Es Navidad, huyan o disfrútenla como se merece
«Excédanse en estos días, si es lo que desean, o hagan todo lo contrario y conviértanse en el mejor de los aguafiestas»
Esta noche es Nochebuena y puede que ustedes no tengan ganas de ver a ese familiar o a esa persona con la que le separan tantas cosas, que la cercanía impuesta por la tradición sólo consigue incrementar la animadversión. Hagan como los políticos en el Congreso y sean una «familia» mal avenida, pero en la que todos se benefician de serlo. Cada uno es de su padre y de su madre, se hablan en idiomas distintos, como su primo de Durango con usted, o la novia de Hospitalet de su tío, pero eso sí, ustedes sin «cacharros» que les traduzcan esas conversaciones tan amistosas. Con o sin traductor, el mensaje suele quedar en un limbo flotante que nunca toca los oídos ni el entendimiento del emisor y del receptor del mismo.
Puede que tampoco les tocase la lotería el domingo pasado. A un servidor era imposible que lo hiciese, pues hace muchos años que no juego. El día que me toque pensaré que estoy en el Gobierno de Sánchez y que algo no muy limpio ha pasado para mi enriquecimiento. No soy nada envidioso con la felicidad de los desconocidos. Ver en los informativos cómo en distintas ciudades de España celebran a cara descubierta la alegría es hoy más que nunca un acto de rebeldía. Descorchar cava (el champán llegará cuando se cobre el billete), mientras enseñan sus décimos premiados a la cámara, explica como pocas cosas la lógica enajenación transitoria. Nadie saldría a dar una vuelta después de sacar dinero del cajero con un fajo de billetes en la mano y mostrándoselos al personal. Pasear por las calles mientras te abanicas al aire que dan los billetes de cincuenta euros. La gente guarda el dinero en la cartera o en el bolsillo del pantalón o de la chaqueta. Lo que no hace es comprarse un cartón de Don Simón o una «yonkilata» de Mahou mientras hace aviones de papel con la guita. La locura es felicidad, y la felicidad es locura. Eso creo que lo tenemos todos bastante claro.
Excédanse en estos días, si es lo que desean, o hagan todo lo contrario y conviértanse en el mejor de los aguafiestas. Amárguese de manera sublime. Sea incapaz de no ver la falsa alegría de los demás. Siéntase solo, triste, desplazado, si es lo que desea. También puede brindar por cualquier motivo, celebrar que ha salido el sol o que le han crecido las uñas de los pies, cualquier excusa es buena estos días para mamarse como un piojo con ese compañero de trabajo de higiene descuidada o con ese jefe intermedio, que es el único más pringado que usted en su empresa. Sólo voy a ser taxativo en una cosa, las comidas o cenas de empresa deberían estar prohibidas por ley. Para una cosa donde Pedro Sánchez podría ponerse autoritario sin repercusión alguna, va el tipo y para llevarle la contraria a la razón en todo, decide fastidiarnos atragantándonos hasta en ese día. Tendría que hacer caso a Alvise, aunque sólo sea en esta ocasión, y que se acabase esa fiesta, si es que se puede llamar así a estar con unos compañeros de trabajo insoportables y unos jefes de tiranía variable.
Huyan si no les gustan estos días a un lugar cálido y con mar. Lleven la contraria a la imagen establecida de estos días. Planten un pino de Navidad, pero en su baño. Hagan un muñeco de nieve con el azúcar congelado que echan al café amargo de cada mañana. Báñense en las Canarias y no se quiten el bañador ni para ir a dormir. No se pongan una bufanda ni para estrangular a esa persona que tanto lo merece. Pero si usted disfruta de la Navidad, hágalo sin complejo. Vaya a la Misa del Gallo. Ponga un Belén tan grande y completo en su casa que haya riesgo grave de que usted no tenga espacio en ella y tenga que quedarse a dormir fuera. Cante villancicos en la cara de los que dicen «felices fiestas» porque su ateísmo es más profundo con un católico que con un musulmán o judío.
Y si llegan los Reyes Magos y sólo les trae carbón o directamente nada, no se preocupen. Un pajarito me ha dicho que a este Gobierno le queda muy poquito, y ese regalo sí que es difícil de igualar. Sean libres o al menos inténtenlo. De lo que no hay duda es que estos días son estresantes para todos, así que relájense y disfruten.