, malos tiempos para la lírica

«La vicepresidenta y ministra sigue sin dar señales públicas ni en sus redes sociales respecto a la noticia del niño asesinado en Toleado»

Yolanda Díaz, malos tiempos para la lírica

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. | Diego Radamés / Europa Press / ContactoPhoto

Las prioridades de este Gobierno ya sabemos que son muy extrañas. Prefieren provocar ruido que elaborar una música sobre la que bailar para celebrar que han tomado una buena decisión, o que por fin han hecho algo que está bien.

Yolanda Díaz sigue siendo a día de hoy la vicepresidenta segunda del Gobierno y la ministra de Trabajo. Estar en el podio jerárquico del Ejecutivo le haría tener que estar obligada a seguir la más radiante actualidad del país donde ejerce dichas funciones. Pero ella prefiere seguir viviendo en el pasado, que es el único lugar donde no puede solucionar ni hacer nada, pero tampoco estropearlo. Es lo único bueno que tiene mirar hacia atrás.

Este domingo en Mocejón, un pueblo de la provincia de Toledo, un niño de 11 años fue apuñalado en los vestuarios de un centro deportivo cuando iba a jugar un partido con sus amigos. De momento el asesino sigue fugado y se está a la espera de dar con él.

Pues ante tan impactante noticia, y que Yolanda Díaz debería conocer, pues va en su cargo estar informada de lo que ocurre en España y más aún si es una noticia de una gravedad como esta, la vicepresidenta segunda del Gobierno prefiere recordar a Federico García Lorca en un tuit donde el principio no puede ser más lamentable, más aún cuando estaba caliente la tristeza sin fin de una madre que se acaba de enterar de que acaban de asesinar a su hijo. Así comienzan las desafortunadas palabras elegidas por ella: «Su madre Vicenta no pudo peinar más sus rizos porque el franquismo decidió fusilar a su hijo Federico. Hoy hace 88 años que fusilaron a Lorca y lo tiraron en una cuneta. Mucho que reparar».

Hay mucha tela que cortar en estas palabras. Sorprende querer homenajear al genial poeta granadino de la generación del 27, y acordarse de él a los 88 años de su muerte. No es una fecha redonda, ni es el 50, ni el 75 aniversario, ni siquiera el primer centenario. A no ser, porque esta gente no suele dar puntada sin hilo, quiera aludir a ese significado nazi del número 88, aludiendo a la situación de la letra H en el abecedario, la octava, que simbolizaba la frase «Heil Hitler».

Por otra parte, hablar de una madre que no va a volver a peinar los rizos de un hijo que tenía 38 años cuando fue fusilado de manera atroz e infame por el bando nacional, es una manera bastante superficial, algo en lo que nuestra vicepresidenta sí es coherente y constante, por no decir lo que realmente pienso, pero que como usted no quiere, yo tampoco seré el pardillo que lo haga. Un servidor supone que una persona de 38 años, como García Lorca, llevaba tiempo peinándose él solito. Lo que tengo bastante claro es que la madre del niño de Mocejón sí que habría peinado a su hijo estos últimos días.

Cuando escribo esto son casi las seis de la tarde y la noticia saltó antes del mediodía. La vicepresidenta y ministra sigue este lunes sin dar señales públicas ni en sus redes sociales respecto a la noticia del niño asesinado. Yolanda Díaz volvió a preferir instalarse en la superficialidad de lo que no tiene solución antes que preocuparse por los familiares y amigos de un niño que le acaban de arrebatar la vida. Quiso ser lírica y poética. Recordar al genio de obras como Poeta en Nueva York o Romancero Gitano. Pero volvió a elegir un mal momento. Como cuando decidió hacer como otras mujeres famosas españolas y sólo celebrar las medallas conseguidas por las féminas de la delegación española en los Juegos Olímpicos.

Y es que señora Yolanda Díaz no son buenos tiempos para la lírica, y menos cuando se está en puesto de su responsabilidad y ocurren sucesos como los de este niño. Si lo necesita le diré lo que pienso de la dictadura franquista. Fue algo criminal, dantesco e infame. Sólo defendible por los que no tienen corazón para apenarse por la muerte de un menor de una manera violenta. Qué rápido movió los dedos para felicitar a las waterpolistas por su gesta y que cualquier cosa que se diga positiva de ellas es poco. Pero cuanto le está costando dar el pésame a una familia que en lo que menos piensa es en como peinaban a ese niño.

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