¿Sumar existió o fue un sueño de Resines?
«Sumar y Yolanda Díaz han decidido dejar la red social X. Espero que hayan podido digerir tan impactante suceso»

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Puede que ustedes no se hayan enterado. Seguramente utilizarán la excusa de que están ocupados con cosas más importantes. Que tienen que trabajar para poder pagar el alquiler o la hipoteca de las cuatro paredes donde se protegen del cada vez más chirriante ruido de la calle. En que tienen que ser unos genios de las matemáticas para que todo cuadre en su economía doméstica. En la educación que reciben sus hijos y el mundo tan inhóspito que les depara el futuro. En pensar en ese viaje que tienen tantas ganas de hacer para olvidar una realidad laboral que les desmotiva y tiraniza con la misma intensidad. En cosas más frívolas como que su equipo de fútbol gane la liga o no baje a la Primera RFEF como es mi caso. En que esa mujer u hombre que tanto les gusta por fin les haga el mismo caso que ocupa en sus pensamientos. Y así podrían ponerse de perfil todo lo que quieran para intentar justificar el porqué de que no se hayan enterado de la noticia más importante de lo que llevamos de año. La voy a soltar a bocajarro. Sumar y Yolanda Díaz han decidido dejar la red social X, antes Twitter. Espero que hayan podido digerir tan impactante suceso, aunque entiendo que habrán necesitado beberse varios vasos de agua.
Puede que ustedes hayan estado especialmente ocupados estas últimas 48 horas. Que se hayan seguido informando en su informativo de televisión de confianza, o en la emisora de radio que ya saben sintonizar con los ojos cerrados, y que no hayan dicho nada sobre esta noticia que debería cambiar el paradigma sociocultural y político del mundo. En los periódicos digitales y de papel tampoco lo han destacado como para tener que publicarlo.
Está claro que hay una conspiración judeo-masónica contra el partido político que ha venido a salvarnos a todos, especialmente a los españoles. No he podido evitar que los ojos se me llenaran de lágrimas al leer el mensaje de despedida de esa formación política en esa red social. «O fascismo o democracia. Adiós». Y es que todos sabemos que ha tenido que venir un partido como Sumar a la política para poner en el centro del debate político palabras como la bondad, y que ellos la predican con el ejemplo. Todo lo que no esté de acuerdo con sus preceptos es fascismo, nada de medias tintas, que pueda emborronar un planteamiento tan simple. Si no estás conmigo, estás contra mí, y me enfadaré mucho contigo, tanto que me llevaré el balón a casa para que no puedas seguir jugando si no me dejas marcar los goles con la mano. Que para eso el balón lo bajé yo al parque. Pues ahora hago lo mismo en X. Un partido que le daba lustre y esplendor a esa plataforma dirigida ahora por el mismísimo demonio. No habéis querido escuchar la palabra de la «diosa roja» que se convierte en pájaro carpintero. Con nuestra salida esto se convierte en un descampado. Un páramo. Un terreno yermo. Un lugar frío y desamparado.
Un servidor se alegra de tener la oportunidad de escribir en un periódico de la relevancia y el seguimiento de THE OBJECTIVE, porque he podido poner mi granito de arena para que esta noticia no se haya quedado en tierra de nadie y nuestros muchos lectores se hayan podido enterar. Haber contribuido a una gran labor social como la ONCE, porque como ellos, hasta ahora nadie había visto la noticia. A Yolanda Díaz y su partido, no le gusta un empresario que apoya en su libertad a un candidato a presidir los Estados Unidos con el que no comparten su manera de hacer política. Se les llena la boca hablando de democracia, pero luego no respetan lo que ha elegido el pueblo. Todos los extractos sociales y raciales han votado mayoritariamente a Trump. Las personas de raza negra, los latinos y el resto de extranjeros, y las mujeres han preferido al líder republicano, pero parece que esa democracia no le gusta a un partido que ha defendido y defiende regímenes comunistas autoritarios, valga la redundancia. Lo último ha sido querer sacar de contexto el levantamiento de brazo realizado por Elon Musk acusándole de realizar el saludo nazi. En el vídeo se ve claramente como la mano va desde su corazón y como extiende su brazo hacia el público presente. «Mi corazón es para todos vosotros», dice de manera clara. Mentir debería llevar consigo la insignificancia y el vacío a quien lo perpetra. Puede que la justicia poética esta vez sí que haya llegado a tiempo. Nadie se había dado cuenta del abandono de este partido y de su líder de esta red social, y pronto nadie recordará a un partido que…. ¿alguna vez existió? Parece más un sueño de Resines.