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OPINIÓN

Pilar Alegría y su párrafo revelador

«Los socialistas llaman ‘igualdad de oportunidades’ a un incremento insostenible del gasto público, regulaciones laborales que ocultan el verdadero número de parados y un aumento del salario mínimo que asfixia a las microempresas»

Pilar Alegría y su párrafo revelador

La ministra de Educación, Formación Profesional y Deporte, Pilar Alegría, interviene durante una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados. | Eduardo Parra (Europa Press)

La señora Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz del gobierno, podría describirse como una hooligan del sanchismo. Su papel es defender la obra de un Gobierno encabezado por un mentiroso sin escrúpulos. Con esos antecedentes, carecería de relevancia analizar lo que pueda decir la señora portavoz. 

Sin embargo, poco tiempo atrás, Pilar Alegría pronunció en el Congreso de los Diputados un párrafo revelador. Revelador al mismo tiempo de la tergiversación ideológica propia del socialismo y de su carácter empobrecedor. El párrafo es el siguiente, dirigido a la bancada de la oposición:

«¿De qué tipo de igualdad hablan ustedes? La que nosotros defendemos es la igualdad de oportunidades; la que ustedes defienden es una igualdad solamente para todos aquellos que se la pueden pagar. Porque la igualdad de oportunidades en este país se consigue subiendo el salario mínimo interprofesional, se consigue aprobando una reforma laboral que ha generado más de 21 millones de trabajadores en este país, se consigue subiendo un 80% las becas a nuestros jóvenes, se consigue revalorizando las pensiones a nuestros mayores para que tengan una mejor calidad de vida».

No sé qué le respondieron. Pero la única respuesta que cabría esperar, por ser la única compatible con la libertad y la prosperidad, es que se hablaba de la igualdad ante la ley. Lo que defiende la señora Alegría, una supuesta «igualdad de oportunidades» y los medios que señala para conseguirla, atacan el derecho de propiedad, son insostenibles o falsos. 

La subida del salario mínimo, de 54% desde 2018, se ha hecho violando el Estatuto de Trabajadores, que establece que el mismo debe fijarse teniendo en cuenta el IPC (19,4% en el mismo período), la productividad (que cayó 2,9%) y la coyuntura económica general (España continúa teniendo la mayor tasa de paro de la UE).

En cuanto al empleo creado, habría que empezar puntualizando que uno de cada cuatro nuevos empleos desde 2019 han sido en el sector público. Del empleo privado, el 64% se creó en grandes empresas, al mismo tiempo que las microempresas no han creado ni un solo empleo desde 2019. ¿Por qué? Porque el sanchismo las aplasta con impuestos, regulaciones y un salario mínimo que, simplemente, no pueden pagar. De haberse seguido la tendencia que traían hasta 2018, las micropymes deberían contar hoy con unos 350.000 empleados más. No hay «igualdad de oportunidades» para los pequeños empresarios ni sus empleados.

Tampoco hay que olvidar que entre un 15% y un 20% del nuevo empleo privado se explica por el personal de reemplazo que las empresas deben contratar debido a que las bajas por enfermedad duran más que nunca. Ese pase mágico permite al Gobierno contar dos ocupados por un mismo puesto de trabajo: uno trabaja, el otro está de baja. Si sumamos los empleos improductivos que surgen al calor de la avalancha normativa, podemos entender que el máximo histórico de empleo no es solo fruto de un mayor nivel de actividad, sino que también inciden elementos que lo discutible.

El aumento de las becas y pensiones se financian con una deuda pública creciente y una presión tributaria asfixiante. Ninguna de las dos cosas es sostenible. Desde que Pedro Sánchez entró a La Moncloa por la ventana, la deuda pública crece a un ritmo medio de 5.900 millones de euros por mes, lo que equivale a unos 280 millones cada día laborable o casi 12 millones por hora, incluso mientras dormimos. El descontrol de las cuentas públicas deberá ser atendido en algún momento, lo que creará grupos de ganadores y perdedores, provocando nuevas violaciones a la igualdad ante la ley. 

Los socialistas creen sus propias mentiras o realizan un ejercicio de cinismo: llaman «igualdad de oportunidades» a un incremento insostenible del gasto público, regulaciones laborales que ocultan el verdadero número de parados y un aumento del salario mínimo que asfixia a las microempresas, mientras limita la posibilidad de conseguir un empleo a jóvenes y personas con menos formación. Un resumen del significado práctico del sanchismo. 

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