Ábalos y su Cenicienta de saldo y esquina
«Ábalos además de ser un romántico, es un hombre que siempre ha estado en primera línea de la lucha feminista»
Jésica, la prostituta que contrató José Luis Ábalos. | TO
La Guardia Civil ha localizado un túnel entre Ceuta y Marruecos usado para transportar hachís. Mi artículo no va a ir sobre ese tema, pero me parece relevante destacar las cosas raras que están pasando entre España y Marruecos, y cómo se silencian y no se profundiza en noticias como esta y otras relacionadas con ese país vecino. La mayoría de medios de comunicación o se han quedado en la superficie o directamente no han dicho nada sobre este hecho. Callar por miedo, por mandato o por otros intereses. Pero a un servidor le da en la nariz que la relación entre España y Marruecos va a ser nuestro principal conflicto exterior en muy poco tiempo, si no lo es ya. Iremos viendo cómo se van dando los acontecimientos.
Pero uno hoy quería escribir sobre algo más frívolo y cutre, como es la manera que tuvo Ábalos de elegir la manera de «enamorarse» de Jésica. Que el amor no se elige y que surge fruto del azar es algo que puede rebatir nuestro protagonista de este artículo. Como buen socialista del siglo XXI, abraza el capitalismo y el mercadeo con cualquier cosa o persona, pero también con los sentimientos, incluido el supuestamente más puro de todos. Ponerle precio al amor no debe ser fácil, pero tampoco debe serlo comprarlo. Qué establecimiento será el más fiable para hacerlo y que no te den gato por liebre. Que lo que compres sea realmente amor y no un sucedáneo. Sentir algo de cariño, pero realizado con desgana. Pero menos mal que para eso están los amigos. Para salvarte de ese apuro a golpe de móvil. Sacarse ese aparato del bolsillo del pantalón y que se abra un mundo de posibilidades donde el amor está por todas partes. Ese amigo se llama Koldo, «su chico para todo», desde lo más superfluo y banal hasta lo más necesario, profundo y elevado.
Ábalos, como buen adalid del socialismo moderno y capitalista, además de ser un romántico, es un hombre que siempre ha estado en primera línea de la lucha feminista. El amor utilizado para sacar a una mujer de la pobreza. Que la riqueza llegase a su cuenta bancaria, a la vez que también aumentaba la miseria moral de ambos. Porque el amor es sobre todo generosidad. Dar todo lo que tienes a la otra persona para verla feliz. Y si tienes que dar lo que no es tuyo, que mejor justificación que hacerlo en nombre del sentimiento que da sentido a nuestra existencia. Ser un Robin Hood del amor, pero en este caso no hacer distinciones entre ricos y pobres, y robarnos a todos.
Hay quien ha querido compararlo con el personaje interpretado por Richard Gere en Pretty Woman. Un hombre «bien posicionado» que se enamora de una mujer que mercantiliza con el corazón y con el resto del cuerpo. Que su primer hijo naciera el año del estreno de la película es simplemente una curiosa coincidencia. Y es que el amor siempre está en el centro de la vida de nuestro protagonista. El amor al poder, al dinero, o a las mujeres, un romanticismo llevado tan al extremo que no es comprendido por quien ama de manera pausada y racional. Además, el personaje de Richard Gere es un vil hombre de negocios, un lobo de las finanzas que busca aniquilar al adversario para enriquecerse. Y nuestro querido Ábalos, ha sido un hombre que se ha dedicado a la política en busca de una sociedad cada vez más justa y armoniosa. Un español orgulloso de serlo y que ha buscado lo mejor para sus compatriotas. Que ha toreado en todo tipo de plazas sin necesidad de ser torero como su padre. Tanto que a su forma de vivir sí que se le puede llamar la fiesta nacional.
Un servidor prefiere hacer símiles con películas españolas. Hay una de ellas que se titula ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? Protagonizada por Verónica Forqué y Jorge Sanz, y que son mucho mejores actores que Richard Gere y Julia Roberts. Dónde va a parar. Pero aquí el orden de los factores volvería a no ser importante a la hora de cambiar el orden. Y es que a Ábalos le va como anillo al dedo, él que ha repetido obstinadamente en ese error llamado Matrimonio, el porqué quieren decirle que sus males vienen por su necesidad de sexo, cuando lo que ha buscado siempre y ansía es el amor. Si le puso un piso en Plaza de España y un sueldo a Jésica, fue para que ese amor lo ocupara todo. El tiempo y el espacio. Y es que Lope de Vega se adelantó a cómo vive el amor nuestro particular héroe moderno:
«Desmayarse, atreverse, estar furioso, / áspero, tierno, liberal, esquivo, / alentado, mortal, difunto, vivo, / leal, traidor, cobarde y animoso; / no hallar fuera del bien centro y reposo, / mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, / enojado, valiente, fugitivo, / satisfecho, ofendido, receloso; / huir el rostro al claro desengaño, / beber veneno por licor suave, / olvidar el provecho, amar el daño; / creer que un cielo en un infierno cabe, / dar la vida y el alma a un desengaño; / esto es amor, quien lo probó lo sabe».
