Pedro Sánchez, sin prisa, pero con pausa
«El esperpento es lo único que le queda a este Gobierno. Arrasar con todo»

Ilustración de Alejandra Svriz.
Parece que Pedro Sánchez no tiene prisa por dar la cara. Algo extraño en un ególatra de su calaña. Un narcisista al que ya no le gusta tanto ver el reflejo de su imagen en las cámaras de televisión y fotográficas de los medios de comunicación. Ha preferido mantenerse escondido en su madriguera, mientras su “país” de las maravillas se desmorona y se descabeza. De lo primero lleva siete años encargándose personalmente, y de lo segundo, uno de sus archienemigos, Oughourlian, principal accionista del grupo Prisa, al tomar la decisión de destituir a la que era hasta este miércoles la directora del periódico El País, Pepa Bueno.
Parece ser que ese señor de apellido tan difícil de pronunciar como de escribir, se ha cansado de ser puenteado en su propia empresa. Con Pepa Bueno en la dirección de ese periódico era fácil pensar y llegar a la conclusión de que consideraba que su jefe era Pedro Sánchez, y no el del apellido que se pronuncia mejor cuantos más polvorones te metas en la boca. Sólo hay que ver lo sumisa que se mostraba Pepa Bueno cuando entrevistaba al presidente del Gobierno. Nunca me ha intranquilizado tanto ver como realizaban un masaje tan relajante. Ser tan poco incisiva, que sus dientes con ese mismo nombre volvían a ser de leche.
Pero para desgracia de “el desaparecido” como cantaba Manu Chao, hoy viernes tiene un acto público al que debe acudir. Se trata de la conferencia de presidentes autonómicos que debe presidir nuestro mudo protagonista. Aunque parece que hoy le volverá la voz para todo menos para contestar a los periodistas. Una conferencia donde la comunicación de por sí ya parece que va a ser complicada. Ayuso ha dicho que ella no se pone un pinganillo para tener que entender a un catalán y un vasco, cuando ambos hablan perfectamente el castellano. Unos políticos donde todos están locos por incordiar, pero sin la actitud tan rockera como auténtica de Rosendo. El morbo estará en el saludo entre al que le ha comido la lengua un gato y la presidenta de estos felinos. Que hablen el mismo idioma es lo que justificará su más que previsible silencio.
La apuesta por la vida lenta y contemplativa del presidente del Gobierno durante este último mes, no ha hecho que Prisa piense de la misma manera. Se dice que estas, cuando van en plural, no son buenas consejeras. Pero es que ahí está precisamente el problema. Llámenme raro, pero un servidor entiende que a su máximo accionista no le guste que este Gobierno de manera rastrera, de cañería sucia y cloaca, algo raro en estos benditos, se inmiscuya en el Consejo de Administración de esta empresa para hacerse con el mando.
Es por tanto lógico, que una vez que se ha dado cuenta, quiera cargarse a todo lo que huela a sanchismo podrido. El Confidencial sacó el miércoles una noticia donde se dice que los movimientos no se quedan en el despido de Pepa Bueno del periódico de ese grupo, sino que se estaría trabajando para sustituir a Ángels Barceló, por alguien que no ejerciera el periodismo con la camiseta puesta del partido que ha marchitado la rosa, y se le han caído los dedos de manipular tanto azufre.
La periodista catalana lleva varios años siendo la presentadora y directora del programa de las mañanas de la Cadena Ser, y que según el EGM es el más escuchado de la radio. También es cierto, que creer en ese Estudio General de Medios, es como hacerlo en los gnomos, los unicornios, o las sirenas.
Barceló ha defendido el sanchismo de manera encomiable. No le ha importado ridiculizarse si hacía falta. Pero es que el periodismo va de otra cosa si se quieren hacer bien las cosas. Sánchez debería agradecérselo y buscarle un puesto en el Gobierno si al final es despedida de su actual puesto. A un servidor se le ocurre que puede sustituir a mi paisana Pilar Alegría como portavoz del Gobierno.
Su experiencia en medios de comunicación le avala. Sabe defender preceptos moralmente inaceptables sin que se le mueva un músculo de la cara ni le tiemble la voz. A la maña últimamente se la ve sufrir. Sus ojeras son más que evidentes y su apellido se ha convertido más en una carga que en algo que la defina. Se le nota triste, nerviosa, cansada. Se merece un año de descanso y relajación, y que pongan a alguien que haría mejor lo que Sánchez busca en la persona que desempeñe ese puesto. Alguien que ni sienta ni padezca al esconder la verdad de los hechos.
Según ese medio digital, se tanteó a Ana Pastor, periodista de la Sexta, para sustituir a la periodista catalana, pero que declinó el ofrecimiento. No parece que ese movimiento hubiera cambiado mucho las cosas. Pensando en manera sanchista, se me ocurre que Inés Hernand es una buena opción. El fracaso previsible que está siendo el Sálvame de la televisión pública es algo que este Gobierno que todo lo que toca lo destroza, lo valora para bien. Otra opción sería Belén Esteban, pero es demasiado veleta hasta para Pedro Sánchez.
El esperpento es lo único que le queda a este Gobierno. Arrasar con todo, pero al menos homenajear a una de nuestras figuras históricas más importantes de nuestra cultura como es Valle-Inclán. De Luces de bohemia a las oscuridades más esperpénticas.