Más flexibilidad y menos barreras: la clave para impulsar el empleo
Con mayor colaboración con el Gobierno y los agentes sociales se podrían cerrar los desajustes del mercado laboral

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España cuenta con un mercado laboral diverso y sólido, aunque con ciertos desajustes y retos. Sin ir más lejos, existe una escasez de talento que no entiende ni de perfiles ni de industrias. Es decir, falta mano de obra en todos los sectores. Y parece mentira que hablemos de falta de talento, cuando hay una tasa de paro del 10,6%, según los últimos datos de la EPA en relación al cuarto trimestre de 2024. Esta paradoja pone de relieve la ineficiencia del mercado laboral en España.
Desde Randstad somos un termómetro preciso del estado del empleo en nuestro país. Según datos de la compañía, el empleo cualificado en España ha crecido más de 65% en 2024 hasta los 500.000 profesionales como mozos, operarios y manipuladores. Por otro lado, el Informe de Tendencias de Formación de la compañía, apunta que sólo el 39% de las empresas espera cubrir el talento que necesita con la contratación externa. Estamos hablando de que el mercado necesita más perfiles y profesionales. Y no nos estamos enfocando sólo en camareros y mozos, también de médicos, enfermeros, personal sanitario, profesionales especializados y digitales, técnicos de las nuevas tecnologías, de la transición energética, etc.
Sin embargo, hoy en día, solo somos eso. Un termómetro. Podríamos ser un activo fundamental para el empleo, pero la rigidez del mercado laboral y la baja tasa de penetración de las empresas de talento en España limitan el impacto de nuestra actividad y la capacidad para generar empleo de calidad. Con mayor colaboración con el Gobierno y los agentes sociales se podrían cerrar los desajustes que presenta el mercado laboral.
Desde el sector de las empresas de talento, tenemos la capacidad para actuar por y para los trabajadores y empresas. Es decir, podemos incentivar el empleo y su actividad en nuestro país. Desde la selección de talento, la contratación, el outsourcing (externalización de servicios), la consultoría, la atracción y fidelización -tan imprescindible hoy en día-, la gestión y desarrollo del talento, etc.
Las empresas de talento estamos a la cola en Europa en actividad profesional
Actualmente, la tasa de penetración de las empresas de talento en nuestro país se sitúa en un 0,77%; muy por debajo de la media europea del 1,37% y aún más alejada de la media a nivel global (1,77%). Si nos comparamos con mercados más cercanos, Reino Unido tiene una actividad del 3,12% y Francia del 2,87%.
La actividad en estos países es tres veces más grande que en España. ¿Y cómo incide en el empleo? Si miramos las cifras de paro, vemos una correlación clave. Reino Unido está alrededor del 4,5%, mientras que Francia está en el 8,5%. España es el único país de la OCDE que supera el umbral del 10%.
Es decir, a mayor penetración: más creación de empleo, para todo el colectivo de la población activa (incluso para el talento sénior y jóvenes); más educación de calidad, ya que la colaboración con instituciones formativas, centros de FP y universidades, generaría precisamente los perfiles que el mercado demanda; mayor calidad y progreso, ya que las empresas de talento están estrechamente vinculadas con la reducción en las tasas de desempleo y de empleo informal. En definitiva, cuanta más actividad tengan estas empresas, se van a generar más puestos de trabajo y de mayor calidad.
Esta cifra refleja hasta qué punto España está desaprovechando un recurso clave para dinamizar el empleo y reducir los desajustes del mercado laboral. Si esta tasa aumentara en tan solo un punto porcentual (+0,1%), se podrían crear 483.000 empleos adicionales, permitiendo que 66.000 jóvenes salieran del desempleo (casi un 40% de los menores de 30 años lograrían tener un empleo) y que 89.000 personas mayores de 55 años encontraran una nueva oportunidad laboral. En total, desde Randstad calculamos que 1,3 millones de personas saldrían de una situación de pobreza o exclusión social en España.
Las empresas de talento desempeñan un papel crucial como facilitadores del empleo, no solo conectando a trabajadores con empresas, sino también impulsando la formación y adaptación de los profesionales a las nuevas necesidades del mercado. Por ejemplo, en Randstad ofrecemos más de 1,5 millones de horas anuales de formación a candidatos. Y es que la formación, además del re-skilling y el up-skilling, ha cobrado mayor protagonismo ante la escasez de talento que sufren las empresas.
Precisamente en este contexto en el que el desajuste entre la oferta y la demanda de talento se ha convertido en uno de los mayores retos económicos, apostar por mejorar esta tasa de actividad no solo contribuiría a reducir el desempleo, sino que fortalecería la competitividad empresarial y el crecimiento económico del país.
No obstante, para que esto ocurra, es necesario un marco normativo más flexible que facilite la intermediación laboral y el desarrollo de estrategias que fomenten una mayor colaboración entre las empresas de talento, el sector público y las instituciones educativas. Sin embargo, el mercado español sigue mostrando barreras que limitan su impacto, tales como restricciones normativas o un uso insuficiente de la colaboración público-privada para la gestión del talento.
Propuestas para dinamizar y generar más empleo en España
Para mitigar esta situación y construir un mercado laboral más dinámico, desde Randstad proponemos una serie de medidas clave. En primer lugar, es esencial fomentar la especialización del talento y la productividad laboral para reducir la escasez de profesionales cualificados. También es necesario fortalecer la colaboración público-privada en la intermediación laboral, permitiendo que las empresas de talento contribuyan de manera más efectiva a la inserción laboral de personas desempleadas o en transición profesional. Otro punto clave es la inclusión de colectivos vulnerables, garantizando que la integración al mercado laboral beneficie a todos los segmentos de la población y reduzca las tasas de empleo informal.
En paralelo, es fundamental ampliar las herramientas de flexibilidad laboral tanto para las empresas como para los trabajadores con una mayor diversidad en las formas de contratación. Por un lado, permitir contratos fijos discontinuos para posiciones fijas discontinuas y hacer más atractivo el contrato de formación en alternancia para las empresas generaría un mercado laboral más estable, lo que impulsaría el crecimiento económico y abriría nuevas oportunidades en el empleo.
Asimismo, somos grandes defensores de la formación en el empleo: cuanta mayor formación, y también más FP, habrá más empleo. Los certificados de profesionalidad y el reconocimiento de la experiencia en la formación, aportan más flexibilidad al modelo.
Finalmente, favorecer la mayor presencia de empresas de talento en el mercado contribuiría no solo a la reducción del paro, sino también a la mejora de la calidad del empleo, disminuyendo la economía sumergida y elevando la competitividad del país. Una de las claves reside en la eliminación de las prohibiciones o limitaciones a las empresas de talento en los convenios colectivos para facilitar su labor de intermediación entre las necesidades de las empresas y la búsqueda de oportunidades para el talento.
España tiene ante sí una oportunidad única para mejorar su mercado laboral. Apostar por las empresas de talento no es solo una cuestión de eficiencia, sino una estrategia esencial para: aportar flexibilidad, tanto para las empresas como para los trabajadores; incentivar la colaboración público-privada; apostar por la formación en un entorno de escasez; y, por último, construir un futuro laboral más estable y sostenible.