Loles León, más española que el PP y Vox
«Han quedado como dos partidos que se mueven antes por sus inquinas que por sus supuestos preceptos»

La actriz Loles León. | Atilano Garcia (Zuma Press)
Loles León se estará preguntando qué ha hecho ella para merecer esto y que nadie quiera hablar con ella. Loles, eterna chica Almodóvar, aunque haya nacido en el año 1950, permanece atada, pero sin premio a la medalla de oro del Ayuntamiento de Barcelona. No hay submarinista de juguete que haga de su dolor algo más llevadero. Victoria Abril fue la elegida para hundirse en ese placer. Y es que aquí no hay quien viva, y más concretamente en la ciudad condal.
A la actriz Loles León le iban a dar la medalla de oro de la ciudad de Barcelona en una decisión tomada por el ayuntamiento de la ciudad. Querían hacer una demostración de amplitud de miras con alguien que eligió irse a vivir a Madrid hace cuarenta años. Una catalana para ellos en el exilio. Alguien que eligió vivir en territorio hostil, pero que su supuesto «buenismo» hacía no tenerlo en cuenta.
Todo se complicó cuando a Loles León le quiso hacer una entrevista un medio de comunicación, que aun conociendo el castellano, se obstinó en hablar en catalán con alguien que o no quería hablar en ese idioma o no lo conocía. Y ese fue el caso de la actriz. De algo tan pequeño, los nazi-onalistas catalanes decidieron hacer algo muy grande. Si la entrevistada hubiera sido Julia Roberts o Meryl Streep no hubieran tenido problemas en hablar en inglés, pero hablar en español es algo que les provoca una alergia a la altura de su falta de educación.
No les sorprenderá que al final no le dieran la medalla de oro de la ciudad. Los partidos nacionalistas catalanes, con su piel tan fina, se sintieron heridos en su orgullo y al final votaron que no se le entregase. La lengua antes que los méritos, cuando ellos de chupar saben bastante. Saliva tóxica que sí se atragantaran con ella, la muerte por fascistas no se las evitaba nadie.
Pero a las fiestas siempre acuden invitados sorpresa. Gente que lo último que te esperarías es que compartieran el mismo espacio de los que se suponen son sus antagonistas. Que la inteligencia es algo que se aleja todo lo que puede de los partidos políticos lo demuestra que a esa jarana se unió tanto el PP como Vox. Y también votaron en contra de que se la entregara ese premio a la actriz. Se podría pensar que estos dos partidos defenderían el uso del castellano que quiso hacer Loles León en esa entrevista, pero es que la coherencia es algo muy alejado de esas formaciones que lo único buscan es el beneficio personal e incentivar el odio y las diferencias con los otros partidos, aunque por una vez pudieras tener más cosas en común que en contra.
Es patético que PP y Vox, por una vez, estén de acuerdo con Junts y Esquerra Republicana. Y que lo hagan porque la actriz ha dicho multitud de veces que es votante del partido socialista. Eso es lo que no les ha perdonado ninguno de los dos partidos de la derecha española con representación en el Congreso. El odio y la bilis antes que defender a una mujer española por querer hablar en la lengua que ella quiere y que es oficial en todo el Estado español. Tanto el PP como Vox han quedado como dos partidos que se mueven antes por sus inquinas que por sus supuestos preceptos. No respetar que alguien vote opciones distintas a las suyas, aunque se haya manifestado como defensora del castellano por encima de otras lenguas del país, cuando se supone que es una de sus principales luchas en ese territorio, les deja como unos falsos cuyas luchas tienen más que ver con el odio que con sus supuestas ideas.
Tanto el PP como Vox han justificado su voto en contra como una forma de oposición al alcalde socialista de Barcelona. Como excusa es de un patetismo difícilmente igualable. Tanto Junts como Esquerra han hecho lo que se esperaba de ellos. Se han comportado como los dos partidos que son, odiadores de la libertad del otro cuando no coincide con la suya. Irrespetuosos y radicales contra la forma elegida de expresarse por parte de los demás. Y el PP y Vox demostrando que prefirieron el electoralismo que los principios. La náusea y la arcada es lo que queda ante cómo se manifiestan los partidos políticos. El desamparo es absoluto, y que no intenten justificarlo, que no somos gilipollas, aunque lo piensen.