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Opinión

Arranca la temporada del salseo: lo mismo de siempre, pero con aires de novedad

«España se sacude la arena de los pies para zambullirse en su auténtica temporada alta: la de los platós»

Arranca la temporada del salseo: lo mismo de siempre, pero con aires de novedad

Ilustración de Alejandra Svriz.

Vuelve septiembre y, como cada año, España se sacude la arena de los pies para zambullirse en su auténtica temporada alta: la de los platós, las exclusivas y los enredos sentimentales de nuestros famosos, que no descansan ni en vacaciones. «El final del verano llegó, y tú partirás», nos cantaba el llorado Manuel de la Calva, cuya marcha ha roto para siempre el Dúo Dinámico. Se acabó el verano, sí, pero se anuncia a bombo y platillo el comienzo del nuevo curso del salseo, la vuelta al cole de los corazones. Las revistas afilan portadas, los programas del corazón huelen sangre y los protagonistas del papel couché ya se preparan para lo que mejor saben hacer: dar titulares sin decir nada y decir mucho sin que se note. El nuevo curso mediático arranca y promete. O al menos, eso esperan quienes buscan la mejor ficción nacional en las páginas centrales del ¡Hola!, que no en los clásicos de nuestra literatura.

Si hay alguien que nunca defrauda cuando se trata de generar contenido –ya sea por amor, por despecho o por logística inmobiliaria– es Isabel Pantoja. Este año la tonadillera empieza fuerte, con la resaca emocional del caso Isa Pi vs. toda la familia y la separación de Kiko Rivera, que sin la supervisión de Irene Rosales corre peligro de volver a las andadas de la mala vida. Que nadie descarte una exclusiva a doble página con fondo de cortinas barrocas y mirada doliente. Si ¡Hola! se pone generosa, incluso con cojines de terciopelo.

Pero el relevo generacional viene fuerte. Si el año pasado fue el de Tamara Falcó con su saga de cuernos, perdones y resurrección virginal a lo Netflix, éste promete ser el de una nueva Tamara 2.0: la marquesa ha exprimido su affaire con Íñigo Onieva como si fuera una naranja amarga en El Rincón a la que todavía puede sacarle jugo. Entre escapadas con blusa blanca, su conversión casi eclesiástica en la cruzada por la moral y los bolos por toda España con el anillo de compromiso como excusa, Tamara se ha convertido en la musa absoluta de las portadas. En 2024 fue la celebrity con más presencia en la prensa rosa. Tanto si se cumplen los rumores buenos (embarazo) como los malos (separación), la opinadora de El hormiguero puede repetir en el Top 1.

En el frente joven destacan los influencers y los herederos de sangre azul, que se disputan su lugar en la mesa de los mayores. María Pombo ya se ha ganado su asiento con llantos en prime time, crisis existenciales con código descuento y una boda que sigue dando réditos. Aunque el verdadero culebrón lo protagoniza Laura Escanes, que ha pasado del «me encanta Risto» al «me encanta saltar de formato en formato». Ahora la vemos alternar pódcast de empoderamiento con romances más o menos confirmados (y siempre más o menos monetizables). A veces con Álvaro de Luna, otras con silencio administrativo. Hay quien dice que podría haber pacto de silencio con alguna cabecera: «Tú no cuentas lo mío, y yo poso en bañador para ti». Todo muy 2025.

Si hablamos de la aristocracia digital, nadie como Victoria Federica, convertida ya en influencer a jornada completa, con más presencia en Vanity Fair que en Zarzuela, donde no quieren ni verla. Su evolución es digna de estudio: de sobrina del Rey a invitada de front row en desfiles de París y fiestas de Ibiza. Su vida sentimental también da para telefilme de sobremesa: un novio torero, otro DJ, y el eterno rumor de reconciliación con quien toque esa semana. Si no acaba en GH VIP será por estrategia, no por falta de ofertas. O de ganas.

Mientras tanto, los clásicos resisten como pueden. Bertín Osborne, convertido en un Houdini emocional de paternidades y declaraciones ambiguas, amenaza con volver a copar titulares. Cada vez que habla, se genera un terremoto mediático con epicentro en el DeViernes. Y es que Bertín es como el jamón ibérico: cuanto más tiempo pasa, más intenso se pone. La diferencia es que él sí repite. También regresan en septiembre las dos reinas del plot twist: Alba Carrillo, especialista en rebotarse públicamente con cualquiera que le sugiera estabilidad, y Alejandra Rubio, que con su embarazo exprés junto a Carlo Costanzia ha conseguido juntar tres generaciones de portadas en una sola barriga. Terelu, mientras tanto, vigila en silencio desde una hamaca mientras hace tutoriales de photoshop.

Y luego están los realities, esos caladeros eternos de personajes dispuestos a abrir su alma –y sus carpetas– por 2.500 euros semanales y una taza con su nombre. Este año la casa de Gran Hermano promete ser un hervidero de exnovias de futbolistas, primos terceros de ex supervivientes y alguna ex Miss que busca relanzar su carrera a base de conflictos prefabricados. Ya suenan nombres como Jorge Pérez –modelo de Guardia Civil con más presencia en platós que en cuarteles– o Makoke, que vuelve cada septiembre como el coleccionable de fascículos. Si Belén Esteban es la madre de todas las batallas, sus herederas emocionales ya se están peinando las extensiones. Por cierto, que la de Paracuellos vuelve a las tardes con María Patiño y Kiko Matamoros a exprimir el lado absurdo del corazón.

No podemos olvidar la clásica batalla estival por la exclusiva de la rentrée. El año pasado fue ¡Hola! quien se llevó el gato al agua con la portada de la boda de Tamara (sí, otra vez ella), y Lecturas contraatacó con lágrimas, rupturas y documentos judiciales. En ese ring de papel, Semana juega al despiste y Diez Minutos sobrevive a base de robados de playa y bronceados imposibles. Y siempre queda Pronto, ese faro de estabilidad emocional que te cuenta los dramas de los famosos como si fueran tus vecinos de toda la vida.

Así que sí: vuelve septiembre y, con él, el verdadero pulso de la nación. Los políticos discuten presupuestos, pero nosotros sabemos que la verdadera inversión está en saber si hay reconciliación entre las Campos, cuánto ha cobrado Rocío Flores por su última exclusiva contra su madre o si Pipi Estrada sigue en busca del plató perdido. Porque en este país, los grandes relatos no se escriben en el BOE, sino en las páginas satinadas de los jueves.

Y que no falte nunca el salseo. Porque si no hablamos de ellos, ¿de qué vamos a hablar? ¿De cómo va España? Lo que nos faltaba.

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