Albert Rivera y los dos monstruos
El exlíder de Ciudadanos ha revelado lo que piensa de verdad sobre el sistema de pensiones de nuestro país
Albert Rivera, exlíder de Cs. | EP
Albert Rivera ha vuelto a ser noticia por unas declaraciones en el podcast Búscate la vida, que presenta José Elías. Un empresario que lleva un tiempo siendo conocido por ir a distintos programas de televisión a decir que es millonario gracias a sus buenas decisiones empresariales. También intenta desde su experiencia y su perspectiva, dar consejos para que la economía tanto a nivel individual como colectiva de los españoles, y de España como país, sea mejor.
A ese podcast se presentó como invitado Albert Rivera. El ex fundador y líder del partido Ciudadanos apareció con una barba de pocos días, para un servidor, algo mal cuidada. Dejar la vida política conlleva una relajación no sólo interior, sino también exterior. Uno pensaba que lo desaliñado era algo propio de la política, pero la paz que otorga dejarla hace que uno se olvide, por fin, de la imagen que tiene que dar, y se muestre como quiere. Todo iba bien, el ambiente era distendido, ninguno de los dos buscaba polemizar con el otro, sino todo lo contrario. Tanto que hasta se peloteaban sin ningún tipo de circunloquios. Rivera habló de lo importante de tener empresarios en España como José Elías para la economía de un país y su empleo. Pero cuando uno se relaja baja la guardia, y eso es algo que nadie se puede permitir y menos un político o ex político, que en este caso da lo mismo.
Albert Rivera fue preguntado por el sistema de pensiones en nuestro país. Y en ese momento dijo lo que pensaba de verdad, y por tanto se produjo el lío: «A mí lo que me mosquea mucho del tema de las pensiones, que lo he hablado, y ahora con más libertad, lo reconozco, en política es muy complicado porque si vas a decir una reforma te dice tu asesor “oye no digas esto que se cabrean los pensionistas». Pero, bueno ahora que soy libre, ya que he dimitido, que sirva también para poder decirlo, es que tiene un componente de estafa piramidal. La gente que nos está viendo pensará, yo cotizo porque esto es para mi pensión, esto va para una cuenta que es mía. Y no es así, cotizamos a una caja que paga las pensiones vigentes, pero que nadie garantiza que van a pagar las nuestras. Pensamos en el espejismo. La caja de las pensiones está vacía, es sólo una expectativa, y no hay ninguna ley a la que agarrarse para pedir, cuando nos toque, un dinero que creemos que es nuestro”.
No deja de ser irónico que el “sistema” no pueda garantizar lo que será de nosotros en el futuro, y que un grupo punk, y por tanto “antisistema” como los Sex Pistols, fueran los que se adelantaran de forma visionaria a lo que nos iba a ocurrir con una de sus estrofas de su canción más conocida “No future”. A nosotros no nos salvará ni Dios ni la Reina Leonor.
Al personal lo que más le ha llamado la atención es que no vayamos a tener pensiones de manera garantizada por mucho que se cotice. Pero éramos bastantes a los que las cuentas no nos salían desde hace tiempo, y un servidor no es precisamente un “lumbreras” en macroeconomía. Pero a mí lo que me ha sorprendido, y no mucho, es un político o ex político que reconoce haber mentido o si prefieren no decir toda la verdad, por estrategia y cálculo electoral. Hacer caso a un asesor que le desaconseja llevar a cabo una reforma por miedo a perder votantes. Pero todo esto tiene muchas capas de profundidad. Se podría pensar que los políticos piensan que el pueblo no está preparado para soportar una verdad dura y es preferible que siga viviendo en los mundos de Yupi. O que queremos vivir en ese mundo ilusorio. O directamente que la mentira es algo necesario para conseguir los objetivos en política. No saber lo que será de nosotros nos aterra, y a la clase política le importa un bledo. A ellos lo que les importa es el presente político y beneficiarse de un poder que si les garantizará su futuro.
Mirando hacia atrás en la trayectoria política de Albert Rivera, estas declaraciones nos dejan con más dudas. No pactar con Pedro Sánchez fue idea suya, de un comité del partido o de los asesores. Hubo estrategia electoral pensando en el futuro o se pensaba que era lo mejor para España. Visto con el tiempo todavía no se sabe si fue una buena o una mala decisión. Puede parecer bueno no haber pactado con ese siniestro personaje y haberse librado de estar relacionado con él en sus turbias maneras de entender la política. Pero también una decisión fatal. Puede que la presencia de un partido de “centro” en el Gobierno, hubiera conseguido fiscalizar y controlar los planes de Pedro Sánchez, o que estos hubieran sido otros. El único innegociable para él es el poder, pero su ideología pende de un hilo más o menos nacionalista, más o menos progresista, según interese.
Que para decir la verdad de lo que pasa en la política haya que estar fuera de ella, habla del oscurantismo de esta, de un sistema y una democracia deficitarias y débiles, muy mejorables. Si en un partido como Ciudadanos que no tocó poder ni fue corrupto estaba con estas cosas, qué se puede esperar de lo que habrán hecho, hacen y harán los “dos monstruos” para permanecer en el poder.
