Homenaje a Reinaldo Herrera: el gatopardo venezolano
El pasado 18 de marzo murió en Nueva York uno de los personajes más queridos de la Gran Manzana

Reinaldo Herrera. | José Sigala
El martes 18 de marzo falleció en Nueva York uno de los personajes más emblemáticos y queridos de la Gran Manzana, Reinaldo Herrera, esposo de la famosísima diseñadora venezolana Carolina Pacanins de Herrera. La Hacienda La Vega en Caracas fue el primer hogar de la pareja y allí nacieron Carolina hija y Patricia. En esa majestuosa casa, el fotógrafo venezolano José Sigala pudo capturar bajo su lente la elegancia de la pareja y su cotidianidad, imágenes llenas de una elegancia estilizada y complicidad absolutas.
Reinaldo conformó durante décadas el comité editorial de la mítica revista Vanity Fair, junto a Craydon Carter y Bob Collacello, demostrando sus cualidades intelectuales y su curiosidad por las artes decorativas y la moda. Su gran sentido del humor siempre lo caracterizó siendo una de sus grandes cualidades como lo recuerdan sus amigos y su familia.
Se podría pensar que los Herrera tenían una vida de fiestas y eventos, pero todo lo contrario. Reinaldo y Carolina siempre dieron una importancia primordial a la vida familiar a sus hijas, a sus nietos y a sus amigos que siempre han sido tratados como parte de la familia. Las comidas en casa y las tertulias privadas eran mucho más apetecibles que ir a un restaurante y la conversación fluía de manera más natural y personal en la intimidad, demostrando los verdaderos valores familiares de los Herrera que siempre han caracterizado al clan.

A principios de los ochenta los Herrera se mudaron desde Caracas a Nueva York. Carolina, gracias a su buen gusto a la hora de vestir, fue consiguiendo rápidamente un lugar muy merecido entre las best dressed de la ciudad, lo cual dio un paso natural a la creación de sus primeras colecciones. Reinaldo fue desde los inicios su apoyo incondicional en todos los sentidos. Un hombre que siempre estuvo adelantando a su tiempo y que nunca se sintió opacado por el éxito de su esposa. Todo lo contrario, se le veía orgulloso siempre a su lado acompañándola en cada gala, opening, museo, concierto; siempre juntos, siempre cómplices, una pareja ejemplar.
Para mí Reinaldo Herrera simboliza el Gatopardo venezolano, nuestro Príncipe Fabrizio de Salina, como salido de la novela de Giuseppe Tomasi de Lampedusa, una de las grandes obras de la literatura italiana del siglo XX que refleja el cambio político y social en Sicilia en la época del Risorgimento y el ascenso de las nuevas clases sociales: «Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie». Para mí esta frase resume la esencia de Reinaldo, un príncipe en toda su extensión, como salido de la película de Luchino Visconti o de la serie de Netflix, siempre acompañado de su princesa, y que no importaba ni la circunstancia o el lugar, allí estaban estoicos, elegantes, trabajadores, padres y abuelos ejemplares. Siempre serás recordado con mucho cariño y respeto, Reinaldo.