Sánchez ya tiene su Musk
Tras el golpe palaciego en Telefónica, el presidente del Gobierno sigue el implacable modelo de Trump

El nuevo presidente de Telefónica impuesto desde Moncloa, Marc Murtra. | Eduardo Parra (Europa Press)
Los hechos los viene contando con precisión y minuciosidad Fernando Cano en THE OBJECTIVE. Marc Thomas Murtra Millar manda en Telefónica como premio a su disponibilidad para seguir los planes de Pedro Sánchez durante su gestión en Indra y en el frente político catalán. La llamada a la mismísima Moncloa a Álvarez-Pallete es todo un símbolo de esa subordinación.
El intervencionismo del Gobierno socialista en la economía ya ni siquiera se refugia en el Ministerio de Economía. La Moncloa se quita la careta y Pedro Sánchez asume en primera persona la injerencia en las empresas, no solo en las públicas, porque no creo que con el porcentaje pagado por el Gobierno se atreva a decir que Telefónica es hoy una empresa pública, simplemente es una empresa sometida o, al menos, gravemente condicionada. Con este golpe de mano logra una situación óptima tanto para manejar información sensible en procedimientos judiciales abiertos y por llegar, como para controlar completamente los procesos digitales electorales.
Marc Murtra, no solo es parte fundamental del entramado político-económico de la Cataluña que gobierna Illa en minoría. Está llamado a ser el enlace privilegiado, el Elon Musk con la que el propio Sánchez ha llamado la tecnocasta, que si en el paisaje nacional no es para impresionar, la dimensión exterior de Telefónica le añade posibilidades de poder. Cualquier cosa puede ocurrir. La ambición de este presidente no reconoce fronteras.
Ahora ya no arriesgamos una opinión sobre el paripé del Gobierno con la empresa saudí STC. Aquellos fingidos escrúpulos, aquellas llamadas de atención a las intenciones de los multimillonarios saudíes, aquello de que el Estado volvía al capital de la tecnológica como un freno y contención a las ambiciones de los árabes, todo era un aparatoso montaje para llegar hasta aquí. Hacía falta, no obstante, un tercer actor de relieve y ese ha sido Criteria, o sea, La Caixa, de la que el Gobierno es señalado accionista por accidente y no va a dejar de serlo, por la cuenta que le tiene, pese a sus promesas iniciales. Sánchez le ha cogido el gusto a lo de ser banquero por persona interpuesta. Que tiemble Isidro Fainé, que también tiene sentado a Murtra en la Fundación de La Caixa
El festejo intervencionista y plutocrático-tecnológico de Sánchez, que nos recuerda mucho al aparato creado por Donald Trump, está en su apogeo. Vayan preparándose todas aquellas empresas a las que el señor Murtra señale como objetivo. Los planes del inefable exministro y hoy gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, avanzan inexorablemente hacia la creación de campeones tecnológicos, que ahora sabemos que estarán de una u otra forma en manos de la parte socialista del Gobierno, que en realidad es lo que se buscaba.
Con esta situación de desaforado intervencionismo, las empresas privadas, especialmente los miles de pymes contratistas de Telefónica y hasta muchas start-ups, ya saben de qué lado deben ponerse si quieren seguir. Sigan el ejemplo del Banco de Sabadell y vengan a la disciplina gubernamental, que aquí es donde hay futuro. Mangoneo y abusos, pero futuro.
No hace falta más que escanear el ambiente de control que el Gobierno socialista está creando. Pánico fiscal, inseguridad en la asignación de fondos europeos, arbitrariedad frente las empresas privadas, léase BBVA y, por si faltaba poco, toda la información en sus manos.
Como para salir corriendo.