The Objective
OPINIÓN

Fakejoo

«En el PP se creen que el coche se conduce solo y que es cuestión de poco tiempo que alcance la ‘pole’»

Fakejoo

Ilustración de Alejandra Svriz.

A un servidor le gustaría ser avisado cuando Feijóo se haya despertado de ese estado de coma que va para tres años. Que no hay nadie al volante del Partido Popular es algo evidente. En esa organización se creen que el coche se conduce solo y que es cuestión de poco tiempo que alcance la pole. Que el resto de vehículos se irán saliendo de la carretera por su impericia para la conducción y que ellos con tal de no quedarse tirados en ninguna cuneta les valdrá para ganar la carrera.

Pero Feijóo, del que cada vez dudo más que ni siquiera tenga el carné de conducir, se le ve muy tranquilo a una sopa boba, que si no tiene cuidado le va a arder en el paladar y en el estómago. Un servidor, y esto no es broma, tuvo una novia que se le cayó el plato de sopa que se iba a cenar sobre su estómago y tuvimos que ir a la unidad de quemados del Hospital de la Paz y quedarse allí aquella noche por unas quemaduras de segundo grado. El despiste de Feijóo es tan grande que no sabe por dónde le da el aire necesario para enfriar esa sopa y hacerla digerible. 

Fakejoo, porque es imposible que este señor sea el original que presenta un partido con probabilidades reales de llegar al Gobierno, sino la copia falsa del que durante casi dos décadas ha gobernado Galicia con la mano de hierro que da tener mayorías absolutas. Ha podido hacer y deshacer a su antojo. Elegir los momentos y dormirse en los laureles. Y ahí se ha quedado, en esos laureles que ejercen de una almohada adherida a la realidad durmiente del líder del Partido Popular. 

No está claro si Fakejoo está durmiendo el sueño de los justos, de forma tranquila, sin cargos de conciencia, por haber llevado una vida ética y moral. El mal se puede hacer de manera activa, como hace su principal rival político, este sí, muy despierto a la hora de querer mantener el poder a toda costa. Que Pedro Sánchez duerme con un ojo abierto es algo que tengo más que claro. Un estado de duermevela eléctrico donde nada es corriente ni en su mundo onírico ni a la hora de presidir el Gobierno. Pensar por la parte de Fakejoo que se hace el bien con el simple hecho de estar y no molestar, no entiende cómo funciona la cosa política, o prefiere vaguear pues cree que conseguirá lo mismo que si se esfuerza. 

Hay una canción de Vetusta Morla que dice: «Dejarse llevar suena demasiado bien». Y es verdad. Dejarse mecer por las aguas tranquilas de un lago dulce. Flotar sobre ellas mientras las nubes no son un estorbo para ver el cielo azul y menos aún las gaviotas de un logotipo que le es muy familiar. Pero el tiburón, a diferencia del elefante entrando en una cacharrería, acecha de manera sigilosa, pero precisa. La dentadura de Sánchez está limada de manera perfecta, y ejerce una presión cuando aprieta de la que es casi imposible escapar. Fakejoo es un «pezqueñín» de esa campaña que hubo en televisión cuando a un servidor casi no le habían salido los dientes, que pedía no pescar los peces de poco tamaño. Algo insignificante en la gran boca de un escualo como Sánchez. Fakejoo, si te dejas llevar, el tiburón te devorará o te ahogarás en la marejada creada por tu saliva retenida. 

Otra canción del malogrado y maravilloso Antonio Vega decía: «Se dejaba llevar, se dejaba llevar por ti, no esperaba jamás, y no espera si no es por ti». En la canción ha habido dudas de si se refería a un amor o a la droga. Todo da a entender que fue a esta última, y esto es lo que le puede pasar a Fakejoo. La droga para un político es obtener el poder. Ganar las elecciones para que esto ocurra. Hacer todo lo posible para que así sea, y no estropear una buena estrategia cuando todo da a entender que se va a conseguir lo que se quiere. Fakejoo está en la parte de la canción en la que está esperando a recibir la presidencia del Gobierno. Se deja llevar por la comodidad de lo que cree seguro, y en esta vida lo único que es así es la muerte. Y puede que su muerte política llegue mucho antes de lo que se esperaba, siempre impredecible, más aún que la amistad y la fidelidad entre los componentes del mismo partido político. 

Señor Feijóo, que es el que a mí me interesa, no el otro, le voy a dar un humilde consejo sin ser yo nadie para darlos, y menos aún dándome igual lo que pase en su partido y también en el resto de ellos. Dé la cara antes de que se la partan y no sepa ni por dónde le han venido los golpes. No espere a que le pasen las cosas, búsquelas como hacemos cualquier persona normal de la calle. A nosotros no nos suele llegar a casa lo que necesitamos y queremos si no hemos puesto esfuerzo y ganas. Haga usted lo mismo y si no, siga mereciéndose estar en la oposición del Gobierno más fácil de poner en evidencia por todas sus acciones abyectas. 

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D