Miguel Carcaño, los malos siempre ganan en España
«Cuando un preso vive mejor que un ciudadano, la sociedad ha llegado a unos extremos de putrefacción insoportables»

Miguel Carcaño, asesino confeso de Marta del Castillo. | Reuters
En este país nuestro todavía llamado España, siempre hay lugar para que la buena gente, que creo que es la mayoría, sufra una humillación más. No tenemos suficiente con un Gobierno que ha hecho que nuestra dignidad sufra un siniestro total. Nuestra carrocería lleva años abollada, pero ahora nos han apagado el motor y han cogido el volante. Cada noticia nos acerca a un precipicio de la siguiente, y así sucesivamente. Vamos cayendo de uno en otro hasta que el vacío absoluto nos hace flotar eternamente. Vivimos en un limbo que nos deja más lejos del cielo que del infierno.
Un pueblo español que trabaja y calla. Que más obediente no puede ser, ni tampoco más sumiso. Que acata las leyes injustas que benefician a unos pocos, las subidas de impuestos, las mafiosas cuotas de autónomos. Que comprar un piso se haya convertido en una cosa de reyes, aunque a lo que puedas aspirar se parezca más a un baño de una estación de autobuses que a un palacio.
Y aquí está la noticia de la que quiero escribirles. Cuando un preso vive mejor y tiene más derechos que un ciudadano ejemplar, es que la sociedad ha llegado a unos extremos de putrefacción insoportables. Todos conocerán el caso de Marta de Castillo, la joven sevillana de 17 años que murió a manos de su asesino confeso, su exnovio Miguel Carcaño, cuando habían quedado para zanjar algunos temas por los que ella decidió dejarle. Carcaño dio hasta siete declaraciones distintas, dejando en evidencia lo blando de nuestro sistema judicial, donde un niñato podía reírse de él, sin que tuviera consecuencias.
Desde hace un tiempo tiene pareja, una funcionaria de la cárcel de Herrera de la Mancha, en Ciudad Real, donde cumple la condena. Uno no entiende esa fascinación de algunas mujeres por este tipo de asesinos, pero también hay alguna que la siente por las asesinas, como es el caso reciente de Ana Julia Quezada, que mató al pequeño Gabriel en Almería. Lo que más se repite es la excitación de algunas féminas por el hombre especialmente violento y con rasgos psicopáticos.
La fascinación de algunas mujeres por hombres violentos, asesinos y encarcelados es conocida como hibristofilia, es un fenómeno complejo que se explica por diferentes factores psicológicos y sociales, como la búsqueda de atención, el encanto por el peligro y el estatus de celebridad que algunos criminales pueden adquirir.
Los padres de Marta del Castillo acudieron esta semana a un programa de televisión del canal Cuatro para quejarse por los privilegios que el asesino de su hija tenía en prisión gracias a esa funcionaria. Gozaría de una tablet, un móvil y wifi. Un año y medio pudiendo conectarse con el exterior como cualquier adolescente o adulto solitario en su habitación, pero sin haber matado a nadie. Celdas con vistas al tendedero o a los barrotes. Ocio propio de un preso y presos que viven de manera ociosa. Trabajar para vivir, pero no forzar a trabajar para conseguir lo que tiene a quien mata.
La familia de Marta del Castillo está tratando de que cambien de cárcel a Miguel Carcaño, y que la funcionaria permanezca en la misma prisión. Que no viva mejor un asesino que unos padres zombis. Que la muerte en vida se merece más que la vida que mata. Que la justicia cambie de bando. Que el dolor no sea humillado. Que los derechos humanos no los disfruten los más inhumanos de esa condición. Que algunos partidos políticos luchen tanto por los derechos de los delincuentes más viles y perversos, y tan poco por la gente que hace las cosas bien. Que los presos tengan intactos sus derechos, mientras que los que acatamos la ley cada vez somos más tratados como delincuentes. Que Hacienda trate con más desconfianza a un ciudadano común que la ley a un asesino o a un ladrón de guante más o menos blanco.
Marta del Castillo no debió ser una chica menor de edad que mereciera ser defendida por esos partidos que se llaman feministas. Los padres de ella conocen muy bien su silencio tendencioso y vil. La parte socialista parece que tampoco está para estas cosas que tienen que ver con proteger a una familia española de una humillación que nunca acaba y un dolor crónico. El resto de formaciones políticas tampoco hacen nada, pero ahora son las otras las que tienen las herramientas. Que los malos siempre ganen en España es una cosa que empieza a ser insoportable. Tengamos nobleza y valor como dice el himno de mi Real Zaragoza, y no nos rindamos.