Explíquemelo, señor Feijóo, pues no lo entiendo
“El PP pudo rectificar su error de apoyar a Von der Leyen; eligieron volver a votar en contra de los intereses de los españoles”

Alberto Núñez Feijóo y Ursula Von der Leyen. | PP
El 10 de julio se votó en el Parlamento Europeo una moción de censura. En la misma, 360 eurodiputados apoyaron a Von der Leyen, 175 votaron para removerla de su cargo, 18 se abstuvieron y los 167 restantes no votaron o no estuvieron presentes en la sesión.
La moción se presentó por la investigación en curso por parte del Procurador de la Unión acerca de la conducta de la Comisión en la negociación por la compra de vacunas contra el COVID a Pfizer y las “razonables dudas acerca de potenciales incumplimientos legales y éticos, así como de irregularidades en la gestión de los recursos financieros de la Unión”; además, se alegó la negativa de Von der Leyen a mostrar el contenido de las negociaciones con Pfizer (pueden leerse todos los motivos de la moción aquí).
Von der Leyen (de la CDU alemana, partido tradicionalmente de centroderecha fundado por Konrad Adenauer) fue elegida presidenta de la Comisión Europea en 2019, apoyada por los eurodiputados de PP, PSOE, PNV y Ciudadanos.
El apoyo en 2019 podría considerarse “razonable”. Sin embargo, Von der Leyen adoptó una agenda intervencionista y ultraecologista, que traicionó lo que cabía esperar de alguien de la CDU. Repasemos.
Von der Leyen derogó en la práctica las reglas fiscales. Las suspendió en 2020 y 2021, durante la pandemia, pero prolongó esa suspensión, innecesariamente, en 2022 y 2023. Así, fue cómplice del desborde de gasto público y deuda de países como España.
Consciente de que la capacidad de endeudamiento de los países tiene un límite, Von der Leyen inventó la deuda europea. Con ella se financian los “fondos europeos”, un mecanismo de chantaje para imponer en todos los países la agenda centralizadora de Bruselas.
La deuda tendrá que pagarse de algún modo. Por eso, Von der Leyen quiere crear más impuestos europeos y establecer un Tesoro Europeo, ¡en el continente con mayor presión tributaria del mundo!
Es sabido que las políticas ultraecologistas de la Comisión están dañando a la agricultura, la ganadería, la pesca y la industria. Olivares reemplazados por placas fotovoltaicas (contra la voluntad de los agricultores), lobos diezmando el ganado, usinas térmicas dinamitadas, frutas y verduras de fuera de Europa que se venden sin cumplir lo que se exige a nuestros agricultores, producción industrial en retroceso por pérdida de competitividad, limitaciones crecientes a la pesca y tantos ejemplos más, son todas consecuencias de políticas decididas por Von der Leyen.
Además, la Comisión Europea no hizo nada para frenar la inmigración ilegal. Pese a no ocuparse de las fronteras europeas, sí se ocupa de las de un país que no es miembro de la Unión: Ucrania. Incluso, Von der Leyen adoptó un lenguaje belicista.
Pese a todo lo anterior, PP, PSOE y PNV reeligieron a Von der Leyen en 2024 (Ciudadanos, felizmente, desapareció). Ya no había error: apoyaron conscientemente políticas que dañan la prosperidad de los europeos.
Los dos próximos golpes centralizadores y liberticidas de Bruselas serán la ampliación de la UE con ocho países paupérrimos (Bosnia, Albania, Moldavia, etc.) o arrasados (Ucrania), y la imposición del euro digital.
Una nueva ampliación exigiría una inversión gigantesca; además, provocaría una situación de conflicto permanente con Rusia. Peor aún, una UE con 35 países sería inviable con la actual regla de unanimidad en la toma de decisiones. No obstante, es una línea roja que nunca se debería traspasar: si las decisiones se tomaran por mayoría, habría países que tendrían que aplicar políticas que sus ciudadanos no desean. No olvidemos que el 80% de las normas que regulan nuestra vida ya vienen de Bruselas.
El destino dio al PP, con la moción de censura, la oportunidad de rectificar su error de apoyar a Von der Leyen. Pudieron hacerlo con la excusa de la transparencia y la lucha contra la corrupción; eligieron volver a votar junto al PSOE y el PNV, en contra de los intereses de los españoles.
Explíquemelo, señor Feijóo, pues no lo entiendo.