Votos para el PSOE
«En los tres grandes temas de la legislatura, financiación autonómica, corrupción y vivienda, la trampa está servida al PP»
Los podemitas fueron y son tan desvergonzados que no ocultaban su admiración a Carl Schmitt, el gran teórico de la jurisprudencia nazi. El hijo de la gran chingada explicaba allá por 1922 que el momento era excepcional, así que se podía hacer una excepción a la norma con el fin de sustituirla por esa excepción. Lo había copiado del fascismo italiano, que a su vez lo había copiado de los bolcheviques, los minoritarios que triunfaron a base de sangre y fuego en la revolución rusa.
La palabra excepción, sinónimo de singularidad, o singularidad misma, es la clave del acuerdo catalán, y sustituye a la norma tributaria vigente, viga maestra sobre la que construye su gobierno el catalanismo excluyente de Illa. Hagamos caso a los medios del falso socialismo y no le llamemos concierto, llamémosle singularidad, sabiendo que la singularidad es la marca del fascismo azul y del fascismo rojo. Los dirigentes del falso socialismo dijeron a los periodistas que Junts estaba muy «duro» para aplicar la amnistía cuando se estaba cocinando e incluso cuando ellos mismos la habían cocinado, y al final la aplicaron. Era una trampa, ahora se va intuyendo. Ocurre que ese tipo de trampas, de una habilidad asombrosa, se dio en la transición entre políticos de altura; los de hoy son unos copiotas. También decían los periodistas lameculos del falso socialismo que había que leer la letra pequeña del proyecto de la Ley de la Amnistía; cuando salió les desbordó.
Estamos en las mismas con la singularidad de la tributación catalana, que hay que esperar, que Junts está muy duro, pero saldrá. El falso socialismo encontrará la manera de mantenerse en el poder, de premiar el interés personal sobre el público, y conseguirá los votos necesarios.
El falso socialismo ya está preparando la trampa, diciendo que hará esto y lo contrario para hacer justo esto y lo contrario y, en la ceremonia de la confusión, culpar al PP y ganar votos, porque el falso socialismo ya está en campaña electoral. El capitán de la nave pide que los súper ricos no se compren súper coches; les va a subir los impuestos. Lo que no va a hacer es dejar de subvencionar sus empresas, tampoco les va a obligar a pagar sueldos justos y a contratar a trabajadores de más de cincuenta años (la mitad de los parados). Como nadie sabe a ciencia cierta dónde han ido y dónde están yendo las decenas de miles de millones de la Next Generation, el falso socialismo amenaza a la gran empresa con negarle los fondos o hacer una regulación restrictiva a favor de los trabajadores, todo bajo la mesa. Pero coño, es su obligación, defender a la clase media y a la clase trabajadora; lo que no hace, razón principal por la que hay que echarles.
Siguiendo con la trampa, Sánchez dijo que convocaría a la Conferencia de Presidentes en torno al tema central de la vivienda. Ahora, negando lo anterior, el jefe de la pista va a recibir a los presidentes uno a uno. En cada visita, o después, para intentar tapar lo singular de la tributación catalana, va a condonar la deuda de las CCAA, condonación irreal, ya que de una manera u otra los españoles tendremos que pagarla. Y encima, dado el pastizal de la Next Generation que sabemos que existe, pero que no sabemos dónde está, va a regar a las CCAA con una lluvia de millones. Los presidentes populares lo aceptarán, de lo contrario los ciudadanos no se los perdonarán. En consecuencia, Pedro el guapo se convertirá en Pedro el Salvador.
Así se maquillan malamente las cuentas. El PP, quiera o no, se va a tragar la trampa. En ese tema los votos son para el falso socialismo o irán a la abstención.
El segundo asunto es la corrupción. Cuando entrego este artículo, los «perros fieles», en palabras de Montero, del comité federal del falso socialismo ya se han reunido para hablar de la financiación catalana. Serán pocas las voces contrarias y no se harán oír muy fuerte, salvo honrosas excepciones, pues se quedarán sin trabajo cuando ya no estén al mando de esa organización. En el congreso de diciembre, Sánchez cambiará toda la cúpula de ese partido, la ejecutiva y el comité federal, y antes habrá cambiado a todo el Gobierno, esto es, habrá quitado del foco a todos los casos de corrupción del caso Koldo. Esa gente, contraria a la clase media y a la clase trabajadora, encontrará acomodo en puestos de trabajo con sueldos de infarto, razón por la que jamás criticarán a Sánchez. El PP perderá la batalla de la corrupción también. El falso PSOE hará de algo que no existe, la familia de Feijóo, un caso de corrupción, y el caso que existe, el caso Koldo, estará fuera de los focos. El caso Begoña ya será poca cosa: atacan a la mujer del presidente para cebarse con el presidente. El que ha robado ha sido la pareja de la presidenta de la CCAA de Madrid, caso que ni ha zarpado. El mundo al revés. Aquí el PP también pierde en votos o van a la abstención.
Que se vaya olvidando el PP de las resoluciones judiciales o del ruido mediático judicial en los casi tres años que quedan para las elecciones. La nueva jefa de los jueces ha pedido que los políticos dejen de dar instrucciones a los jueces. Es catalana e íntima de la ministra de Defensa, blanco y en botella. El CGPJ tiene que hacer 123 nombramientos en los próximos tres años en las Salas del Supremo, en los Tribunales Superiores de Justicia y en las Presidencias Superiores de Justicia. En todos esos nombramientos, cuando existan piezas separadas o vayan saliendo nuevos casos de corrupción relacionados con el falso socialismo, aunque sean de «baja intensidad», los nuevos magistrados los taparán. En cambio, los que se puedan conectar con el PP serán magnificados.
En el segundo asunto, en el de la corrupción, el voto será para el PSOE o irá a la abstención.
El tercer tema es el de la vivienda. No conozco a nadie de clase media ni de clase trabajadora que pueda comprar o alquilar una vivienda. Los alquileres en Madrid, Baleares, Valencia y Andalucía ya están más altos que el sueldo medio. Hay más de un millón de viviendas en alquiler de quince metros cuadrados, una vergüenza. Esto es una invitación clara a un estallido social. El falso socialismo puede decir que la culpa es del PP, pues la vivienda es competencia de las CCAA, la mayoría del PP, pero es que hasta casi hace un año el falso socialismo gobernaba gran parte de las CCAA. En mencionado asunto, a tres años vista, el PP también se traga la trampa y los votos van a la abstención o al PSOE.
En resumidas cuentas, estos son los tres grandes temas de la legislatura: financiación autonómica, corrupción y vivienda. En los tres temas, la trampa está servida al PP. En los tres el voto va al PSOE o a la abstención.
El falso socialismo sabe mucho de táctica, visión política a tres años vista, lo que queda de legislatura, y poco de estrategia. La nación espera de sus políticos la virtud de la estrategia y no la necedad de la táctica. Se divisa la punta del iceberg del falso socialismo; lo que hay debajo, oscuro y profundo, da miedo, a algunos.