The Objective
Opinión

La kirchnerización del sanchismo-leninismo

«En 12 meses, se han añadido en España 62.200 nuevas pensiones de invalidez, que equivalen a 247 por día laborable»

La kirchnerización del sanchismo-leninismo

Ilustración de Alejandra Svriz.

En Argentina, entre 2003 y 2015, no hubo afortunadamente guerras ni catástrofes naturales. Sin embargo, los tres gobiernos kirchneristas que gobernaron el país durante ese período incrementaron el número de pensiones no contributivas por invalidez de 79.000 a 1,05 millones. Eso da una media de 320 inválidos más cada día laborable, durante 12 años.

El gobierno de Macri (2015-2019) redujo el total de esas pensiones hasta 1,03 millones. Pero su sucesor, Alberto Fernández, las incrementó hasta 1,22 millones (195 más cada día laborable, durante cuatro años).

Es evidente que ese tipo de pensiones fueron usadas por el kirchnerismo para alimentar una militancia inmoral, compuesta de vagos dispuestos a venderse por una paga menor a cambio de asistir a cuanto acto, piquete o manifestación se los convocara. 

La impunidad era tal que ni siquiera guardaron las formas: en la provincia del Chaco, 150 pensiones fueron otorgadas con base en una misma radiografía de hombro. En muchas otras, en todo el país, se repetían ecocardiogramas y otros estudios. En otros casos, incluso, las radiografías correspondían a animales.

Es un ejemplo útil para tener una idea del punto de partida de la tarea de reconstrucción económica, social y moral que está llevando adelante el Gobierno del presidente Javier Milei. Gobierno que, en una primera fase, ya ha dado de baja 128.700 pensiones por invalidez, 86% de las cuales por haber sido otorgadas de manera fraudulenta.

El portavoz del presidente, Manuel Adorni, al hacer el anuncio, aportó un dato contundente: un 4,6% de la población activa argentina (una cada 22 personas) está cobrando una pensión por invalidez cuando en Israel, un país que ha sufrido innumerables atentados terroristas y vive en una situación bélica casi continua, la percibe el 3,5% (1 cada 29).

Si el lector está pensando que son cosas propias de países «tercermundistas» (aunque el Tercer Mundo cayó en 1989, junto con el Muro de Berlín), le tengo una mala noticia: en España, el 4,2% de la población activa percibe una pensión por invalidez (una cada 24 personas). Una proporción cercana a la de la Argentina kirchnerista que tampoco tiene ninguna justificación para colocarse por encima de la de Israel.

En julio último percibieron una pensión por invalidez 1,03 millones de personas en España. Como siempre me dice mi amigo Javier Jové, son «cifras posbélicas», pero sin guerra. Tampoco podemos sorprendernos. Si se pregunta a cualquier familiar o vecino, son muchos los que podrán referir anécdotas de personas que viven de cobrar pensiones de invalidez que no merecen.

Pero en lugar de arremangarse y ponerse a trabajar para limpiar las pensiones fraudulentas, que deben contarse por decenas de miles, el sanchismo-leninismo ha preferido seguir pagándolas subiendo las cotizaciones sociales, friendo a los autónomos con mayores cotizaciones y emitiendo deuda pública. Para peor, nos dicen que es necesario dejar pasar a cuanta patera se asome a nuestras costas porque, según ellos, ahí vienen los que nos «pagarán las pensiones».

No son cifras menores. Si España tuviera la misma proporción de pensiones de invalidez que Israel, debería tener 134.600 menos. Ese exceso, dada la pensión media de 1.209 euros mensuales, en 12 pagas (aunque en algunos casos son 14), suman casi 2.000 millones. Pero si tuviéramos una proporción inferior, como parece razonable, digamos, siendo generosos, 3%, serían 259.000 las pensiones por invalidez fraudulentas, con un coste anual de 3.800 millones.

Esta acción del gobierno de Milei es útil porque nos muestra que cuando un gobierno quiere frenar el fraude, puede hacerlo; cuando se quiere dejar de asfixiar a los pagadores de impuestos, puede hacerse; cuando se quieren poner en orden las cuentas públicas recortando el gasto, puede hacerse sin dañar los servicios públicos esenciales. 

Nos ratifica que el sanchismo-leninismo nos miente y gestiona mal. ¿A nadie llama la atención que el número de pensiones de invalidez era casi el mismo al final de 2016 y de 2023, pero ahora lleva seis meses creciendo a un ritmo de más del 6% anual? 

En los últimos 12 meses, se añadieron 62.200 nuevas de estas pensiones, que equivalen a 247 por día laborable. ¿La kirchnerización del sanchismo-leninismo?

Publicidad