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Opinión

Los futbolistas solo la saben meter

«Ya no buscan alcanzar la red y subir el marcador, al parecer se pierden entre las sábanas de sospechosas tentaciones»

Los futbolistas solo la saben meter

Iker Casillas y Joaquín Sánchez.

Que ya no creamos en la existencia del Olimpo no quiere decir que se hayan extinguido los dioses a los que adorar, aunque ahora sean figuras menos divinas y se presenten como criaturas más terrenales. Los seres supremos actuales son menos omniscientes pero igual de omnipresentes gracias al milagro de los medios de comunicación y las redes sociales, que nos bombardean con sus proezas, en ocasiones eclipsadas por otros aspectos más propios de nuestros tiempos, como sus llamativos tatuajes o sus peculiares estilismos. Deberían marcar goles, pero están más pendientes de marcar tendencia. Porque hablamos de superhéroes que visten equipaciones patrocinadas y corren por el césped con una pelota entre las piernas. Bueno, al menos es lo que esperamos de ellos, porque últimamente los futbolistas parecen tener las pelotas metidas donde no deben, entretenidas en otros menesteres: ya no buscan alcanzar la red y subir el marcador, al parecer se pierden entre las sábanas de sospechosas tentaciones.

Ni el Bernabéu, ni el Benito Villamarín, la casa de Claudia Bavel, estrella de OnlyFans, se nos revelado como sede oficial alternativa de La Liga, al menos para su versión senior. En la intimidad, sin el furor de la grada, pero con más gustirrinín, se celebran los goles o las paradas que salvan la portería. La catalana, extronista y coleccionista de estrellas, lleva paseando por los platós de Telecinco una ristra de mensajes de WhatsApp y otros souvenirs sentimentales de su colección particular que han acabado por ofrecernos una imagen distinta de la que podíamos tener de figuras como Iker Casillas o Joaquín Sánchez.

De Iker hemos descubierto su escaso talento para la sutileza a la hora de seducir («Te comeré, soy fan tuyo y tu cuerpo es mío. Madre mía, Claudia, hija mía, estás buenísima») y su facilidad para regalar likes a diestro y siniestro. Cuando la cosa se iba de madre y parecía condenado a convertirse en meme de tipo rijoso babeando, tomó radicales medidas legales. A Joaquín, niño mimado de Atresmedia gracias a su éxito como presentador (ahora mismo lo tienen con la familia en pleno protagonizando El capitán en América, donde ha llegado a grabar una boda en Las Vegas con su actual esposa, Susana Saborido), han salido a defenderle con recursos un tanto facilones.

La revista Lecturas tilda de trampa la relación del que fuera jugador del Betis con la estrella porno: «¡Ni que las conversaciones entre ambos se hubieran llevado a punta de pistola!» Sobre todo si, como parece, todo comenzó cuando el jugador ‘se quedó anonadado’ con una de las fotos publicadas por ella: «Pues era suave», le respondió, provocadora. «Si te apetece una copita me la tomo», se insinuaría el jugador durante un viaje a Barcelona. No pudo ser, pero algo parecido a una tensión sexual no resuelta flotaba en el ambiente: «Te iba a decir de tomarla aquí tranquilitos, pero ya es tarde. El día que coincidamos será de órdago». Claudia se quedó chafada y apostó por el todo o nada: «Jope, es que me has dejado con todas las ganas. Me tendré que tocar. Busca una solución para vernos». Que sepamos, se quedó con las ganas. O se quedaron, porque la respuesta de Joaquín parecía prometedora: «Estoy en ello».

El tipo de relación que mantenga el matrimonio Joaquín/Susana no nos incumbe, allá cada uno con su pacto privado de convivencia, pero ambos han salido a la palestra de las redes a mostrar su amor: «Siempre juntos». En Ni que fuéramos, Belén Esteban reveló que Joaquín mantuvo una relación de tres años con una mujer a la que Mediaset intentó fichar para una entrevista que fue finalmente paralizada tras una llamada del jugador a altos cargos de la empresa audiovisual. La colaboradora también ha reconocido que «Joaquín se ha equivocado y Susana le ha perdonado». ¿Cuántas veces?, se preguntarán ustedes: «Las que haga falta», ha sentenciado la patrona.

Pero quien mejor ha descrito el papel de Claudia Bavel en este agitado panorama matrimonial de las estrellas deportivas es la actriz Ares Teixidó, quien sufrió la infidelidad de su ex, el cómico David Guapo, entre las piernas de la misma modelo: «Durante muchos años no dormí por este nombre, pero imagino que ella no tiene ninguna culpa. Es como muy injusto juzgar a una mujer, me parece muy machista juzgar a una mujer cuanto tú tienes pareja. Ella lo habrá hecho lo mejor que ha podido o que ha sabido, no sé. Ahora, en la distancia, sé que el culpable era la pareja que yo tenía en ese momento por lo que me estaba haciendo».

Si a Iker y a Joaquín les han metido un gol, por mucho que echen balones fuera, la culpa es suya por jugar en un campo que no era el suyo.

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